De "La Gastronomía de José Soler".
Moluscos cefalópodos.
Calamar, pota, sepia y pulpo .
J. I. A. Soler Díaz
Octubre-Noviembre de 2012
Los
cefalópodos (Cephalopoda,
del
griego kephalé: 'cabeza', y podós:
'pie' → 'pies en la cabeza') son una
clase de
invertebrados marinos dentro del
filo de los
Mollusca. Existen unas 700
especies, comúnmente llamados
pulpos,
calamares o
chipirones,
potas
o luras,
sepias o chocos,
y
nautilos. Todos pertenecen a la subclase
Coleoidea,
a excepción del
nautilos, perteneciente a la subclase
Nautilina, como el
Nautilus pompilius.
Pertenecen al reino Animalia, al filo Mollusca, a la clase Cephalopoda, a la subclase Coloidea.
En la clasificación de los moluscos cefalópodos nos encontramos con el calamar, llamado chipirón cuando es pequeño, siendo su nombre científico en latín Loligo vulgaris Lamarck, 1798. También, con la pota, llamada en latín Todarodes sagittatus Lamarck, 1798; con la sepia o choco, llamada científicamente Sepia officinalis Linnaeus, 1758; y, con el pulpo común, denominado Octopus vulgaris Lamarck, 1798.
En general, los moluscos son animales invertebrados marinos que se clasifican en función de sus características morfológicas. Todos ellos tienen en común un cuerpo blando que puede estar cubierto (con una o dos conchas) o pueden no estarlo. De este modo se identifican tres grupos: bivalvos con dos conchas o valvas (mejillón, vieira, ostra, etc.), univalvos o gasterópodos con una sola concha (como el caracol marino, bígaro, cañaílla, etc.), y cefalópodos con o sin concha y con o sin pluma (pulpo, calamar, sepia, etc.). A diferencia de los crustáceos, su cuerpo es menos consistente y no se encuentra segmentado.
Desde un punto de vista comercial se identifican tres grandes grupos:
En los cefalópodos el
pie característico de
los moluscos aparece junto a la cabeza,
diversificado en varios
tentáculos, desde 8 en los
pulpos hasta los 90 que pueden tener los
nautilos. En éste último no existen
ventosas en los tentáculos.
Algunos de estos tentáculos (en la subclase
Coleoidea)
se han modificado en estructuras reproductivas llamadas
espádices que cumplen el rol de introducir
espermatóforos (sacos llenos de
esperma) en la
cavidad paleal de la hembra. La
concha tiende a reducirse, hacerse interna o
desaparecer, según la especie. Cuando tienen una concha, pluma, gladio o jibión
bien desarrollada, está dividida en cámaras separadas por septos y el animal
habita la última cámara (la más reciente). En los
Coleoidea,
cuando existe, es interna y se divide en 3 zonas; desde la región caudal a la
cefálica estas son rostro, fragmocono (tabicado) y proóstraco, cada uno con
desarrollo variable en cada grupo. En la subclase
Nautilina es externa, plano-espiral y
tabicada en su totalidad.
Las jibias o sepias, junto a los nautilos, siguen el mismo sistema natatorio que sus antepasados, llenando de gas ciertas partes de su concha para flotar. Los calamares nadan por medio de la flotación dinámica, similar a los tiburones, con una propulsión a reacción de agua muy afinada. El resto de cefalópodos que viven alejados de la superficie desarrollaron un sistema químico de flotación, llenando de compuestos amoniacales o aceites los espacios de su cuerpo; al ser éstas sustancias menos densas que el agua, flotan.
"En la
boca tienen una
rádula, pero es todavía más característica la presencia de una
estructura propia del grupo conocida
como
pico de loro, que no es más que un par
de poderosas mandíbulas con forma de pico que muerden y desgarran los tejidos de
la presa para que luego sean procesados por la rádula. Estas mandíbulas se
encuentran suspendidas en un seno sanguíneo, por lo que existe una cierta
movilidad y capacidad de rotación de las mismas, permitiendo al animal una mayor
capacidad de procesamiento del alimento. Tras la boca se encuentra el esófago,
rodeado de glándulas salivales, que acaba en un
buche (solo en los
pulpos y nautilos)
antes de llegar al estómago. El estómago es un saco muscular que tiene un ciego
bastante amplio, más o menos espiralizado, y una glándula digestiva que puede
diferenciarse en una zona difusa esponjosa pancreática, y otra que pude
ser considerada hepática; en algunos cefalópodos estas dos glándulas están
separadas totalmente."... Para saber más de la anatomía de los
moluscos cefalópodos consultar 'Asturnatura.com'.
Los cefalópodos poseen células pigmentarias sobre el manto llamadas cromatóforos. Dichas células poseen pigmentos que se expanden o condensan a voluntad por medio de una contracción muscular controlada por el sistema nervioso. De esta manera pueden cambiar de color en cuestión de segundos para mimetizarse con el espacio circundante y pasar desapercibidos. También usan esta capacidad para comunicarse entre ellos por medio de su coloración y gracias a su aguda visión.
Poseen un complejo sistema nervioso, con unos ganglios alrededor del esófago que forman un auténtico cerebro. El cerebro se encuentra dividido en dos porciones, llamadas masa supraesofágica y masa subesofágica según su posición respecto al esófago, aunque ambas partes están unidas por conectivos. Un rasgo particular y exclusivo de los cefalópodos es que el cerebro se encuentra rodeado por una masa o caja cartilaginosa en un 'intento' evolutivo de formar un cráneo. Muchos cefalópodos tienen comportamientos de huida rápidos que dependen de un sistema de fibras nerviosas motoras gigantes que controlan las contracciones potentes y sincrónicas de los músculos del manto, lo que permite la salida a presión del agua de la cavidad paleal. El centro de coordinación de este sistema es un par de neuronas gigantes de primer orden (formadas por la fusión de ganglios viscerales) que enlazan a neuronas gigantes de segundo orden, y estas se extienden hasta un par de grandes ganglios estrellados. De estos ganglios estrellados unas neuronas gigantes de tercer orden inervan las fibras musculares circulares del manto. Neurólogos de todo el mundo han experimentado con pulpos a lo largo del siglo XX y se ha detectado en ellos una inteligencia superior a cualquier otro invertebrado; son capaces de encontrar la salida de un laberinto, abrir botes e incluso aprender comportamientos de sus congéneres.
El ojo de los cefalópodos es un órgano análogo al de los vertebrados, de distinto origen evolutivo y embrionario, pero por convergencia ambos son muy parecidos. Los cefalópodos poseen el ojo más desarrollado de todos los invertebrados e incluso rivalizan con el de los vertebrados.
Tienen un
cuerpo musculoso y flexible, propiedad que se intensifica en los
pulpos, los cuales son capaces de esconderse
en espacios 10 veces más pequeños que su cuerpo. Poseen oído a bajas
frecuencias, como los mamíferos marinos, que
les permite localizar a sus depredadores más allá de su campo visual. Segregan
un líquido negruzco, la
tinta, con la que enturbian el agua con
objeto de ocultarse. La tinta es un pigmento
que se almacena en la bolsa de la tinta
situada encima del recto y puede ser expulsado a través del
sifón. En el
metabolismo de este grupo es destacable la
importancia de la obtención de energía a partir de la metabolización de
proteínas, lo que no es una gran ventaja
evolutiva frente a otros grupos de su entorno como los
peces, que oxidan las
grasas de su tejido adiposo. Aun así esto
parece ser es una de las características que les ha permitido conquistar
hábitats tan exclusivos como son las grandes profundidades, donde a ejemplares
de gran tamaño son predados por
calderones,
zifios y
cachalotes. También esta característica
metabólica está relacionada con las propiedades nutritivas cuando este grupo es
utilizado en alimentación humana: bajo contenido graso, alto contenido proteico,
y en ocasiones sabor amoniacal por la presencia de bases nitrogenadas, restos de
la mencionada metabolización proteica.
"Todos los
cefalópodos son
dioicos.
En los machos hay un testículo, y un vaso deferente enrollado traslada los
espermatozoides a una vesícula seminal, en la que son empaquetados en unos
espermatoforos y almacenados en la
bolsa de Needham que vierte al
exterior a la
izquierda del manto. En las hembras hay un ovario y un oviducto con una glándula oviductal. Antes de la cópula hay un cortejo previo para identificarse como
miembros de la misma especie. Durante ésta, el macho pasa a la hembra
espermatoforos que recoge al salir por el sifón mediante un brazo
transformado, el
hectocotilo, que actúa a modo de órgano
copulador. Introduce este brazo en la cavidad paleal de la hembra y los
espermatoforos liberan los espermatozoides en el interior de la misma,
teniendo lugar la fecundación... El desarrollo de las crías es directo, no hay
presencia de fase larvaria; los pequeños cefalópodos
tienen vida
pelágica y hasta que no alcanzan un tamaño
adecuado en los
bentónios no pasa a este tipo de vida
adulta"... Para saber más de la anatomía de los
moluscos cefalópodos, consultar 'Asturnatura.com'.
Con respecto a su evolución en el tiempo, los cefalópodos se separaron del resto de los moluscos hace alrededor de 500 millones de años (Cámbrico Medio), con la aparición de los primeros moluscos capaces de llenar ciertas partes de su concha con gas para flotar. Ésta nueva capacidad natatoria, que aún hoy en día conservan algunas especies, les permitió abandonar el fondo marino al que estaban ligados los moluscos y acceder a nuevas rutas tróficas más superficiales. Los últimos descubrimientos indican que los cefalópodos se originaron bastante antes de lo que se pensaba hasta ahora. Pero éstos primeros cefalópodos, de hábitat aún próximo a la costa, fueron desplazados al interior del mar por organismos más avanzados, tales como peces y reptiles marinos. Otro problema se les planteaba: su vida superficial les impedía bajar demasiado al fondo marino ya que su concha no soportaba la presión del agua. Los descendientes con conchas más pequeñas podían bajar más y tener más posibilidades alimenticias por lo que la selección natural se quedó con aquéllos de concha pequeña, llegando ésta a hacerse interna o desaparecer. Aproximadamente 470 millones de años antes de la actualidad (Ordovícico Medio) ya había coleoideos, junto a una gran gama de cefalópodos extinguidos en la actualidad.
Según la teoría del meteorito caído en la península de Yucatán hace 65 millones de años (Cretácico Superior), en ese tiempo la tierra sufrió graves cambios climáticos que ocasionaron extinciones masivas, como la de los dinosaurios. Dicho meteorito también pudo ser causante de la extinción de la mayor parte de los cefalópodos, como los amonites. Tan solo sobrevivieron los Coleoidea y los Nautiloideos. Por eso se dice que los cefalópodos actuales provienen de un auténtico linaje de supervivientes. Aunque ahora sean alimento básico de miles de especies, en su momento estuvieron en lo más alto de las cadenas tróficas marinas.
En los moluscos cefalópodos la concha o pluma se incluye en el interior del tejido, el manto, y puede ser interna, como en el calamar, o faltar por completo, como es el caso del pulpo. Otra característica propia de estos animales es que presentan tentáculos con ventosas que se originan en la misma cabeza. Los cefalópodos o moluscos blandos como pulpos, calamares o sepias se presentan en el mercado por lo general frescos. Es importante conocer una serie de características que ayudarán a identificar el grado de frescura de estos alimentos durante la compra. Están frescos si su color varía entre el blanco nacarado y el blanco rosado pálido y presentan un brillo característico. La carne tendrá una consistencia firme y al tacto ha de estar húmeda y suave.
Los
téutidos (Teuthida) son un
orden de
moluscos
cefalópodos conocidos vulgarmente como
calamares (debido a su 'hueso'
calcáreo, conocido como pluma o caña, que en
latín es calamus) . Contiene dos
subórdenes,
Myopsina y
Oegopsina
(el último incluye a
Architeuthis dux: el
calamar gigante y a
Mesonychoteuthis hamiltoni o
calamar colosal). Son animales marinos y
carnívoros. Pertenecen al
reino
Animalia, al
filo
Mollusca, a la
clase
Cephalopoda, a la subclase
Coloidea,
y al superorden
Decapodiformes.
El Loligo vulgaris Lamarck 1798, llamado calamar, jibión o chipirón cuando es pequeño, es un molusco cefalópodo decápodo. Vive cerca del litoral, entre profundidades de 15 a 600 metros, prefiriendo aguas abiertas al ser un animal de movilidad permanente. Viven entre 2 y 5 años. El calamar es un animal pelágico y gregario, que forma bancos o cardúmenes numerosos que recorren grandes distancias y realizan frecuentes desplazamientos en vertical, a veces hasta grandes profundidades. Su alimentación consta de peces, crustáceos y otros invertebrados, incluyendo otros cefalópodos. Para alimentarse lanza sus dos tentáculos mayores a sus presas y luego las apresa firmemente con los otros ocho. La etimología de la palabra viene del latín calamarius (que contiene cañas para escribir) de calamos (caña o pluma de escribir). En francés significó hasta el siglo XVIII 'escritorio portátil'.
Los
calamares poseen dos
branquias, y un
sistema circulatorio cerrado asociado formado
por un
corazón sistémico y dos corazones branquiales.
Es característico en su anatomía disponer de 2 tentáculos y 8 brazos. Sus
tentáculos fuertemente musculados están dotados
de ventosas, que si se arrancan no vuelven a crecer. Los
calamares pueden
camuflarse en el medio con gran facilidad para evitar a sus depredadores.
También tienen unas
células llamadas
cromatóforos en su
piel que le otorgan la cualidad de cambiar de color en caso
de sentirse amenazados, estrategia que combinan con la expulsión de la
tinta que producen. También cambian
continuamente de color durante la cópula. Su
concha o pluma es interna, a diferencia de otros
animales similares, como el
pulpo, que carecen de ella; y está formada por
una pieza delgada y plana unida a su cuerpo. Disponen de un órgano llamado
hipónomo, que les permite moverse al expulsar
agua a presión. La boca del calamar está equipada con un
pico de loro afilado, que
utiliza para matar y despiezar a sus presas en trozos manejables. En los
estómagos de muchas
ballenas capturadas se encuentran picos de
loro de calamares, ya que son la única parte de este animal que no se puede digerir. La
boca del calamar aloja a la
rádula, una especie de la lengua común de todos
los
moluscos a excepción de los
bivalvos y los
aplacóforos. El calamar es exclusivamente
carnívoro, alimentándose de
peces,
crustáceos
y otros
invertebrados, que capturan con dos tentáculos
diferenciados de mayor longitud. Son voraces, de movimientos muy rápidos y con
un crecimiento muy acelerado; pueden llegar a ser muy abundantes en algunos
mares. La mayoría viven un año, y mueren después de desovar, aunque algunas
especies gigantes pueden vivir dos o más años. La mayoría de los
calamares no
miden más de 60
cm, aunque los calamares gigantes pueden medir
hasta 13
m. En el año 2003, se descubrió un individuo de una
especie abundante pero muy poco conocida,
Mesonychoteuthis hamiltoni; los individuos
de esta especie pueden llegar a medir hasta 14 metros, convirtiéndose así en el
invertebrado más grande del mundo, y poseedor
del
ojo más grande del reino animal. Los
calamares
gigantes (género
Architeuthis) están muy presentes en la literatura y el
folclore tradicional, en la mayoría de los
casos asociados a terribles ataques. Los calamares de gran tamaño han dado
lugar, junto a los
pulpos gigantes a la
leyenda
escandinava del
kraken.
El calamar, también llamado jibión, es un molusco marino con cabeza provista de tentáculos y que presenta una bolsa de tinta comestible de uso culinario. Los ejemplares de pequeño tamaño, es decir, los más jóvenes, reciben el nombre de chipirón. En su interior presentan una concha llamada pluma o jibión, de naturaleza córnea, que proporciona al animal consistencia y que interviene en su movimiento. Cuando está vivo, su cuerpo es casi transparente y puede presentar distintas tonalidades, con frecuencia rosáceas, con un moteado pardusco en el dorso, y con la zona ventral y los laterales lisos. Su longitud media es de 15 a 25 centímetros, si bien puede medir hasta 30 a 40 centímetros. Esta especie se localiza por lo general en aguas poco profundas, aunque también los hay que habitan a grandes profundidades. Realiza migraciones de acercamiento a las costas. El calamar común (Loligo vulgaris Lamarck, 1798) se distribuye por el Atlántico, desde las costas noruegas hasta las islas Canarias, y en la costa occidental del Mediterráneo. Las capturas se llevan a cabo durante todo el año. Además del calamar, se pueden adquirir en los mercados otras especies como el calamar patagónico (Loligo patagonica Smith, 1881), procedente del sur de América y de menor tamaño y calidad gastronómica que el calamar común (Loligo vulgaris Lamarck 1798); el calamar gigante o veteado (Loligo forbessi Steenstrup, 1856), de mayor tamaño que el común, con un peso de hasta 2 kilos, abundante en el mar del Norte y en el golfo de Vizcaya; el calamar americano (Loligo pealei Le Sueur, 1821), la especie más común de América del Norte; y el rabón (Loligo marmórea o Allotheuthis subulata Linnaeus, 1758), conocido como pito, camarín o camarín picudo, localizado en el Atlántico.
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Loligo patagonica o calamar patagónico | Loligo forbessi o calamar gigante o veteado | Loligo pealei o calamar americano | Allotheuthis subulata o calamarín |
El calamar común (Loligo vulgaris Lamarck 1798) se pesca en dos temporadas dependiendo de su localización. En el mar Cantábrico se capturan en verano hasta septiembre y en el mar del Norte en otoño e invierno. Se pesca al arrastre o con poteras. Tiene cabeza grande y cuerpo esférico con dos aletas laterales de forma romboidal y que miden 2/3 del tamaño del manto. Alrededor de la boca tiene ocho tentáculos con ventosas y dos contráctiles. Las mandíbulas tienen forma de pico curvado (pico de loro). Posee un órgano hipónomo que les permite moverse al expulsar agua a presión. En su interior tienen una concha llamada pluma o jibión. Su piel tiene unas células cromatóforas, por lo que cuando está vivo su color varia en función de su estado, pudiendo ser casi transparente, aunque suele presentar una tonalidad rosácea con zonas más oscuras de color púrpura en la parte dorsal. Para reproducirse se acerca a la costa, poniendo cápsulas de hasta 15 cm. con unos 90 huevos.
Especies similares al calamar común son:
Pota europea (Todarodes sagittatus Lamarck, 1798). Similar al calamar común, pero es otra especie de menor calidad gastronómica. Cuerpo alargado y de color claro, con manchas de color violáceo. Mide entre 20 y 25 cm. Sus aletas miden 1/3 del tamaño del manto. A las potas también se las llama calamares voladores o luras. Son unos cefalópodos similares en apariencia al calamar, pero de menor calidad gastronómica. Su cuerpo es alargado, presenta una concha interna o pluma y una bolsa de tinta de color pardusco. Su coloración externa es clara, salpicada con pequeñas manchas de color violáceo que se oscurecen cuando se saca al animal fuera del agua. Por lo general, los ejemplares del Mediterráneo son de menor tamaño, de entre 20 y 25 centímetros de largo, que los del Atlántico, que pueden llegar a medir hasta 75 centímetros. Otras especies conocidas de su misma familia son el volador (Illex coindetti Verany, 1839), de menor tamaño que la pota común, y la pota argentina (Illex argentinus Catellanos, 1960), de muy buena calidad.
Calamar gigante veteado (Loligo forbessi Steenstrup, 1856). Vive entre la superficie y los 400 m; generalmente son de color rosado o blanquecino. Los machos pueden llegar a los 95 cm.
Calamar patagónico (Loligo patagonica Smith, 1881 o Loligo gahi). Su manto es moderadamente alargado y sus aletas rómbicas representan un 40 a 50% de la longitud de este. Se alimenta principalmente de pequeños peces pelágicos. Habita en el Pacífico y en el Atlántico, desde Perú a Argentina.
Calamar pálido (Loligo pealei Le Sueur, 1821). También conocido como calamar de Bostón.
Los moluscos cefalópodos poseen células pigmentarias llamadas cromatóforos, que permiten cambiar su color externo. Lo utilizan para comunicarse entre ellos y también le permiten cambiar de color cuando se siente amenazados, estrategia que combinan con la expulsión de la tinta que producen. Tienen un cuerpo musculoso y flexible (los pulpos pueden esconderse en espacios 10 veces más pequeños que su cuerpo). La tinta es un pigmento que se almacena encima del recto y puede ser expulsado a través del sifón. Recientes investigaciones han descubierto que la tinta de los cefalópodos, además de servir como condimento en diferentes recetas, contiene una serie de aminoácidos y polisacáridos muy eficaces en la prevención y curación de algunas enfermedades. Se ha averiguado que estas sustancias pueden actuar como principios activos en el tratamiento de la depresión. También se ha demostrado que la tinta de pulpos y calamares es inhibidora de la expansión bacteriana por la presencia en su composición de una determinada proteína. Por último, en un estudio realizado por científicos japoneses sobre la tinta de varias especies de cefalópodos se han obtenido resultados preliminares que indican la actividad antitumoral de ciertas sustancias químicas allí presentes. En diciembre de 2006 un barco japonés capturó un calamar gigante de 7,2 m; se puede ver el artículo completo en el siguiente enlace. Puede ver un vídeo de una disección de un calamar gigante.
El
Architeuthis es
un
género de
cefalópodos del
orden
Teuthida
conocidos vulgarmente como calamares
gigantes. Incluye unas ocho
especies.
Consideradas criaturas míticas, son animales marinos de inmersión profunda
que alcanzan dimensiones extraordinarias; recientes estimaciones sugieren un
máximo de 10
m para los machos y
hasta 14 m para las hembras. Se ha especulado sobre la existencia de
ejemplares de mucho más de 20 metros y media tonelada de peso, aunque esto
no ha podido ser confirmado fehacientemente. Uno de los mayores especímenes
fue una hembra de casi 18 metros de largo, cuyo cadáver quedó varado en una
playa de
Nueva Zelanda, en
1887. También existe mención de otro ejemplar capturado accidentalmente en
el año 1933, en aguas neozelandesas, de 21 metros de largo y 275
Kg
de peso. Los
tentáculos, ubicados
sobre la cabeza, llegan a medir de 2,5 a 6 veces la longitud del
manto o saco
visceral, y forman la mayor parte de la longitud corporal. El
30 de septiembre de
2005, investigadores
del
Museo Nacional de Ciencias de Japón y la
Asociación de Observadores de Ballenas de Ogasawara obtuvieron imágenes de
un calamar gigante
en su hábitat natural. Se obtuvieron 556 fotos en 2004. Y el mismo equipo
filmó un calamar gigante
por primera vez el
4 de diciembre de
2006. A pesar de su
enorme tamaño, el calamar gigante
no es particularmente pesado al compararlo con su principal predador, el
cachalote, debido
a que su prominente longitud se debe principalmente a sus ocho brazos y dos
tentáculos. Los pesos de los especímenes capturados se han medido en
centenares de
kilogramos.
Los
juveniles postlarvales
han sido descubiertos en aguas superficiales de
Nueva Zelanda.
Existen planes para la captura de estos ejemplares jóvenes con la finalidad
de ser estudiados. Se conoce muy poco acerca de su ciclo reproductivo. El
macho tiene un
espermatóforo prensil
o tubo de depósito; que actúa como
pene, de 9
dm de longitud, que
extiende desde dentro del manto, y aparentemente usa para inyectar esperma
dentro del depósito de la hembra (localizado en un brazo). Aunque el medio
por el cual el esperma es transferido a la masa de óvulos es materia de
mucho debate, una captura en
Tasmania de un
espécimen hembra con un pequeño subsidiario tendril fijado a la base de cada
uno de sus ocho brazos podría ser vital para resolver la cuestión. Esta
especie pierde los
hectocotilos usados
en la reproducción como en muchos otros
cefalópodos. Los
brazos están equipados con centenares de ventosas de succión en dos filas a
lo largo, cada una montada en una base individual, y provisto alrededor de
su circunferencia con un anillo dental que lo ayuda a capturar su presa por
aferrarlo firmemente entre la succión y la perforación. El tamaño de las
ventosas varía de 2 a 5 cm de diámetro, y es común encontrar cicatrices
circulares cerca de la boca de los
cachalotes que
cazan estos animales. Otro predador conocido del
calamar gigante,
es el tiburón soñoliento
Somniosus pacificus,
en el
océano Antártico,
pero no se conoce si esos tiburones
los cazan activamente, o son simplemente limpiadores de carcasas de
calamares. Uno de
los más inusuales aspectos de esta especie (como también en algunas otras
especies de calamares
de grandes dimensiones) es su tendencia a mantener densidades bajas de
amonio en relación
con el
agua de mar y así
mantener flotabilidad neutra,
buoyancia, en su
ambiente natural (la columna de agua), ya que carecen de
vejiga natatoria
llena de gas como usan para esa función los
peces teleósteos,
se sirven del
cloruro de amonio que
hay por su tejido muscular. Como todos los
cefalópodos, los
calamares gigantes
tienen órganos especiales
estatocistos para
sensar su orientación y movimiento en el agua. La edad de un espécimen puede
determinarse por medio de 'anillos de crecimiento' en los estatolitos del
estatocisto, análogo a determinar la edad de un árbol contando sus anillos,
de lo que se deduce que los machos crecen unos 2,6
mm al día y las
hembras 4,68 mm. Con un diámetro de hasta 25 cm,
el Architeuthis dux es considerado el
animal con los
ojos más grandes,
aunque se cree que el
calamar colosal (Mesonychoteuthis
hamiltoni) podría tenerlos aún más grande. Estos ojos carecen
de membrana córnea (ojos oegópsidos), igual que las otras especies de
potas y
voladores, a
diferencia de los calamares
verdaderos que la tienen. Los cefalópodos
se distinguen del resto de los invertebrados por poseer un complicado
sistema visual. Tanto el sistema visual de los
cefalópodos como el de los vertebrados
son un ejemplo de evolución convergente. Esto significa que ambos grupos de
animales son semejantes, pero su habilidad para ver se desarrolló por
separado en cada grupo. De hecho, si comparamos los ojos de un
calamar con los
nuestros, encontramos notables diferencias en cuanto a su anatomía. Tanto
los calamares
como los humanos tienen ojos simples, con pupilas, iris y retina. La tasa de
crecimiento de un calamar gigante
es extraordinariamente rápida. Crecen de 3 a 5 cm al día, siendo el animal
con la tasa de crecimiento más rápida, de ahí que en pocos años tengan ese
tamaño descomunal. Particularmente su longitud total, ha sido frecuentemente
exagerada. Hay observaciones de especímenes que miden mucho más de los 22
m de longitud, pero
nunca se ha documentado científicamente. Tales longitudes quizás se
confundan debido a las grandísimas extensiones de sus dos tentáculos para
alimentarse, análogos a bandas elásticas. El ejemplar de 1887 realmente
medía 16,5 metros, lo restante es consecuencia de este estiramiento post
mortem. El calamar gigante alcanza tamaños considerables, con registros
de largo del manto (LM) superiores a 4,5 m, largo total de la mayoría de los
registros de 6 a 13 m. Este género presenta un
dimorfismo sexual
pronunciado. El peso máximo se estima en 312
Kg
en hembras, y 178
Kg en machos. Los
machos tienen una vida más corta que las hembras y maduran sexualmente más
tempranamente, se estima que los machos viven en torno a 1 año y las hembras
les duplican o triplican los años. Aunque el
calamar gigante tiene ocho brazos, son
los dos tentáculos más largos los que le sirven para capturar las presas,
pudiendo llegar a 12 m de largo. Cada tentáculo está equipado con ventosas,
las cuales presentan una especie de anillo con dientes. Mientras que estos
hacen succión, los dientes se clavan en la piel de la víctima,
proporcionando así una mayor seguridad a la hora de acechar a sus presas. La
boca de los calamares
se parece bastante al pico de un loro. La lengua está equipada con un
órgano llamado
rádula, encargado de
trocear la presa antes de que pase al esófago para que pueda ser digerida.
En los estudios realizados de alimentación, en sus estómagos se han
encontrado un alto porcentaje de
bacaladillo y
otros peces.
Las últimas
necropsias también
revelan restos de pequeños crustáceos.
Por otro lado, los calamares
son el bocado predilecto de los
cachalotes, los
cuales descienden hasta la zona abisal (más de 1.000 m)
para hacerse con su carne,
dando así origen a titánicas peleas submarinas. También son el alimento de
peces óseos
y cartilaginosos de profundidad y de aves
marinas como el
albatros (Diomedea
exulans). Para determinar la
edad de un calamar
se estudian los huesos del oído -los estatolitos-, los órganos del
equilibrio, los cuales presentan una serie de anillos concéntricos como los
que presentan los troncos de los árboles; lo único que hay que hacer es
contar ese número de anillos para determinar la edad de un
calamar. La edad
máxima que puede alcanzar es de 3 años. Como muchos
peces, los
calamares tienen
muchas limitaciones para poder reproducirse. Si las cosas van mal un año, ya
bien sea por una mala salud, malas condiciones ambientales, etc., en los
siguientes años van a tener muchos problemas para poder reproducirse. Los
calamares
compensan esto poniendo grandes cantidades de
huevos. Por comparación del aparato
reproductor del calamar gigante
con el de otros calamares,
se considera probable que las puestas consistan en pequeños
huevos rodeados de
una masa gelatinosa, dejados a la deriva en la columna de agua. Los ovocitos
son pequeños, ovales, de 1,2 a 2,5 mm de diámetro mayor. Se estimaron
fecundidades potenciales entre 1 millón y 12 millones de ovocitos. Los
machos producen espermatóforos de 80 a 200 mm de longitud y las hembras
carecen de espermatecas. Se desconoce cómo se produciría la inseminación y
posteriormente la fecundación de los ovocitos. Se hallaron espermatangios (espermatóforos
devaginados) implantados en varias partes corporales de hembras y machos
(manto, cabeza, ojos, brazos, tentáculos, cavidad sifonal y órgano teminal
de un macho). Se sugirió que el desove sería intermitente y prolongado. Las
paralarvas son epipelágicas. Los calamares
gigantes, tanto
Architeuthis dux
como en el
Taningea danae,
se caracterizan por tener un sistema reproductor bastante diferenciado de
los demás cefalópodos.
Por ello poseen un órgano copulador o pene, que puede llegar a alcanzar los
85 cm de longitud en
Taningea y los 78
en Architeuthis. En el caso del Taningea, no solamente posee
un órgano reproductor, fácilmente visible, por encontrarse exteriorizado,
teniendo este, una longitud tan larga como los brazos. También posee otro de
similares características, aunque algo más pequeño (1/5 parte) dentro del
manto.
El
calamar colosal
(Mesonychoteuthis
hamiltoni), también llamado
cranquiluria antártica, es considerado la
especie más grande de
calamar,
y el único miembro del
género
Mesonychoteuthis. Según los cálculos actuales, se estima que podría
alcanzar un tamaño máximo de entre 12 y 14 metros basándose en el análisis
de especímenes pequeños y sin desarrollo completo; el ejemplar más largo que
se ha capturado tiene unos 10 m. El peso máximo ronda los 500
Kg,
basándose en unos restos parciales que se encontraron en el año 1925 en el
estómago de un
cachalote. Hay
que tener en cuenta que muchos de estos metros están compuestos por sus dos
largos tentáculos prensiles (sus ocho brazos restantes son más cortos). Esto
lo transformaría en el
invertebrado más
grande conocido. Hasta el momento, sólo se han descubierto 6 ejemplares de
la especie. El calamar colosal
tiene formas y características diferentes de las del
Architeuthis dux
(conocido como calamar gigante)
y podría llegar a tamaños aún mayores que el que alcanza éste. A diferencia
de otras especies de
calamares gigantes
que tienen ventosas guarnecidas de pequeños dientes, los tentáculos del
calamar colosal
terminan con una combinación de ventosas y garfios capaces de rotar 360
grados. Tiene un cuerpo más ancho, más robusto, y por lo tanto más pesado,
que el de otros calamares gigantes.
También se sabe que tienen un manto mayor al de los otros
calamares gigantes,
aunque sus tentáculos serían más cortos. El
Mesonychoteuthis hamiltoni posee
el pico más grande conocido entre los calamares,
superando al del
Architeuthis dux en tamaño y
robustez. También se cree que el calamar colosal
posee los ojos más grandes del mundo animal (incluso mayores que los del
calamar gigante).
El hábitat conocido
de este calamar colosal
se extiende miles de kilómetros desde norte de la
Antártida hasta el
sur de
América del Sur, el
sur de
África, y el sur de
Nueva Zelanda, es
decir, su principal hábitat sería el
Océano Glacial Antártico.
Poco se conoce sobre la vida de este animal, pero se especula con que caza
presas como
quetognatos y otros
calamares en la profundidad del
océano utilizando
bioluminiscencia
(posee un fotóforo sobre cada ojo). Basándose en la profundidad de la
captura de algunos especímenes, así como picos encontrados en estómagos de
cachalotes, el
calamar colosal adulto llega a estar hasta por lo menos 2.200
m de profundidad,
mientras que los más jóvenes van hasta 1
km de profundidad.
Las hembras adultas
son, en general, mayores en tamaño que los machos adultos como es común en
varias especies de invertebrados, en especial todos los
cefalópodos (véase
dimorfismo sexual).
La forma de
reproducción aún no ha sido observada, aunque algunos datos sobre su
reproducción pueden inferirse de su anatomía. Debido a que los machos no
presentan
hectocotylus (un
tentáculo usado por otros
cefalópodos para
transferir
espermatóforos a la
hembra), probablemente usen un
pene para implantar
esperma directamente en la hembra.
Muchos
cachalotes llevan
heridas en sus lomos que se creen causados por los garfios del
calamar colosal.
El calamar colosal
o cranquiluria antártica
es una presa común de los cachalotes
del
Océano Antártico; el
14% de los picos de calamares
encontrados en los estómagos de cachalotes
son de calamar colosal,
lo que indica que el calamar colosal
llega al 77% de la biomasa consumida por estas
ballenas. Otros animales también se
alimentan de este calamar,
incluyendo los
cetáceos como los
zifios y
berardios
Ziphiidae y
calderones
Globicephala macrorhynchus,
elefantes
marinos, la
merluza negra, y
algunas especies de
tiburones y
albatros.
Sin embargo, sólo se
encontraron picos de especimenes adultos en aquellos animales de porte
suficiente como para tomar tal presa (por ejemplo, los
cachalotes y los
tiburones soñolientos
Somniosus pacificus),
mientras que otros predadores se limitan a alimentarse de crías o
especímenes jóvenes.
Existen indicios de que pueden existir calamares mucho mayores que las especies conocidas de Architeuthis (calamar gigante) y Mesonychoteuthis (calamar colosal). Como siempre cuando se habla de misterios, las creencias vienen en primer lugar por testimonios de marinos que dicen haberlos visto, testimonios que carecen de validez científica. En 1903 se observó un calamar de 50 metros en Noruega, y en 1933 uno de 22 m en aguas de Terranova. En ocasiones los cachalotes moribundos vomitan el contenido de su estómago. Algunos balleneros han observado en esos casos fragmentos desmesurados de brazos de calamar. Además de todo esto, en la piel de algunos cachalotes se han constatado enormes cicatrices de ventosas. De su diámetro, que llega a alcanzar hasta 40 centímetros, se puede calcular que fueron infligidas por calamares que, si pertenecen al género Architeuthis, deben tener hasta un centenar de metros de longitud. Si correspondieran a especies que poseen otras proporciones corporales sus dimensiones podrían ser menores, pero también mayores. El único detalle es que no se conoce ninguna especie de calamar que posea ventosas tan grandes como las que pueden haber dejado esas marcas. Sin embargo éste no es indicio suficiente para especular si un calamar aún más grande que el calamar colosal provocó tales cicatrices, ya que una cicatriz puede aumentar de tamaño conforme el cachalote vaya creciendo. A menos que se sepa que tales cicatrices son recientes, no sería una prueba concluyente.
Composición nutritiva de 100 gramos de calamar en general:
P.C. % |
Kcal. |
H. C. |
|||||||
100 | 56,3 | 11,4 | 0,49 | Cero | 0,98 | 0,29 | 0,070 | 0,35 | 117 |
101 |
0,22 |
44,8 |
26,5 |
0,76 |
31,4 |
77,0 |
196 |
133 |
0,049 |
0,11 |
4,9 |
0,021 |
3,6 |
0,92 |
Cero |
Cero |
53,9 |
Trazas |
1,9 |
P.C.: Porción comestible en % de un alimento; H. C.: Hidratos de carbono; AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGM: Ácidos Grasos Monoinsaturados; AGP: Ácidos Grasos Poliinsaturados; Ca: Calcio; Fe: Hierro; Mg: Magnesio; Zn: Zinc; Se: Selenio; Na: Sodio (sal); K: Potasio (sal); P: Fósforo.
Como pueden ver, el calamar no anda nada mal de colesterol. A lo largo de mi vida como médico me he encontrado con gente en bares y restaurantes a los que su médico de cabecera le ha dicho que no tome alimentos con mucho colesterol, léase grasas animales, vísceras, riñones, sesos (2.200 mg de colesterol por cada 100 g de porción comestible), mantequillas, etc. Y se estaban tomando en la barra unos calamares rebozados en harina y huevo. Veamos qué composición tiene una tapa de calamares a la Romana (calamar + harina + huevo + aceite de oliva de la fritura).
Composición nutritiva de 100 gramos de calamares a la Romana congelados + 40 mL de aceite de oliva de la fritura:
P.C. % |
Kcal. |
H. C. |
|||||||
100 | 977 | 25,4 | 43,0 | 2,6 | 77,6 | 13,7 | 50,4 | 8,3 | 747 |
181 |
4,7 |
56,8 |
48,3 |
3,1 |
43,3 |
104 |
353 |
493 |
0,26 |
0,32 |
8,4 |
0,23 |
92,7 |
1,9 |
Cero |
14,5 |
497 |
2,8 |
7,9 |
P.C.: Porción comestible en % de un alimento; H. C.: Hidratos de carbono; AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGM: Ácidos Grasos Monoinsaturados; AGP: Ácidos Grasos Poliinsaturados; Ca: Calcio; Fe: Hierro; Mg: Magnesio; Zn: Zinc; Se: Selenio; Na: Sodio (sal); K: Potasio (sal); P: Fósforo.
Como pueden ver el colesterol ha aumentado de 117 mg/100 g de porción comestible a 747 mg. También han aumentado las sales de potasio de 196 mg/100 g de porción comestible 353 mg, convirtiendo este plato en peligroso para personas con insuficiencia renal. El calamar es rico en hierro, yodo, selenio, calcio, vitaminas B2, B3 y B12, vitamina A, D y E. Contiene muy pocos hidratos de carbono, siendo un plato apto para personas diabéticas, pero sólo de vez en cuando. Las calorías han cambiado de 56,3/100 g de porción comestible a 977, convirtiendo este plato en algo mucho más potente, debiendo tomar precaución con él las personas con sobrepeso o sometidas a dietas de adelgazamiento.
Vamos a agregar 60 mL de salsa Mahonesa ligera, para poder mojar pan en ella, a los calamares a la Romana y ver cómo cambia su composición nutritiva:
P.C. % |
Kcal. |
H. C. |
|||||||
100 | 1.157 | 26,0 | 49,5 | 2,6 | 94,5 | 16,2 | 54,6 | 17,7 | 777 |
187 |
4,8 |
77,8 |
54,3 |
3,2 |
43,3 |
554 |
359 |
493 |
0,27 |
0,35 |
8,6 |
0,29 |
98,7 |
2,2 |
Cero |
14,5 |
497 |
2,8 |
16,3 |
P.C.: Porción comestible en % de un alimento; H. C.: Hidratos de carbono; AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGM: Ácidos Grasos Monoinsaturados; AGP: Ácidos Grasos Poliinsaturados; Ca: Calcio; Fe: Hierro; Mg: Magnesio; Zn: Zinc; Se: Selenio; Na: Sodio (sal); K: Potasio (sal); P: Fósforo.
Vean que el colesterol ha aumentado muchísimo gracias a la salsa Mahonesa. El nivel de calorías que presenta este plato ya es mucho y no apto para personas con sobrepeso o sometidas adietas de adelgazamiento. Las sales de sodio y de potasio se ha convertido en una bomba de relojería para las personas con hipertensión, alteraciones cardio-vasculares e insuficiencia renal.
Y, ahora vamos a suponer que en vez de comernos 100 g de calamares a la Romana con salsa Mahonesa, nos tomamos una ración de 200 gramos. Pues el nivel de colesterol sería de 1.554 mg por cada 200 gramos de porción comestible, las calorías subirían a 2.314, las sales de sodio a 1.108 mg y las de potasio a 718 mg. Por tanto, en esta cantidad o ración de 200 gramos, este plato se convierte en peligroso, por tanto lleven cuidado con él y no abusen del mismo aunque esté muy rico. Sin embargo, la cantidad de ácido fólico que lleva es muy buena para mujeres gestantes, de cara a prevenir la espina bífida en el futuro bebé. Así como, las cantidades de vitamina A, D y E, calcio, yodo, hierro, magnesio, tan beneficiosas para nuestro organismo.
Composición nutritiva de 100 gramos calamar en salsa Americana:
P.C. % |
Kcal. |
H. C. |
|||||||
100 | 195 | 13,1 | 1,5 | Cero | 15,2 | 2,2 | 8,4 | 2,0 | 170 |
45,5 |
0,85 |
27,9 |
51,1 |
1,3 |
44,8 |
110 |
280 |
190 |
0,040 |
0,040 |
7,0 |
0,030 |
3,4 |
1,3 |
Cero |
Cero |
302 |
74,4 |
0,82 |
P.C.: Porción comestible en % de un alimento; H. C.: Hidratos de carbono; AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGM: Ácidos Grasos Monoinsaturados; AGP: Ácidos Grasos Poliinsaturados; Ca: Calcio; Fe: Hierro; Mg: Magnesio; Zn: Zinc; Se: Selenio; Na: Sodio (sal); K: Potasio (sal); P: Fósforo.
Observen que este plato es bastante más sano que los calamares a la Romana con salsa Mahonesa. La cantidad de vitaminas B3, B9 (ácido fólico), A, D y E, es muy nutritiva en todos los aspectos: para mejorar mantener sana la estructura de los huesos, para paliar la osteoporosis y la menopausia, para mejorar la fertilidad, para tener un buen sistema nervioso, etc. A partir de aquí pasamos a describirles un montón de recetas a base de calamar, esperando que disfruten con ellas.
Ingredientes
para 6 personas: 1,5 Kg de
calamares limpios; 6
alcachofas; 1
dL
(100
mL)
de
aceite de oliva; 2
dientes de ajo; y, algo de
sal y de
pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
En una cazuela, a fuego moderado, poner 2 cucharadas soperas de aceite de oliva y el ajo machacado que se retirará cuando tome color; añadir los calamares cortados en anillas y dejarlos rehogar; salpimentarlos, cubrirlos con agua, tapar la cazuela y continuar la cocción a fuego moderado. Al mismo tiempo, poner las alcachofas, bien limpias y cortadas a gajos sin sus brácteas duras, en una sartén con 2 cucharadas soperas de aceite de oliva y alguna de agua; agregar sal al gusto, y cocer a fuego moderado. Una vez cocidos los calamares y las alcachofas ponerlos juntos en una cazuela, al fuego, durante unos minutos para que se mezclen sus sabores. Servir bien caliente.
Elaboración.
Escoger
calamares pequeños y limpiarlos;
enharinarlos ligeramente, ponerlos
en un enrejillado especial para hacer fritadas, sacudirlos para suelten el
exceso de
harina
y sumergirlos en una amplia salteadora, al fuego, con
aceite de oliva humeante.
Escurrirlos cuando estén bien dorados, salarlos y
colocarlos formando un montículo en una fuente de
servir recubierta por una blonda de papel; adornar con
limones partidos por la mitad.
Ingredientes
par 6 personas: 1 Kg de
calamares limpios, habiendo reservado sus bolsas de
tinta negra; 1
dL
(100
mL)
de
aceite de oliva; 5
filetes de anchoas desalados y
picados en un mortero junto con 2
dientes de ajo pelados y 1 ramito de
perejil 'fresco';
1/2
vaso de
vino
blanco seco o de tinto; 500 g
de
tomates
(pasados por un tamiz para obtener su
pulpa);
5 g de
setas secas o deshidratadas
(bañadas en
agua para hidratarlas, bien escurridas y cortadas a trozos
grandes); y, algo de
sal y de
pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Lavar y aclarar los calamares en agua abundante y cortarlos en anillas. Poner el aceite de oliva en una cazuela al fuego; cuando esté caliente añadirle el majado de anchoa, ajo y perejil, y el vino; reducir el vino por evaporación; agregar la pulpa de tomate y rehogarla; añadir los trozos de setas y las anillas de calamar, y salpimentar; regar con agua hasta cubrir completamente los calamares, y cocerlos, con la cazuela tapada y a fuego muy lento, durante 1 hora; añadir las bolsas de tinta 10 minutos antes de retirar la cazuela de fuego, y remover. Servir los calamares en caliente con su salsa bastante espesa.
Nota.- Si en vez de agua, empleamos caldo de pescado en la cocción de los calamares, el resultado final será mucho más suculento.
Elaboración.
Escoger calamares bien hermosos y muy frescos, limpiarlos, reservar sus bolsas de tinta negra, y lavarlos bajo el chorro de agua corriente. Poner las bolsas de tinta en un cuenco, cortarlas con un cuchillo, y dejarlas marinar durante 1/2 hora con una generosa cantidad de aceite de oliva, y algo de sal y de pimienta 'recién molida'. Poner los calamares en una plancha de metal o parrilla muy caliente sobre fuego moderado, y asarlos por ambos lados hasta que estén dorados, untándolos de vez en cuando con la marinada de tinta. Disponer los calamares calientes en una fuente de servir rociados con la marinada de tinta negra y adornados con medios limones.
Elaboración.
Escoger
calamares de tamaño mediano, limpiarlos, lavarlos con
agua fría, y separar la
cabezas de las
patas. Poner
las patas cortadas en un cuenco con un
poco de
ajo pelado y picado,
perejil 'fresco y picado', 1
poco de
pan
rallado frito, 1 ó 2 cucharadas soperas de
aceite de oliva, y algo de
sal y de
pimienta 'recién molida'; mezclar todo muy bien
haciendo una farsa para rellenar; llenar
las cabezas o
bolsas de calamar con la farsa,
cerrarlas con un palillo ensartado en su abertura para que encierre bien el
relleno
(a la hora de servir el plato retirar
los palillos). Con un
pincel de silicona, untar una tartera,
adecuada para horno, con aceite de oliva,
alinear en ella los calamares rellenos
tumbados, rociarlos con aceite de oliva
y alguna cucharada sopera de
vino
blanco seco; introducir la tartera en el horno precalentado a
180º
Celsius; retirar las tartera cuando se
considere que los calamares rellenos
están en su punto óptimo de cocción. Servir bien calientes rociados con su
salsa.
Calamares en Salsa de Vigilia.
La
vigilia se refiere a la abstinencia de
comer
carne de animales terrestres (pollo,
ternera, etc.) ciertos
días
de la semana por motivos religiosos. En la
religión católica suele ser los viernes de
Cuaresma, el tiempo que va desde el
Miércoles de Ceniza hasta la
Pascua
de Resurrección. En nuestra opinión, esta es una práctica
retorcida y obsoleta, porque por ejemplo cambiar la
carne de animales de tierra por una
langosta marina a la Cardinal,
es de tan tamaña hipocresía y cinismo que debería asustar al pueblo llano en
general, sobre todo a aquellas personas que pasan mucha hambre y están de
abstinencia alimentaria total
durante toda su corta vida, importándole esto muy poco o absolutamente nada
a la
Iglesia Católica.
Vean a estos sonrientes
cardenales con sus lujosas vestimentas y
abalorios de
gurú
occidental colgados del cuello, lo que les importará este
niño desnutrido que, probablemente, cuando
usted lea estas líneas, ya habrá muerto de hambre y miseria.
Elaboración.
Limpiar
unas hojas de
acelgas, retirarles sus
nervaduras duras, lavarlas con agua
fría, escurrirlas, escaldarlas en agua
hirviente ligeramente salada durante
unos 8 a 10 minutos, enfriarlas y escurrirlas bien apretándolas con las
manos. Limpiar y lavar con
agua fría unos
calamares de tamaño mediano, cortar sus
bolsas o
cabezas en anillas y sus patas
a trocitos. En una cazuela, al fuego, con
aceite de oliva humeante, echar
las anillas y
trocitos de patas de
calamar condimentadas con algo de
sal; cuando empiecen a dorarse, agregar
las acelgas cocidas y cortadas a trozos;
regar con
vino
blanco seco cristiano, y cocer durante unos 10 minutos a fuego
moderado; añadir 3 ó 4 cucharadas soperas de
puré de tomate, otras tantas de
agua o de
caldo de pescado, 1 poco de
guindilla picante para purgar
las penas y pecados cometidos durante todo el año, y bastante
perejil 'fresco y picado'. Cocer
durante 1/2
hora más a fuego muy moderado, y completar este católico
guiso con unas gotas de
zumo de limón. Servir caliente a la mesa de los
comensales, asegurándose de que están rezando un
Padrenuestro por el alma eterna de los niños desnutridos que
todos los días mueren a millares en el mundo
(19.000 niños mueren al día en el mundo -año 2013-; de ellos unos 7.000 por
desnutrición, y no sabemos cuántos para provechar sus órganos por explante
in
vivo, para realizar implantes a otros humanos más
privilegiados, como sucede con los 'niños
de la calle' en
Brasil,
Afganistán, etc.).
Escoger 4 calamares bien hermosos y muy frescos, limpiarlos, lavarlos en agua fría, y cortarlos a trocitos cuadrados. Pochar en una tartera, al fuego, 2 cebollas blancas picada con aceite de oliva caliente; añadir los trozos de calamar y un majado en mortero de 4 filetes de anchoas desalados, 3 dientes de ajo pelado y 1 manojito de perejil 'fresco'; salpimentar al gusto, remover y seguir cociendo hasta que los calamares estén en su punto óptimo de cocinado. Disponerlos en una fuente de servir caliente, y rociarlos con unas gotas de zumo de limón.
Elaboración.
Extraer las bolsas de tinta negra de los calamares. Limpiar y lavar con agua fría los calamares. Cortar las cabezas en anillas y las patas en trocitos. En una sartén, al fuego, asar tacos de jamón serrano, retirarlos y reservarlos. En la misma grasa rehogar cebolla blanca cortada en aros, reservarlos. En la misma sartén al fuego, freír unos tomates pelados y trinchados, y pasarlos luego por el colador chino, apretando bien con la mano del mortero para extraer todo el puré de tomate. Reunir todos estos elementos, junto con la grasa de la fritura, en una cazuela de barro, añadir 1 poco de aceite de oliva, y rehogar a buen fuego. Acto seguido, agregar los trozos de calamar y seguir rehogando. A los 5 minutos, adicionar una cucharadita de harina tamizada, remover y proseguir rehogando durante unos 10 minutos más. Mientras, desleír las bolsas de tinta con en 1 vaso de vino fino de Jerez, y agregar a la cocción de los calamares. Salpimentar, y cocer durante 20 minutos más a fuego muy suave. Servir caliente, junto con una buena hogaza de pan.
Buñuelos
de Calamar con Soja y Col China.
Ingredientes para 4 personas: 1 calamar fresco de unos 800 g; 200 g de brotes de soja germinados; 1 col china; 250 mL de aceite de girasol; 1 limón; y, algo de sal. Para la pasta de buñuelos: 150 g de harina; 2 huevos frescos; 1/2 cucharadita de aceite de sésamo; 150 mL de cerveza ligera; y, 1/2 cucharadita de sal fina.
Elaboración.
Preparar la pasta de los buñuelos: Verter la harina en una ensaladera formando un volcán, hacerle un cráter o hueco en el centro, añadir en él los huevos, la sal y el aceite de sésamo, y mezclar con cuidado con una espátula; agregar la cerveza poco a poco y seguir removiendo hasta obtener una pasta uniforme; dejar reposar la pasta tapada con papel film durante 1 hora por lo menos.
Lavar el calamar con abundante agua fría, vaciar sus vísceras y retirar su pluma transparente; cortar la parte inferior de la cabeza para cortar los ojos, el pico de loro córneo o mandíbula de la rádula o boca, la bolsa marrón o salsa, y la bolsa de tinta; retirar la fina película marrón o piel que cubre el cuerpo, y cortar éste en anillas o aros; dejar en la última anilla los tentáculos, a excepción, si se quiere, de los dos más largos que se pueden cortar a trocitos; lavar de nuevo todos los trozos de calamar y secarlos con papel absorbente.
Lavar la soja germinada y las hojas de col china sin su tallo, escurrirlas y secarlas con cuidado con papel absorbente.
Verter el aceite de girasol en un
wok
chino, al fuego, remover para que se distribuya bien por sus paredes y base,
y esperar a que humee (se puede
comprobar echando 1 pellizco de harina:
si chisporrotea, se han alcanzado los 180º
Celsius).
Preparar los trozos de calamar para freír: Sumergirlos uno a uno en la pasta de buñuelo y luego en el aceite caliente (no freír más de 3 a 4 buñuelos a la vez para no disminuir mucho la temperatura del aceite); ir friendo durante unos 4 a 5 minutos hasta que la pasta se hinche y esté bien dorada; retirar los buñuelos uno a uno con una espumadera y disponerlos sobre papel absorbente.
Quitar los trozos de pasta de buñuelo que hayan quedado en el aceite de fritura, y freír lo brotes de soja germinada y las hojas de col (si envolverlas en la pasta); retirar con cuidado con una espumadera y depositar todo sobre pape absorbente. Salar ligeramente los buñuelos de calamar, emplatar y presentarlos a la mesa acompañados de la soja germinada y las hojas de col fritas y bien crujientes, y con medios limones.
Ingredientes para 4 personas: 1,5 Kg de calamares muy frescos; 250 mL de vino blanco seco; 1 pellizco de harina; 2 cebollas blancas; 2 dientes de ajo; 3 pimientos verdes; 2 tomates maduros; 300 mL de aceite de oliva; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Lavar
los calamares con abundante
agua fría, retirar la piel o fina
película marrón que recubre el cuerpo, vaciarlos retirando las partes
blandas y la pluma transparente, practicar una incisión en la parte inferior
de la cabeza para quitar los ojos y el pico de loro córneo o
mandíbulas de la rádula, retirar y reservar las
bolsas de tinta negra con cuidado para que no se rompan, cortar
los tentáculos y picarlos finamente, y
lavar de nuevo las cabezas o cefalotórax
de los
calamares
con agua fría.
Agujerear cada bolsa de tinta y vaciar su contenido en un cuenco, diluir la tinta con 60 mL (2 cucharadas soperas) de vino blanco seco, añadir 1 pellizco de harina, y remover.
Pelar las cebollas y los dientes de ajo y picarlos finamente. Lavar y secar los pimientos, partirlos por la mitad y, tras eliminar sus pedúnculos, semillas y filamentos blancos, cortarlos finamente. Lavar y secar los tomates y trocearlos.
En una amplia sartén, al fuego, calentar la mitad (150 mL) del aceite de oliva, e incorporar la mitad del picadito de ajos y cebolla, junto con el pimiento cortado a trocitos; rehogar durante unos 5 minutos y añadir los tentáculos picados de calamar; salpimentar, y rehogar removiendo, a fuego vivo, durante unos 3 minutos; dejar entibiar la preparación.
Llenar las cabezas de los calamares con
este relleno o
farsa y cerrar su abertura ensartando palillos de madera. Verter
en una marmita, al fuego, el aceite de oliva
restante, y rehogar la mitad restante del picadito
de cebolla y ajo, y el tomate
cortado a trocitos; salpimentar, agregar
los calamares rellenos, y cocer hasta
que el picadito de cebolla y ajo esté
óptimamente pochado; regar con el resto de vino
blanco seco, y proseguir la cocción, a fuego lento, durante unos
10 minutos.
Retirar los calamares rellenos de la marmita con una espumadera y, después de quitarles los palillos de cierre, echarlos en una cacerola, y reservar. Verter la tinta negra diluida en vino blanco seco en la marmita, al fuego, rehogar durante dos minutos removiendo; pasar por el colador chino el contenido de la marmita de modo que se vierta en la cacerola donde están los calamares rellenos, y cocer a fuego lento durante unos 15 minutos hasta obtener una salsa negra untuosa. Servir caliente junto con una guarnición de arroz blanco hervido en agua durante unos 17 minutos, y escurrido en colador.
Ingredientes para 4 personas: 4 calamares de tamaño mediano; 3 rebanadas de hogaza de pan; 300 mL de leche; 2 cebollas blancas; 2 dientes de ajo; 1 ramita de perejil 'fresco'; 1 limón; 150 g de carne de cerdo picada; 1 huevo fresco; 5 cucharadas soperas (75 mL) de aceite de oliva; 150 mL de vino blanco seco; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Lavar
los calamares con abundante
agua fría, retirar la piel o fina
película marrón que recubre el cuerpo, vaciarlos retirando las partes
blandas y la pluma transparente, practicar una incisión en la parte inferior
de la cabeza para quitar
los ojos, el pico de loro córneo o mandíbulas de la rádula, y las
bolsas de tinta negra. Reservar los
tentáculos enteros, y lavar de nuevo las
cabezas o cefalotórax de los
calamares
con agua fría y secar con papel
absorbente.
Poner a remojar en leche la miga de las rebanadas de pan. Pelar las cebollas y los dientes de ajo, y picarlos por separado. Lavar el perejil y picarlo finamente. Lavar el limón y cortarlo en rodajas finas.
En un amplio cuenco, echar la miga de pan escurrida, y agregar la carne de cerdo, el huevo, el picadito de ajo y perejil; salpimentar y mezclar todo. Rellenar las cabezas de los calamares con este relleno o farsa y cerrar sus aberturas ensartando palillos de madera.
En una marmita, al fuego, calentar el aceite de oliva, y pochar el picadito de cebolla, cociendo durante unos 6 minutos hasta que se transparente; incorporar los calamares rellenos y los tentáculos, regando con vino blanco seco; cocer a fuego lento, durante unos 15 a 20 minutos o hasta que los calamares rellenos estén tiernos (se puede comprobar pinchando un calamar con la punta de un cuchillo: si entra fácilmente es que están tiernos). Comprobar en todo momento que hay líquido de cocción, y si no es así agregar 1 poco de caldo de pescado o agua. Probar y ajustar el punto de sal y de pimienta.
Retirar los calamares rellenos y disponerlos en una fuente de servir. Pasar la salsa de cebolla y tentáculos de calamar por una trituradora y colador chino, y verter el puré sobre los calamares rellenos. Servir caliente junto con las rodajas de limón y una guarnición de arroz blanco hervido en agua durante unos 17 minutos, y escurrido en colador.
Ingredientes para 4 personas: 1 Kg de aros o anillas de calamares; 250 mL de salsa Mahonesa a la que se agrega pimentón rojo dulce y ahumado (de la Región de Murcia o de la Comarca de la Vera en la provincia de Cáceres); el necesario aceite de oliva para freír; 2 limones; 250 mL de agua helada; 100 g de harina de trigo; 100 g de harina de maíz; 1 cucharadita de levadura; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Lavar los aros de calamar con agua fría y secarlos con papel absorbente. Preparar la salsa Mahonesa y reservarla en el frigorífico. Calentar aceite de oliva en una freidora hasta que alcance 180º Celsius (sabremos que se ha llegado a esta temperatura cuando al echar un pellizco de harina el aceite chisporrotee). Lavar los limones y cortarlo a cuartos. Mezclar en un amplio cuenco 250 mL de agua helada, las harinas, 1 pizca de sal y la levadura, debiendo quedar una pasta homogénea y fluida. Sumergir los aros de calamar en esta pasta y, a continuación, irlos sumergiendo, en pequeñas tandas, en el aceite de oliva caliente, friéndolos durantes unos 4 minutos; retirarlos con la espumadera y escurrirlos sobre papel absorbente. Disponer los aros de calamar fritos en forma de pirámide sobre una fuente de servir, decorando con los cuartos de limón. Servir la salsa Mahonesa en salsera aparte.
Chipirones Fritos a la Marsellesa.
Los marselleses aprecian
las cosas simples, y su gastronomía es también simple. Aprovechan el clima
ideal que tienen, la proximidad del mar y la riqueza aromática al alcance de
la mano para unir los sabores terrestres a los marinos y hacer de su
gastronomía un arte. La combinación de productos frescos (tomates,
calabacines,
pimientos, cebollas,
ajos…) con una gran variedad de
pescados, y
hierbas
aromáticas, sin olvidar, por supuesto, el
aceite de oliva, ha creado dentro de la cocina marsellesa
verdaderos manjares. En toda
Francia se reconoce la calidad culinaria de
Marsella, y la
sopa Bouillabaisse
se ha convertido en un plato francés, que puede degustarse en
París
y en todo el mundo.
Ingredientes para 4 a 6 personas: 1 Kg de chipirones (calamares pequeños) frescos; el necesario aceite de oliva para freír; 2 limones; 1 ramillete de perejil rizado (Petroselinum crispum) fresco; 4 dientes de ajo; 100 g de harina de trigo; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Lavar los chipirones con abundante agua fría, eliminando la fina película marrón o piel que les recubre, vaciarlos de vísceras, retirarles su pluma transparente, lavarlos de nuevo con agua fría y secarlos con papel absorbente. Lavar los limones y cortarlos a cuartos. Picar el ramillete de perejil. Pelar los dientes de ajo, partirlos longitudinalmente por la mitad y retirarles el germen verde. Calentar aceite de oliva en una freidora hasta que alcance 180º Celsius (sabremos que se ha llegado a esta temperatura cuando al echar un pellizco de harina el aceite chisporrotee). Salpimentar los chipirones, enharinarlos y sacudirlos para que desprendan el exceso de harina. Ir sumergiendo, por tandas, los chipirones enharinados en el aceite de oliva caliente y freírlos durante 5 a 6 minutos hasta que están dorados y crujientes; retirarlos con la espumadera y depositarlos sobre papel absorbente para que escurran el aceite sobrante. En una pequeña sartén, al fuego, con aceite de oliva caliente, freír el ajo y el perejil. Disponer los chipirones fritos en una fuente de servir, esparcirles por encima el ajo y el perejil fritos, decorar con los cuartos de limón, y servir caliente.
Chipirones en su Tinta a la Bilbaína.
Ingredientes
para 4 personas: 24
calamares
pequeños o
chipirones;
2
cebollas blancas;
2
tomates
maduros; 1 cucharón
(250
mL)
de
aceite de oliva;
1 rama de
perejil
'fresco'; 3
dientes de
ajo;
1 poco de
miga de pan;
1 vaso de
vino
blanco seco;
y, algo de sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Elaboración.
Los calamares o chipirones se han de lavar y limpiar perfectamente en varias aguas, requiriendo paciencia y tiempo: Se desprende del cuerpo, con cuidado, la cabeza, los tentáculos y las tripas; la cabeza y los tentáculos se reservan, y las tripas las desechamos después de haberles extraído las bolsas de tinta negra (que deben recogerse cuidadosamente en una taza, ya que van a ser el ingrediente principal de la salsa en este plato); se les extrae los dos ojos (llevando cuidado porque salpican bastante líquido si los rompemos inadecuadamente) y los desechamos; por último les quitamos su membrana marrón o piel, extraemos su pluma transparente, lavamos todas las piezas blancas que vamos a utilizar con agua fría y secamos con papel absorbente. La cabeza del calamar se limpia perfectamente por dentro dándole la vuelta como si de un calcetín se tratara. Cortar a trozos los tentáculos de los calamares.
Mientras se han limpiado los calamares se ha preparado un condumio tal como se describe a continuación: En una cacerola, al fuego, con aceite de oliva caliente, rehogar un picadillo de cebolla, ajo y perejil, los tomates (partidos a trozos sin piel, semillas y pedúnculos); salpimentar y rehogar hasta lograr un buen pisto. Agregar las cabezas y tentáculos de los calamares, junto con el vino blanco seco; con una espumadera retirar a un plato las cabezas y tentáculos doraditos. Ver el punto de cocción del pisto y pasarlo por un colador chino. En un mortero majar la tinta de calamar junto con la miga de pan, desleído todo con 1 cucharada sopera de agua. Agregar el majado de tinta al pisto colado, y poner a cocer de nuevo; añadir, de nuevo, los calamares y cocer a fuego lento. Probar y ajustar el punto de sal y de pimienta. Servir calientes los calamares o chipirones en su tinta, adornando con triángulos de pan frito.
"La Gastronomía de Vizcaya es el conjunto de platos y costumbres culinarias de la provincia o territorio histórico de Vizcaya (País Vasco). Algunos platos típicos de esta provincia tienen la denominación de a la bilbaína o a la vizcaína. La cocina vizcaína es abundante en platos que combinan legumbres, hortalizas y verduras con mariscos y pescados o carnes. Uno de los centros culinarios de la provincia es la ciudad de Bilbao donde se prepara el bacalao de diversas formas. Entre las costumbres culinarias de la provincia cabe destacar los pintxos, muy habituales en los diversos establecimientos culinarios de Bilbao así como otros municipios vizcaínos. Algunas preparaciones culinarias han trascendido a la culinaria internacional, como la salsa Vizcaína. De todos los ingredientes marinos cabe destacar en la provincia el guiso y diversas preparaciones del bacalao, ocupando la merluza el segundo lugar. El Marmitako es un guiso de bonito con patatas al estilo de Lequeitio y Ondárroa. Entre los platos de bacalao y de pescado existen numerosos casos con la denominación a la vizcaína y a la bilbaína, como el bacalao a la Vizcaína, la merluza a la Bilbaína, el besugo a la Bilbaína, el cabracho a la Bilbaína, etc. Las sardinas de Santurce, popularizadas en una canción, se suelen servir asadas en el mes de agosto. Un plato tradicional son las angulas a la Bilbaína. Entre los mariscos se encuentran los chipirones en su tinta, la langosta a la Vizcaína, el Txangurro que se sirve en el esqueleto del centollo. Entre las carnes de caza menor se contemplan las codornices con uvas moscatel. Entre las carnes de cerdo destaca el solomillo de cerdo con crema de queso Idiazábal, las alubias rojas con morcilla, las alubias blancas con pimientos choriceros, etc. Con las verduras y hortalizas se confecciona una menestra de verduras a la Bilbaína. Las legumbres suelen emplearse en cocidos, guisos y estofados muy populares en la provincia. Famosa es la Piparrada, las habas frescas a la Bilbaína, los pimientos rellenos a la Bilbaína, etc. Entre las setas son populares los guiberludiños. Como postre, hay que probar los canutillos de Bilbao"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Ingredientes para 4 personas: 500 g de calamares; 1,5 litros de caldo de pescado; 1 chorrito de vinagre; 1 vaso de vino blanco seco; 2 cucharadas soperas (2 x 15 gramos) de harina; 2 patatas nuevas de tamaño mediano; 200 mL de aceite de oliva; 3 dientes de ajo; 2 cebollas blancas; 1 hoja de laurel; 1 ramita de tomillo; unas hojitas de orégano; 1 cucharadita de pimentón choricero; unas hebras de azafrán; 1 ramita de perejil 'fresco y picado'; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Lavar y limpiar los calamares, cortar sus cabezas en anillas y sus tentáculos en trozos. En amplia salteadora, al fuego, con aceite de oliva caliente rehogar un picadillo de cebolla y ajo; cuando la cebolla transparente agregar los calamares, el pimentón, el vinagre, el vino blanco, el laurel, el tomillo, el orégano, la harina (disuelta en 1 cucharada de agua fría) y las hebras tostadas de azafrán; salpimentar, regar con el caldo de pescado, y añadir las patatas peladas y cortadas a trozos, junto con el perejil picado. Seguir cociendo durante 1 hora, con la salteadora tapada y a fuego muy lento. Servir caliente.
Calamares en Salsa a la Malagueña.
Ingredientes para 6 personas: 500 g de calamares; 250 mL (1 cucharón) de aceite de oliva; 2 cebollas blancas; 2 dientes de ajo; 1 cucharada sopera de harina; 6 pimientos verdes; 200 g de tomates maduros; 1 cucharadita de pimentón choricero; 1 ramito de perejil 'fresco'; 250 mL de caldo de pescado; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Limpiar y lavar los calamares, eliminar las bolsas de tinta, piel, ojos, pico de loro o mandíbula, y vísceras; lavar las cabezas y tentáculos. Poner cabezas y tentáculos en una cacerola, al fuego, con agua y algo de sal; cuando rompa el hervor, retirar la cacerola del fuego y reservar su contenido. Pelar y picar finamente las cebollas y ajos. En una sartén, al fuego, con aceite de oliva caliente, rehogamos el picadillo de cebolla y ajos; agregar los pimientos verdes picados finamente y los tomates cortados a trozos desprovistos de pedúnculos, piel y semillas; remover y rehogar muy bien el conjunto hasta lograr un buen pisto; a continuación, añadir las cabezas de calamares cortadas en anillas y los tentáculos cortados a trozos; añadir 1 cucharada sopera de harina, pimentón choricero, perejil picado y 1 cucharón de caldo de pescado; salpimentar y cocer, a fuego muy lento, hasta que los calamares estén bien tiernos. Servir caliente, adornando con triángulos de pan frito.
Gastronomía de la Provincia de Málaga.
"La
gastronomía de Málaga es el conjunto de
platos típicos de la
provincia de Málaga,
en
España. Es una cocina
marinera, encuadrada dentro de la
gastronomía de Andalucía,
y por lo tanto recibe influencias de todos los pueblos del
mar Mediterráneo. Son
famosos los
salazones
fenicios y
romanos, la
repostería árabe de
miel y
frutos secos y
las técnicas de
cocina castellana.
Al ser una tierra que se encuentra entre el mar Mediterráneo y la serranía, ofrece un gran abanico de posibilidades debido a la diversidad de materias primas, entre las cuales se destacan el pescado, sobre todo por ser una provincia costera, y las carnes típicas de las numerosas sierras y las verduras y hortalizas de la Vega de Málaga. Debido a esta diversidad, los platos de pescado se alternan perfectamente con platos de carne y embutidos de gran calidad.
Existen diversas preparaciones con verduras y hortalizas, entre ellas las ensaladas siendo la más tradicional de todas la ensalada Malagueña, a base de patatas cocidas, pimiento, tomate, huevos cocidos, naranjas y arencas (sardinas en salazón), todo ello regado con aceite de oliva.
Algunas sopas, al igual que en el resto de Andalucía, son tradicionales. Sopas frías, particularmente en esta provincia, como el ajoblanco a base de aceite de oliva, ajo y almendras, además del gazpacho Andaluz y su variante la porra Antequerana y el zoque. Entre las sopas calientes: el en blanco de pescado o caldo con pescado blanco, el gazpachuelo, una sopa de pescado similar al en blanco rebajada con salsa Mahonesa, la sopa de almendras, la sopa cachorreña, a base de naranjas cachorreñas o agrias, la sopa de espárragos trigueros, las sopas perotas tradicionales del municipio malagueño de Álora, la sopa de rape, la sopa de tomate, la sopa viña A.B., la sopa de maimones variante de la sopa de ajo o la sopa jervía, la sopa de coquinas, etc.
Gracias a la rica agricultura malagueña que nos ofrecen productos frescos y muy variados se pueden preparar platos exquisitos como alcachofas rellenas, berenjenas con bechamel, berenjenas rellenas, calabacines rellenos, cebollas rellenas, espinacas con pasas y almendras, lechugas en salsa, morrete de espárragos, patatas a lo pobre, etc.
Qué decir sobre el apartado de pescado,
siendo una ciudad costera donde los productos marinos son totalmente frescos
y donde se presenta mas variedad que en cualquier otro tipo de platos. Son
variados, creativos, frescos y, sobre todo, muy sanos al realizarse con
productos totalmente naturales. En la costa de Málaga podrá disfrutar de
platos de
fritura malagueña.
También podemos disfrutar de las sabrosas y variadas frituras de pescado (pescado enharinado y frito en abundante aceite de oliva, a fuego muy vivo, durante cortísimo tiempo). Nos podemos encontrar pescados y mariscos variados, fritos, asados o cocidos, como los famosos espetos de sardinas que se comen a pie de playa, los soldaditos de Pavía, los manojitos de boquerones Victorianos fritos de las playas del Rincón de la Victoria.
Hay una gran variedad de
platos a base de pescado,
por ejemplo: los
fideos con bacalao,
las
papandúas,
el
salteado de almejas,
el
atún mechado,
los
calamares rellenos a la malagueña,
el
cazón en amarillo,
la
dorada a la sal con
pimientos, el
lenguado en salsa con
uvas moscatel, el
róbalo al horno,
los
mejillones en pipirrana, los
medallones
de
rape al estilo perchelero, la
moraga de sardinas,
la
pescada gratinada con aceitunas,
el
pescado en adobo,
los
buñuelos de bacalao,
la
fritura malagueña, la
tortilla de sardinas, los
boquerones en vinagre,
etc.
En lo que se refiere a la carne esta más centrada en la sierra, especialmente en la Serranía de Ronda, que ofrece excelentes preparaciones de carne de caza con verduras y hortalizas, los embutidos de creación propia como las morcillas. En las ventas de carretera de los Montes de Málaga es típico el plato de los montes. Mereciendo, adicionalmente, destacar el rabo de toro a la Rondeña. Además son reseñables: el conejo a la cortijera, el choto serrano, el pavo asado con manzanas, el rabo de toro, la pepitoria de gallina, las perdices adobadas en escabeche, las perdices en salmorejo, la perdiz del pastor, el pollo salteado al vino de Málaga, el solomillo de cerdo a la malagueña, la ternera mechada y los sesos de ternera rebozados.
No nos podemos olvidar de los guisos como la berza malagueña, los callos a la andaluza, la cazuela de fideos con coquinas, las almejas a la malagueña, el cocido de chícharos y habas, el cocido malagueño, el potaje de castañas y judías, el potaje de garbanzos, el potaje de lentejas, los fideos a banda, las gachas, las migas cortijeras, las papas en adobillo, las papas a la malagueña, las habas a la andaluza, la menestra a la rondeña, el arroz caldoso con bacalao, el arroz a la parte.
Típicos de las
hamburgueserías y otros restaurantes de comida rápida de la provincia son
los
bocadillos
camperos, que constan de un
pan redondo y plano
de dimensiones mayores que las del
mollete, con una base
de
jamón cocido,
queso,
salsa Mahonesa y
vegetales, y acompañados de gran variedad
de ingredientes, especialmente
pechuga de pollo o
de
atún. Generalmente suelen
ser tostados y aplanados en una tostadora tipo plancha.
En el apartado de postres destacan las recetas monacales, especialmente en Antequera, como los populares roscos y tortas de almendra, las magdalenas o el Bienmesabe. Los churros se denominan tejeringos en la capital. Entre otros, caben destacar además: el bizcocho de naranja, los bollos de aceite, las croquetas de batatas, el flan de castañas, la carne de membrillo, los mostachones de piñones, las naranjas al vino de Málaga, el pan de higo de Coín, el polvo de batatas, los polvorones, la tarta de aguacate, la tarta de café, las tortas de aceite, las tortas tocas y, en verano, el granizado de almendra de Valle de Abdalajis. En Semana Santa son típicos los pestiños y las torrijas al vino de Málaga. En Navidad, no faltan en la mesa malagueña: los mantecados, los alfajores, los borrachuelos generalmente aderezados al vino de Málaga y los roscos de vino"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Calamares en su Tinta a la Donostiarra.
Ingredientes
para 6 personas: 3 docenas de
calamares
muy pequeñitos o
chipirones;
1 cucharón
(250
mL)
de
aceite de oliva;
2
cebollas blancas
de tamaño grande; 3
dientes de
ajo;
4
tomates
maduros; 3 cucharadas soperas
(3 x 15 gramos)
de
harina;
2 cucharones
(2 x 250
mL)
de
caldo de pescado;
1 poco de
miga de
pan
rallada
(sin freír o tostar);
1 ramita de
perejil
'fresco y picado'; y, algo de
sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Elaboración.
Confeccionar primero la salsa: En una sartén, al fuego, con la mitad del aceite de oliva caliente, rehogar los ajos pelados enteros y la cebolla picada; añadir la harina, remover y seguir rehogando; agregar los tomates cortados a trozos y el caldo de pescado, y dejar cocer a fuego moderado.
Limpiar y vaciar los calamares, quitándoles los ojos, la pluma transparente y la mandíbula o pico de loro; reservar las bolsas de tinta negra en un cuenco, y partir a trozos los tentáculos; lavar las cabezas vacías y los trozos de tentáculos bajo el chorro de agua fría y secarlos con papel absorbente.
En una sartén, al fuego, con la otra mitad de aceite de oliva caliente, sofreír los trozos de tentáculos, la miga de pan rallado y el perejil picado (también se puede añadir un picadillo de huevos duros: huevos frescos cocidos durante unos 13 minutos en agua hirviendo con 1 poco de vinagre). Rellenar las cabezas de calamares con este sofrito, sujetando su abertura con un palillo para que queden bien cerrada; enharinar la cabezas de calamar rellenas, freírlas en el aceite caliente y reservar.
Pasar la salsa por el colador chino, añadirle la tinta negra desleída con 1 poco de caldo de pescado, salpimentar, y sumergir las cabezas rellenas de calamar fritas; dejar cocer todo a fuego lento hasta que los calamares estén bien tiernos. Retirar los palillos cuando se vallan a servir calientes, acompañados por unos triángulos de pan frito.
"La Gastronomía de Guipúzcoa es el conjunto de platos y costumbres culinarias existentes en la provincia o territorio histórico de Guipúzcoa (País Vasco), la menos extensa de las provincias de España. La principal ciudad y agrupación de habitantes es San Sebastián, es por esta razón por la que a menudo se hace referencia a la Gastronomía de San Sebastián o Donostiarra (Donosti es la ciudad del mundo con mayor número de estrellas Michelin por metro cuadrado). Entre los representantes de su cocina moderna se encuentran Juan María Arzak, Pedro Subijana o Martín Berasategui. Es provincia de sociedades gastronómicas y pintxos (servidos con un vaso pequeño de cerveza denominado zurito). El municipio wwwde Mendaro es famoso por sus chocolates artesanos. La tradición chocolatera de Mendaro se remonta al siglo XVIII. En esa época comenzó a llegar a Guipúzcoa cacao procedente de Venezuela a través de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas y por otro lado hacia 1800 se afincó en Mendaro una familia de origen francés (en concreto de Saint Girons) que trajo consigo una tradición repostera a la que era ajena la comarca. En 1850 se funda la empresa Chocolates de Mendaro-Saint Girons, que aún hoy en día sigue fabricando los chocolates, trufas de chocolate y bombones de forma artesanal. Uno de las preparaciones culinarias de la provincia en relación con las hortalizas, concretamente una sopa de puerros es la purrusalda. Son famosas en el terreno de las legumbres las alubias de Tolosa: se caracteriza por ser una alubia totalmente negra y uniforme, que no requiere hidratación, por lo que no es necesario dejarla en remojo horas antes, como sucede con otro tipo de alubias; es de carne mantecosa y firme: si se cuece bien no debe romperse. Son populares los cocidos con berzas. Entre los cocidos de la zona existe un cocido guipuzcoano, elaborado con alubias, sin garbanzos. Entre las preparaciones de carne el cerdo se tienen las magras de cerdo. La tripotxa elaborada con los intestinos y el bofe del cordero. Existen platos de carne de caza muy populares como los preparados con jabalí en Hernani. Los pescados, al ser una provincia costera, son abundantes. Una de las preparaciones es el bacalao al pil pil, las cocochas de bacalao (denominadas kokotxas en euskera) servidas a veces en salsa verde, la zurrukutuna de bacalao, las ventrechas o ijadas de atún, la merluza rellena de marisco, el bonito a la Orriotarra (mechado con tocino), la merluza a la Koskera, etc. Con el congrio se elabora una sopa. El pastel de cabracho ilustrado por Arzak. Las anguilas se preparan de forma especial en San Sebastián: anguilas o lampreas a la donostiarra, que se rebozan y se fríen. Dentro de los platos de volatería se encuentra el guiso de pollo a la Iruñesa que consiste en un pollo relleno de jamón y repollo. Entre las preparaciones reposteras de la provincia se encuentran las Tejas y Cigarrillos de Tolosa y los Xaxus. Es tradición en Fuenterrabía que el 25 de abril (Día de San Marcos) las madrinas obsequien a sus ahijados con una opila de San Marcos (pastel de bizcocho con huevos duros)"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros. Ver restaurantes en San Sebastián. Ver guía de viaje en San Sebastián.
Calamares en su Tinta a la Santanderina.
Ingredientes
para 6 personas: 3 docenas de
calamares
muy pequeñitos o
chipirones;
1 cucharón
(250
mL)
de
aceite de oliva;
1
cebolla blanca
de tamaño grande; 3
dientes de
ajo;
500 g de
tomates
maduros; 125 g de
jamón serrano;
1 ramita de
perejil
'fresco'; 1
clavo de olor;
1 poquito de
nuez moscada
'recién rallada'; 1 cucharada sopera
(15 gramos)
de
harina;
500
mL
(2 cucharones)
de
caldo de pescado;
y, algo de
sal
y de
pimentón choricero.
Elaboración.
Los calamares o chipirones se han de lavar y limpiar perfectamente en varias aguas, requiriendo paciencia y tiempo: Se desprende del cuerpo, con cuidado, la cabeza, los tentáculos y las tripas; la cabeza y los tentáculos se reservan, y las tripas las desechamos después de haberles extraído las bolsas de tinta negra (que deben recogerse cuidadosamente en una taza, ya que van a ser el ingrediente principal de la salsa en este plato); se les extrae los dos ojos (llevando cuidado porque salpican bastante líquido si los rompemos inadecuadamente) y los desechamos; por último les quitamos su membrana marrón o piel, extraemos su pluma transparente, lavamos todas las piezas blancas que vamos a utilizar con agua fría y secamos con papel absorbente. La cabeza del calamar se limpia perfectamente por dentro dándole la vuelta como si de un calcetín se tratara. Cortar a trozos los tentáculos y las aletas de los calamares.
Para preparar el relleno: Poner 3 cucharadas soperas de aceite de oliva en una sartén al fuego; cuando el aceite esté caliente incorporar un picadito con 1 ajo pelado y la mitad de la cebolla pelada; remover e ir rehogando; añadir el jamón serrano cortado a taquitos pequeños; cocer a fuego lento con la sartén tapada para que no se tueste la cebolla; agregar 1 cucharadita de pimentón choricero, los trozos de tentáculos y aletas de los calamares y 1 poco de perejil picado; salpimentar, agregar 1 poco de nuez moscada 'recién rallada', remover y retirar la sartén del fuego.
Rellenar con esta mezcla las cabezas de los calamares cerrando su abertura con un palillo de madera; enharinar los calamares rellenos y sofreírlos en sartén a fuego vivo con el aceite de oliva restante durante unos instantes; retirar los calamares rellenos sofritos y disponerlos en una cazuela de barro un poco honda.
En la sartén de sofreír los calamares, pochar el resto de la cebolla y ajos picados finamente; agregar la harina y el tomate partido a trozos (sin piel, pedúnculos y semillas), y 1 poco de perejil picado; agregar algo de sal, de pimienta 'recién molida', de azúcar y de nuez moscada 'recién rallada'; añadir el caldo de pescado y las bolsas de tinta negra mezcladas con miga de pan rallado; cocer durante unos 15 minutos y pasar la salsa por el colador chino.
Verter la salsa por encima de los calamares rellenos y dejar cocer todo a fuego muy lento durante 1 hora. Servir en la misma cazuela adornando con triángulos de pan frito.
"La gastronomía de Cantabria, gracias a la situación geográfica de esta Comunidad Autónoma, cuenta con una selecta relación de ingredientes: los pescados y mariscos del mar Cantábrico, el salmón y la trucha terciada de las cuencas altas de sus ríos, verduras, hortalizas y legumbres de su huerta, y su ganadería vacuna. El marisco es el máximo protagonista de la mesa regional, siendo de gran variedad y calidad, gracias a las frías y limpias aguas de las que procede. Si bien puede conseguirse en toda la costa, es en la bahía de Santander donde se encuentran los mejores ejemplares. Buenos ejemplos son las almejas, mejillones, muergos, berberechos, nécoras, centollos, percebes, cigalas, langostas, caracolillos o bogavantes. También destacan los calamares, que en la orilla del Cantábrico alcanzan un nivel de aromas y sabores extraordinarios. Entre los pescados pueden mencionarse las lubinas, merluza, cabrachos, bocartes, etcétera. El bonito del norte da lugar a uno de los platos más típicos de la región, el sorropotún o marmita. Las sardinas asadas son un plato típico muy propio de estos puertos de pescadores. Algunos de los platos cántabros de más renombre son la merluza en salsa verde, los maganos encebollaos en su tinta o las almejas a la cazuela.
El vacuno es la carne cántabra por excelencia, donde destaca la de la vaca tudanca. No hay que olvidar que la feria ganadera más importante de España, la Feria Nacional de Ganados de Torrelavega, se celebra en esta región. La caza también ofrece carne de gran calidad: venado, corzo y jabalí. El chon, es un elemento clave para el cocido montañés, al que además se le añaden alubias, berzas, chorizo y morcilla de arroz.
En cuanto a la repostería, caben destacar sus tradicionales sobaos y quesadas pasiegas. También es típico el hojaldre, que según la zona adopta diferentes nombres: corbatas en Unquera y San Vicente de la Barquera, polkas en Torrelavega, o sacristanes en Liérganes. Otros dulces notables son los frisuelos y los canónigos, ambos de Liébana; los corazones en Liérganes y La Cavada; los palucos de Cabezón de la Sal; y los tortos y pantortillas de Reinosa. Otros postres que no son genuinamente cántabros, pero que gozan de gran tradición en la región, son el arroz con leche, las natillas y la leche frita, cuya degustación casera es un magnífico cierre de menú. También merecen resalte las mermeladas de frutas. Es indiscutible la alta calidad de la leche cántabra, por lo que no puede extrañar que los derivados de la misma proliferen por toda la región: el queso de nata, que puede encontrarse por toda la región; el queso picón en Tresviso y Bejes; quesos ahumados como los de Áliva o Pido; o los pequeños quesucos, realizados con la mezcla de leche de vaca y oveja.
La bebida más característica de esta región es el orujo, elaborado artesanalmente, y destilado gota a gota. Dicen los entendidos que el orujo es una bebida excelente para aliviar digestiones pesadas. Históricamente hubo gran producción de sidra y chacolí, que tras un importante declive se está recuperando en los últimos años. Cantabria cuenta actualmente con dos certificaciones de origen en vinos: Vino de la Tierra Costa de Cantabria y Vino de la Tierra de Liébana"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Calamares Rellenos a la Andaluza.
Ingredientes para 4 a 6 personas: 12 calamares de tamaño regular; 30 g de queso rallado; 2 huevos duros (huevos frescos cocidos durante unos 13 minutos en agua hirviendo con 1 poco de vinagre); 1 cebolla blanca de tamaño grande, pelada y picada; 1 cucharada sopera de miga de pan rallada; 1 vaso de vino blanco seco; 1 buen pellizco de perejil 'fresco y picado'; 1 puñadito de piñones; 3 cucharadas soperas (15 gramos) de harina; 1 cucharón (250 mL) de aceite de oliva; 500 mL (2 cucharones) de caldo de pescado; 1 poquito de nuez moscada 'recién rallada'; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Limpiar los calamares vaciándoles sus tripas, quitándoles su pluma transparente, ojos, la bolsa de tinta negra y la mandíbula o pico de loro; lavar las cabezas vacías de los calamares, sus tentáculos y aletas; cortar en trocitos los tentáculos y aletas, y reservar.
Para preparar el relleno de las cabezas de calamar: En una sartén, al fuego, con aceite de oliva cliente, pochar la cebolla picada; cuando la cebolla transparente, agregar los trocitos de tentáculos y aletas del calamar y seguir rehogando; añadir la miga de pan rallada, 1 picadillo de huevos duros, el perejil picado, algo de sal y de pimienta 'recién molida', 1 pellizco de nuez moscada 'recién rallada', y regar con el vino blanco seco; remover y cocer el conjunto, a fuego lento, hasta obtener una papilla muy espesa. Rellenar con esta papilla las cabezas de los calamares, cerrando sus aberturas con palillos de madera. Enharinar los calamares rellenos, y sofreírlos en olla de barro al fuego con aceite de oliva caliente; agregar el caldo de pescado y dejar cocer hasta que los calamares rellenos sofritos estén muy tiernos. Probar y ajustar el punto de sal y de pimienta. Antes de servir calientes los calamares rellenos con su salsa, retirar los palillos de madera.
Calamares Rellenos a la Alicantina.
Ingredientes para 4 personas: 4 calamares de unos 200 g cada uno; 2 latas de atún en conserva de aceite vegetal; 2 huevos duros (huevos frescos cocidos durante unos 13 minutos en agua hirviendo con 1 poco de vinagre); 1 cebolla blanca de tamaño grande, pelada y picada finamente; 1 tomate maduro de tamaño grande; 100 g de almendras crudas picada; 1,5 litros de de caldo de pescado; 1 vaso de vino blanco seco; 1 cucharón (250 mL) de aceite de oliva; 3 cucharadas soperas (15 gramos) de harina; 1 buen pellizco de perejil 'fresco y picado'; 1 cucharadita de pimentón rojo dulce y ahumado (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres); y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Se limpian bien los calamares y se rellenan con el atún, los tentáculos y aletas, de calamar, partidos a trocitos, y los huevos duros picados; se ensartan sus aberturas con unos palillos de madera; se enharinan y se fríen en sartén, al fuego, con aceite de oliva caliente, reservándolos.
Para hacer la salsa: Se sofríe en sartén, al fuego, con aceite de oliva caliente la cebolla pelada y picada y el tomate cortado a trocitos sin pedúnculo, semillas y piel; salpimentando, se pasa el sofrito a una cazuela, y se agrega el caldo de pescado, el vino blanco, los calamares rellenos y una picadura a base de almendras y perejil. Cocer lentamente hasta que el líquido se reduzca a nuestro gusto, debiendo quedar la salsa muy ligada y los calamares rellenos muy tiernos. Servir caliente.
Chipirones en su Tinta de José Romero Postiguillo.
Don José Romero Postiguillo es ingeniero de caminos, canales y puertos. Vive en Madrid. Su gran pasión, al margen de su mujer y su hija, es la Gastronomía. Consigue elevar la cocina sencilla a una alta categoría con la presentación impecable de sus platos. Merece la pena visitar, muy a menudo, su Blog 'Romero y algo más...'. Muchas gracias José por ser mi amigo y dejarme publicar esta receta y otras más:
"Recordando
a mi amiga
GUISADORA DUNCAN (y
salvando el arte que ella tiene), os voy a contar una pequeña historia: En
mi casa, el día de
Navidad, nos juntamos una docena de adultos
(y media de niños) para comer y celebrarla juntos. Cómo se les gusta comer,
aprovecho para preparar un menú de los que a mi me gustan (y a mis invitados
también): entrada (generalmente una
ensalada),
plato de cuchara,
pescado,
carne
y
postre,
aparte de alguna
chacina
con la
cervecita previa. Todo lo
emplato, no sirvo nada al centro y, con carácter general, lo hago todo el
mismo día por la mañana (algunos platos la víspera, por eso de que estén más
sabrosos...). Y este es el caso de los
chipirones a los que quiero referirme. En
una ocasión pensé en preparar chipirones
rellenos y
estofarlos. Pero como a mi me gusta hacer
la mayoría de las cosas 'handmade' ('hecho a mano'), pues
nada de comprar cosas preparadas: los
chipis
enteros... y yo los limpio y los relleno de sus
patitas,
huevo duro,
cebollita pochada, un
poquito de
jamón en taquitos pequeños...
Y nada, me puse con ellos la misma mañana y... ¡menos mal a mi suegra que me
ayudó!... porque quedaba nada para que llegaran los comensales (que no son
pocos) y aún no había terminado de rellenarlos... ¡Qué agobio!... A partir
de entonces: RELLENOS, y punto.
Ingredientes
para 4 personas: 16
chipirones rellenos;
100 g de
pasta semini;
2
clavos
de olor;
1 hoja de
laurel;
2 vasos de
vino
blanco seco;
1
cebolla blanca
de tamaño grande; 1
pimiento verde
de tamaño mediano; 2
tomates
maduros; 3 sobres de
tinta de calamar;
1 diente de
ajo;
unos
picatostes de
pan;
1 ramillete de
perejil
fresco; el necesario
aceite de oliva
para sofreír; y, algo de
sal común.
Elaboración.
Para preparar la salsa de tinta de calamar, cortamos en brunoise fina la cebolla y la pochamos con un poco de aceite y una pizca de sal. Cuando esté caída, incorporamos el pimiento verde, también finamente picado, y dejamos pochar (en total como entre 20 y 30 minutos), removiendo de vez en cuando para que no se nos pegue. Pasado este tiempo, incorporamos los tomates rallados. Rectificamos de sal, añadimos una cucharadita (de las de café) de azúcar, y dejamos que se fría el tomate (como unos 10 minutos).
Mientras tanto, en el vaso de la batidora introducimos el diente de ajo pelado y finamente picado, el perejil, los picatostes de pan, la tinta de calamar y un vaso de vino blanco seco. Trituramos a máxima potencia.
Cuando esté el sofrito de cebolla, pimiento verde y tomate, incorporamos a la sartén el majado anterior. Dejamos cocer a fuego lento durante 10 minutos. Pasado este tiempo lo introducimos en el vaso de la Thermomix (el que no tenga... a pasarlo por la batidora) y los trituramos a 80º Celsius, primero a velocidad 3 durante 1 minuto, luego a velocidad 6 durante 30 segundos y, finalmente, a máxima potencia durante 2 minutos. Pasamos por un colador chino y volvemos a colocar esta salsa triturada en la sartén.
Dependiendo de la textura que queramos conseguir podemos incorporar fumet de pescado (o incluso agua del grifo). Envolvemos bien e introducimos los chipirones rellenos en la salsa. Dejamos hacer a fuego lento durante 10 minutos. Pasado este tiempo, les damos la vuelta, dejamos 5 minutos más y apagamos el fuego. Retiramos los palillos que cerraban el cuerpo del chipirón relleno y reservamos.
Para la
guarnición,
como en casa el
arroz
lo llevan un poco mal, se me ha ocurrido acompañarlos con
pasta
tipo
semini
o
risini,
también conocida como
lengua de pájaro. Ésta es una
pasta corta
en forma de
granos de arroz.
Para cocerla, ponemos en una olla, al fuego,
agua
a hervir junto con 1
diente de ajo,
2 clavos de
olor, 1
hoja de laurel
y unos
ramilletes de perejil.
Cuando rompa a hervir, añadimos 1 pizca de
sal.
Dejamos cocer durante 10 minutos y retiramos todos los ingredientes.
Reservamos el
caldo en la
olla al fuego mínimo.
Mientras tanto, ponemos en una sartén, al fuego, 1 poquito de aceite de oliva, y pochamos 1 cebolla blanca (pelada y finamente picada), y 2 dientes de ajo (pelados y picados finamente), hasta que estén doraditos. En ese momento incorporamos los semini y sofreímos ligeramente. Vamos añadiendo poco a poco (a demanda) el caldo caliente que hemos preparado, a la vez que envolvemos bien el conjunto (como si se tratase de un risotto). Cocemos la pasta durante el tiempo que marca el fabricante. Una vez cocida ya está lista para servir.
Nota.- Yo he utilizado 3 cacillos y 1/2 de caldo (unos 350 mL) para la cocción de la pasta durante 10 minutos.
Presentación: En un plato llano colocamos en el centro una cama de pasta y encima los chipirones rellenos. Salseamos con la salsa de tinta de calamar y añadimos un poquito de perejil recién picado o cebollino.
Espero que os haya gustado esta versión de chipirones en su tinta"... Del Blog 'Romero y algo más...'.
Nota de este sitio Web.- Los chipirones se limpian y se rellenan con sus patitas, huevo duro, cebollita pochada, y 1 poquito de jamón en taquitos pequeños. // Para ver la preparación descrita, paso a paso y con sus fotos, deben de acudir al Blog 'Romero y algo más...'.
Colitas de Rape y Chipirones Encebollados de José Romero Postiguillo.
Don José Romero Postiguillo es ingeniero de caminos, canales y puertos. Vive en Madrid. Su gran pasión, al margen de su mujer y su hija, es la Gastronomía. Consigue elevar la cocina sencilla a una alta categoría con la presentación impecable de sus platos. Merece la pena visitar, muy a menudo, su Blog 'Romero y algo más...'. Muchas gracias José por ser mi amigo y dejarme publicar esta receta y otras más:
"Ya
lo decía
Rubén Blades en su canción de 'Pedro
Navaja': La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida
¡Ay, Dios!... Y a mi me las da el frigorífico. Hoy, echando un vistazo a
lo que había en la bandeja de
pescados,
han aparecido tres
colitas de
rape
y unas patitas
de
calamar
congeladas. Lo cierto es que poca cantidad, pero bueno, nos ha dado para
este plato... Espero que os guste.
Ingredientes para 4 personas: 4 colitas de rape congeladas (unos 600 g en total); 200 g de patitas de calamar congeladas; 2 cebollas blancas; 3 dientes de ajo; 250 mL de vino blanco seco; 1 pizca de azafrán en rama ó 1 pizca de colorante alimentario; el necesario aceite de oliva para sofreír; y, algo de sal común.
Elaboración.
Pelamos las cebollas, las cortamos en brunoise y las echamos en una sartén, al fuego, con un poco de aceite de oliva caliente, y los ajos pelados y cortados en daditos finos. Sazonamos y dejamos pochar a fuego medio-bajo (durante unos 20 minutos).
Mientras tanto limpiamos las colitas de rape, las cortamos a la mitad, dejando el hueso, y reservamos. Lavamos las patitas de los chipirones, escurrimos y reservamos.
Cuando la cebolla y el ajo estén bien doraditos, incorporamos las patitas. Subimos el fuego y dejamos saltear durante un par de minutos. A continuación, añadimos las tajadas de rape; salteamos ligeramente y añadimos el vino blanco; incorporamos 1 pizca de azafrán en rama. Cuando rompa a hervir, tapamos y bajamos el fuego al mínimo, y dejamos hacer durante 15 minutos.
Presentación: En un plato llano ponemos en el centro unas cucharadas del pochado de cebolla y ajo y caldo de la cocción. En el centro, las tajadas de rape y por encima unas patitas de calamar. Terminamos con unas hojitas de perejil recién picadas.
Observaciones: Si queremos que nos quede más espesa la salsita, tenemos tres opciones. La primera es triturar la cebolla con el caldo, dejar que hierva y lista para servir. La segunda, sería añadir 1 poco de harina, bien friendo el rape enharinado previamente, o añadiendo la harina antes de saltear las patitas. La tercera, consistiría en sacar las colitas de rape una vez hechas y dejar reducir la salsa al fuego"... Del Blog 'Romero y algo más...'.
Su nombre
científico o en latín es
Sepia officinalis
Linnaeus, 1758. La
sepia común
tiene varios vernáculos en diferentes puertos pesqueros españoles tales
como:
choco,
jibia,
jibiote,
sepieta
y sepionet
(en la Comunidad Valenciana, cuando es pequeña)
tarca,
petaquita,
almendrita
o cachón.
Pertenece al
reino
Animalia, al
filo
Mollusca, a la
clase
Cephalopoda,
al
orden
Sepioidea, a la
familia biológica
Sepiidae, y al
género
Sepia.
Sus especies sinónimas son: Sepia rugosa Bowdich, 1822; Sepia vicellius Gray, 1849; Sepia zebrina Risso, 1854; Sepia filliouxi Lafont, 1869; Sepia fischeri Lafont, 1871; Sepia vermiculata Quoy & Gaimard, 1832; Sepia officinalis mediterránea Ninni, 1874; Sepia veranyi P. Fischer in Lagatu, 1888; Sepia orbignyana Férussac, 1826; Sepia elegans Blainville, 1827; y muchas más.
La Sepia officinalis es conocida en Andalucía como choco. En Punta Umbría (provincia de Huelva) y en muchos puertos de la provincia de Cádiz se la conoce además como sepia. En casi todos los puertos de Cádiz la llaman jibia. En Chipiona, Puerto Real y Cádiz la jibia es el choco 'de medio kilo en adelante', y la sepia el choco de más de 2,5 kg. En Sanlúcar de Barrameda la sepia es el choco de gran tamaño. En Chipiona, a los ejemplares grandes los llaman también choco macho, y los distinguen por sus característicos dibujos dorsales. En Cádiz también la llaman cachón, que probablemente responde al parecido del abdomen del animal, terso y lustroso, con las cachas o piezas que forman la empuñadura de navajas y pistolas. En El Puerto de Santa María, se le conoce también como tarca para referirse a los ejemplares grandes, tal vez por el parecido de su cuerpo con el instrumento musical del mismo nombre, una flauta de madera (tarka) de una sola pieza rectangular con seis orificios y una boquilla en un extremo. Por el contrario, si el choco es pequeño en Cádiz le dicen almendrita, porque es muy similar a las almendritas 'auténticas' (Sepia elegans y Sepia orbignyana); en Puerto Real, choco criollo, o sea, 'nacido aquí, en la bahía', y en Barbate, petaquita, por tener el cuerpo en forma de bolsa. En Sanlúcar de Barrameda también se la llama choco de trasmallo, para señalar la buena calidad y frescura del producto de la pesca de trasmallo frente a la de los chocos cogidos al arrastre o retropesca, que vienen más estropeados. La bibliografía para las costas de la provincia de Cádiz y de Huelva solo recoge los nombres de choco, sepia, jibia y jibiote (para los ejemplares grandes). En Cádiz también se la conoce cuando es pequeña como chopito. A las sepias pequeñas (Sepia orbignyana Férussac, 1826) se les conoce en determinados sitios de Andalucía como choquito, castañuela, castañita de pincho, almendrita, picudo, culón, chipirón, choco de pincho en el culo, etc. A la Sepia elegans Blainville, 1827, también se le llama, en diversos sitios de Andalucía, sepiola, almendra o almendrita (en Barbate), y castañita de la buena casta porque dicen 'que no lleva un pincho en el culo' como la Sepia orbignyana Férussac, 1826.
En la Comunidad Valenciana y Cataluña se le conoce como sèpia, sepieta, y sepionet (cuando la sèpia es pequeña).
El choquito picudo (Sepia orbignyana Férussac, 1826), llamado en inglés Pink cuttlefish y en francés Seiche rosée, también llamado chopito o choquito, es de menor tamaño que la sepia común.
El castaño o coquito sin punta (Sepia elegans Blainville, 1827), se llama en inglés Elegant cuttlefish, y en francés Seiche élégante, y es de coloración parda o castaña.
El rosia o globito robusto (Rossia macrosoma Delle Chiaje, 1830), llamada en inglés Stout bobtail y en francés Sépiole melon, también se llama chopo, chopito o globito en nuestro país.
El globito o sepiola (Sepiola rondeleti Naef, 1912), llamada en inglés Dwarf bobtail, y en francés Sépiole naine, procede del mar Mediterráneo.
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Sepia orbignyana Férussac, 1826 o choquito picudo | Sepia elegans Blainville, 1827 o castaño | Rossia macrosoma Delle Chiaje, 1830 o globito robusto | Sepiola rondeleti Naef, 1912 o globito |
La sepia
es una de las especies más limpias que se pueden encontrar, ya que según
estudios, presenta los niveles más bajos de contaminantes en su cuerpo. El
acto sexual de la sepia
se basa en besarse durante horas, porque la bolsa espermática está en uno de
los brazos que rodean la boca. En la época de la reproducción el macho toma
una coloración intensa y transforma uno de sus brazos en
hectocotilo para
depositar los
espermatoforos en la hembra. La transformación consiste en
reducir el tamaño de las ventosas para dejar
un surco central. Una vez
fecundados los huevos
son recubiertos por una membrana oscura y depositados. Cada hembra deposita
entre 200 y 550
huevos
en varios días; la incubación dura unos 30 a 90 días. Al
nacer miden 1 cm aproximadamente. El crecimiento es rápido y llegan a la
madurez sexual entre el año y el año y medio, midiendo entonces unos 10 cm.
Presenta un cuerpo de forma elíptica, con una estructura calcárea interna
(hueso de sepia) en la espalda, que es un vestigio de un esqueleto externo.
Este hueso es oval y esponjoso, y se usa en nuestro entorno para alimentar y nutrir
de calcio, y afilar el pico, de las aves domésticas. Los mantos de
posidonia oceánica son uno de sus lugares
preferidos para esconderse de los grandes depredadores. Es capaz de cambiar
de color cuando es molestado o cortejado. Es además el único invertebrado
conocido que reacciona de distinta manera en función del depredador que le
ataque:
"Además de un disfraz, toda esta parafernalia es una forma de emitir
señales. Roger Hanlon, del Laboratorio de Biología Marina de Woods
Hole, en Massachusetts (EEUU) ha documentado unos 40 patrones
corporales diferentes en las
jibias,
como también se llama a estos animales. Muchas los utilizan para comunicarse
entre sí y también con otras especies. En un estudio publicado en diciembre
en la revista Current Biology, Keri Langridge, de la
Universidad de Sussex en Brighton (Reino Unido) demostró que
las sepias
son los únicos invertebrados conocidos con reacciones específicas para cada
uno de sus predadores. Igual que nosotros golpeamos a un
tiburón
en las
branquias cuando nos ataca, pero salimos corriendo ante un
cocodrilo,
una sepia
amenazada responde en consecuencia. Langridge colocó un predador en
un tanque vecino al de la
sepia y, gracias a
un dispositivo de espejos, hizo creer a esta que estaban en el mismo tanque.
La jibia
se puso inmediatamente a la defensiva. Pero con diversas reacciones. Ante
una
lubina,
la sepia
aplana el cuerpo y extiende su aleta en forma de volante para aparentar ser
lo más grande posible, al tiempo que muestra dos manchas negras, a modo de
ojos, en su espalda. Este aspecto, destinado a sobresaltar al enemigo y
conocido como
deimático, es muy habitual en el mundo animal, pero no
está exento de riesgo. - 'No es más que un farol y no es probable que engañe
a todos los predadores', dice Langridge. Y parece que conocen ese
peligro. Langridge las tentó para que usaran su aspecto deimático
frente a
lijas
y
cangrejos.
Los cangrejos
siguen a su presa oliendo su rastro en el agua, mientras que las
lijas
usan campos eléctricos para cazar. Como las
sepias
no tienen defensa frente a estas líneas de ataque, huyeron a toda mecha. Por
si eso fuera poco, las nuevas investigaciones de Hanlon y su colega
del Woods Hole, Lydia Mäthger, publicadas en Biology
Letters, revelan que, controlando sus
iridóforos, los
cefalópodos
pueden llegar a comunicarse con otros individuos de su misma especie, sin el
peligro de ser detectados por las otras. Ese lenguaje secreto utiliza la
luz. La del sol se polariza cuando toca el agua del océano. Las
sepias
no solo pueden ver los patrones de
polarización de la luz, sino que también
son capaces de emitir señales polarizadas, cambiando el espacio que existe
entre los reflectores de sus iridóforos. Así pueden enviar mensajes secretos
mientras permanecen camufladas. Mäthger y Hanlon señalan que
este astuto truco 'no resulta del todo sorprendente'. El problema de
pertenecer a un grupo de presas es que, si divisas a un predador, se supone
que debes avisar a todos los demás. Pero eso atrae la atención sobre ti y te
convierte en el objetivo prioritario. El sistema de la
sepia
le permite alertar sin revelar su presencia. El grupo de Hanlon no ha
intentado probar que las
sepias utilicen las
señales polarizadas para comunicarse, porque resultaría muy difícil
identificar una respuesta. - 'Es probable que la señal diga: Hay un predador
en las proximidades; no te muevas'. ¿Qué respuesta vas a medir,
exactamente?', puntualiza. Es asombroso que la claridad de la señal no varíe
con la postura, ni el movimiento de la
jibia:
los iridóforos están dispuestos y controlados de tal modo que, incluso si el
animal se pusiera a hacer la ola, la señal de luz polarizada variaría solo
mínimamente. En otras palabras: se pueden camuflar, balancear y enviar
señales secretas a la vez si es necesario. Y les viene muy bien, porque
estos genios submarinos también recurren a ciertas posturas y movimientos
para desaparecer en su entorno. Cuando se esconden entre la vegetación
marina, suben los tentáculos y los ondean al ritmo de la vegetación que las
circunda. Hanlon acaba de completar los primeros estudios sobre esta
posición. Los resultados obtenidos al enfrentar a las
sepias
con rayas horizontales y verticales en la pared de su tanque son
sorprendentes. - 'Si las rayas eran verticales, elevaban un brazo. Si eran
horizontales, estiraban el cuerpo en horizontal. ¿No es maravilloso?'. Lo
más interesante es que la
sepia no usa los
patrones de su piel para cuadrar exactamente con las rayas. Adam Shohet
y Chris Lawrence, que están investigando la posibilidad de copiar el
camuflaje de las sepias
para
su uso militar, sugieren que lo hacen así porque la otra opción resulta
demasiado arriesgada: los mínimos errores en la alineación y espaciado de
las rayas de camuflaje, podrían poner de manifiesto su presencia. Sin
embargo, sí suelen vestirse a rayas para, por ejemplo, armonizar con la
vegetación marina. Pero Hanlon señala que no lo hacen para
identificarse con el fondo, sino para distorsionar la imagen de lo que les
rodea y dificultar su localización al máximo. A pesar de estos avances,
todavía queda mucho que investigar sobre las
sepias.
Nadie sabe exactamente cómo se dan cuenta de que se han difuminado por
completo con el fondo, ya que con los experimentos efectuados se ha podido
comprobar que no se miran la piel para cerciorarse de ello. Y otro
interrogante es cómo se mimetizan tan convincentemente con fondos
coloreados, cuando cada vez más evidencias sugieren que son ciegas al color:
solo perciben la gama del verde. Shohet cree que podría tener que ver
con que la mayoría de las profundidades marinas tiene muy pocos colores. Los
cromatóforos se adaptan a esa paleta natural y el brillo al fondo, mientras
los leucóforos y los iridóforos se encargan del resto. - 'Es un truco de
prestidigitador, pero sin el humo', comenta. Aun así, resulta un truco
impresionante. Hanlon y sus colegas han publicado recientemente en la
revista American Naturalist que las habilidades de camuflaje de la
sepia
no disminuyen de noche. Obviamente, no hay opción, ya que tienen que
enfrentarse con frecuencia a predadores con buena visión nocturna. Pero,
¿cómo pueden hacerlo, si solo ven la gama del color verde? La pista está en
el análisis de su piel, que reveló que contiene genes activos que codifican
la opsina, una molécula sensible a la luz. Esto podría indicar que la piel
está dotada de sensores de luz que ayudan a controlar el camuflaje. - 'Tiene
sentido pensar que pueda haber algún tipo de sensibilidad distribuida por la
piel', dice Hanlon. Pero resulta que la opsina presente en la piel es
la misma que hay en el ojo. Por tanto, si hay un sentido que detecta la luz
por todo el cuerpo, debe de registrarla también en matices de verde. De modo
que, por ahora, los detalles del sistema de camuflaje de la
sepia,
al igual que su canal de comunicación invisible, siguen formando parte de
los numerosos secretos del
molusco
más creativo del mundo"... De 'Quo.es'.
La sepia común
tiene un cuerpo ancho, oval, casi rectangular, aplanado, de 30 a 40 cm de
longitud, con aletas que recorren todo su
cuerpo. El borde del manto dorsal
forma un lóbulo obtuso entre los ojos. Dispone de un pequeño sifón ventral
que le sirve para propulsarse de vez en cuando y para disparar tinta. Tiene
8 brazos retráctiles, con 4 filas de ventosas, y 2 tentáculos unas tres veces
más largos que se usan para la caza o reproducción, con la masa provista de
una quilla natatoria, y más de 3 ventosas ensanchadas en la fila central. El
hectocotilo es el el 4º brazo izquierdo, con una modificación de algo más
del 50%. Dispone de una concha o pluma interna, llamada jibión o sepión, que
es laminada en forma de cuchara y con estrías. Su color es muy variable,
negro o gris pardusco, moteado o listado dorsalmente y blanquecino en la
zona ventral; es capaz de cambiar de color al ser molestado o durante el
cortejo de reproducción. Se le encuentra en la
zona sublitoral hasta 250
metros de profundidad entre arena y sedimentos. Se alimenta de
peces,
moluscos
y
crustáceos
como
cangrejos
y
camarones.
Los tentáculos o brazos están distribuidos en pares en torno a la boca. Un par de
estos es más largo que los demás y sirve para capturar las presas, ya que
son enteramente retráctiles y terminan en unas mazas con ventosas. Los otros
8 brazos tienen numerosas ventosas en su cara interna. Nada por medio de
unas delgadas aletas que rodean su cuerpo, pero también cubre cortas
distancias a gran velocidad emitiendo un chorro de agua a presión a través
de una abertura corporal (sifón) que tiene detrás de la cabeza. Ese mismo
sifón le sirve a la
sepia (al igual que el
calamar
o
pulpo),
para escupir un chorro de
tinta que oscurece
el agua y así eludir a sus enemigos. Realiza la puesta de
huevos
sobre los
corales,
algas o
conchas, y si tiene
tinta
disponible la inyecta en los
huevos
para oscurecerlos facilitando así su ocultamiento. En la especies del género
Sepia, la musculatura paleal es poderosa, y los músculos retractores
y los aparatos de fijación del sifón con el manto están bien
desarrollados.
Esto animales pueden desplazarse por propulsión a chorro, pero el volumen de
la cavidad paleal es pequeño y su cuerpo, aplanado y con concha o pluma
interna, poco hidrodinámico, por lo que apenas usan este sistema de
natación. En ellos desempeñan un papel
impulsor
y estabilizador muy importante la aletas, situadas lateralmente a lo largo
del manto. Utilizan su concha interna tabicada al llenarla de líquido y gas
o vaciarla como sistema de flotación. Las
sepias
utilizan el sepión o jibión para modificar su flotabilidad, ya que contiene
gas y líquido, y está formado por numerosas cámaras estancas dispuestas una
sobre otra, que se forman a razón de 1 a 2 por
semana durante el crecimiento. El gas que hay dentro del sepión o concha
interna es fundamentalmente
nitrógeno, y su presión en las cámaras más
viejas es de 0,8
atmósferas, sin que varíe con la profundidad. Cuando estos
animales precisan ser menos densos que el agua del mar bombean el líquido de
las cámaras fuera del sepión y así aumenta el espacio disponible para gas;
este mecanismo funciona a la inversa cuando necesitan adquirir mayor
densidad. El bombeo de líquido del sepión a la corriente sanguínea, está
regulado por una membrana que soporta la presión hidrostática del mar, la
cual está situada en un conducto, llamado
sifúnculo,
que une todas las cámaras, de la zona ventral del sepión. Aunque la estructura calcárea del sepión es lo suficientemente
robusta como para evitar un aplastamiento por las diferencias entre la
presión interior y exterior, puede estallar si la
presión hidrostática
exterior es excesiva; esto limita la profundidad máxima (250 m) a la que
pueden vivir las
sepias. Cuando la
sepia
varía su profundidad, un pequeño
intercambio de sales o de agua, entre la sangre y el líquido del sepión o
concha, puede restablecer el equilibrio entre la presión hidrostática del
mar y la diferencia
osmótica que hay a uno y otro lado de la membrana sifuncular. Aunque no es una estructura tan perfecta como la
vejiga
natatoria de los
peces teleósteos, el sepión representa sin duda un
dispositivo eficaz que permite modificar la flotabilidad. El mecanismo es
similar para el
Nautilus y la
Spirula, aunque estos
cefalópodos
pueden soportar presiones hidrostáticas comparativamente mayores
porque los tabiques de las cámaras de sus conchas son más fuertes que las
del género Sepia. La resistencia a la presión depende de cada especie
del género Sepia; el sepión de la
Sepia
officinalis resiste hasta 15 atmósferas, el de Nautilus unas 60,
y el de Spirula (especie que alcanza profundidades de 1.200 metros)
170 atmósferas.
Su tinta en lugar de ser sólo negra como la de los calamares, es de color negro y sepia, y de ahí viene su nombre. Sólo tienen que acordarse de las fotografías de color sepia. La tinta de los calamares es aún hoy en día como base para el color conocido por los pintores como 'sepia'. Ya se usaba para pintar en el siglo IV a. C.
En lo que respecta a la reproducción todos los
cefalópodos
son dioicos: es decir, tienen los sexos separados. Presentan
dimorfismo
sexual, ya sea por la presencia de estructuras diferenciables entre machos y
hembras, o por divergencias de forma y tamaño. Los machos de muchas especies
poseen 1 ó 2 brazos modificados para la cópula, cuya forma varía
considerablemente. Uno de los casos de mayor especialización puede
observarse en el
Argonauta: durante la cópula el brazo hectocotílico
se separa y queda en la cavidad paleal de la hembra. Este brazo
fue
descrito por Cuvier en 1829 como un
parásito, al que denominó
Hectocotylus octopodis; más tarde, los trabajos de varios autores
demostraron que este 'parásito' es en realidad un brazo separado y especial
de algunos
octópodos. No obstante, el hectocotilo, suele ser menos complejo.
Su principal función es transferir los
espermatoforos desde al macho hasta
el lugar de implantación de la hembra. La maduración sexual está controlada
por el sistema endocrino u hormonal (hormonas producidas por las glándulas
ópticas),principalmente bajo la influencia de la luz y la temperatura. Los
machos, en general, son mucho más precoces que las hembras. La cópula suele
ir precedida por un cortejo nupcial más o menos complejo. Estamos seguros de
que ustedes han visto alguna vez una
hueva de sepia
y que más de uno la habrá comido cocinada 'a la plancha' y aliñada con
aceite de oliva,
y un picadillo de
perejil
y ajo.
La mayoría de los
cefalópodos son
carnívoros macrófagos: activos depredadores, utilizan los brazos y
tentáculos para capturar a sus presas, algunas veces tan grandes como ellos.
El ataque a una presa se desencadena generalmente por estímulos visuales y
la captura es muy rápida: la Sepia officinalis tarda menos de 30
milisegundos en apresar a un
camarón
con sus tentáculos. Durante mucho tiempo se pensó que el movimiento de las
presas era fundamental para desencadenar un ataque, pero datos recientes de
experiencias en laboratorio han demostrado que estos animales pueden
alimentarse de presas muertas, e incluso con piensos artificiales. Son
animales
muy
voraces; en términos generales, pueden comer al día más del 6% de su peso
corporal. Su dieta se compone principalmente de
crustáceos,
peces, otros
cefalópodos,
poliquetos, y en el caso de los octópodos (pulpos), también de
moluscos
gasterópodos y
bivalvos. Una vez capturada la presa es llevada a la
boca y troceada por las mandíbulas. En la boca en general hay una
rádula con
5 dientes en cada fila transversal. En algunos octópodos (pulpos) se ha
observado la existencia de dientes en la papila salivar, que utilizan para
perforar las conchas de los
moluscos gasterópodos y
bivalvos. Algunas
especies (Sepia y octópodos sobre todo) disponen de venenos
paralizantes, segregados por las glándulas salivales posteriores, se trata
de neurotoxinas que actúan con gran rapidez.
La sepia común se encuentra en todo el mar Mediterráneo. En el Atlántico Noroccidental desde el mar Báltico hasta aproximadamente 17º N. Muy común en todas las costas de la Península Ibérica desde el litoral hasta unos 200 a 250 m de profundidad. Es uno de los cefalópodos mejor conocidos. Se trata de una especie nerítica demersal o nectobentónica que vive en la plataforma continental, principalmente en fondos fangosos y arenosos cubiertos de algas y fanerógamas. Efectúa migraciones hacia la costa para reproducirse. La puesta de huevos tiene lugar en aguas someras o poco profundas durante todo el año, pero sobre todo entre febrero y septiembre. Su fecundidad varía normalmente entre 150 y 1.000 huevos por hembra. La puesta suele abarcar un periodo prolongado: se han observado varia cópulas y puestas sucesivas durante 7 meses, al cabo de los cuales una hembra llegó a poner 3.000 huevos. La eclosión se produce entre 30 y 90 días después de la puesta, dependiendo de la temperatura del agua. Su crecimiento es rápido y su longevidad es de unos 2 años.
Composición nutritiva de 100 g de sepia común:
P.C. % |
Kcal. |
H. C. |
|||||||
65 | 59,5 | 12,7 | 0,55 | Cero | 0,71 | 0,12 | 0,082 | 0,14 | 86,9 |
21,3 |
0,63 |
50,6 |
23,7 |
0,95 |
51,4 |
306 |
216 |
113 |
0,055 |
0,040 |
5,3 |
0,31 |
10,3 |
1,6 |
Cero |
Cero |
19,8 |
Trazas |
1,9 |
P.C.: Porción comestible en % de un alimento; H. C.: Hidratos de carbono; AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGM: Ácidos Grasos Monoinsaturados; AGP: Ácidos Grasos Poliinsaturados; Ca: Calcio; Fe: Hierro; Mg: Magnesio; Zn: Zinc; Se: Selenio; Na: Sodio (sal); K: Potasio (sal); P: Fósforo.
Como se puede observar la sepia contiene una cantidad de colesterol no muy alta, unas calorías muy aceptables, y una cantidad de hidratos de carbono muy baja, por lo que se convierte en un plato sumamente bueno para persona sanas, diabéticas con sobrepeso, hipertensos, personas con afecciones cardíacas. Únicamente los insuficientes renales deben tener precaución frente a este plato por las sales de potasio que contiene.
La taurina, un aminoácido que se encuentra en grandes cantidades en los moluscos, resulta muy beneficiosa para la salud. Entre otras propiedades, este elemento regula la presión sanguínea, reduce el colesterol y las grasas naturales en la sangre, ayuda a la disminución de coágulos y previene enfermedades cardiovasculares. La taurina ayuda también a combatir el deterioro de la vista y mejora la visibilidad nocturna. Además, este aminoácido que nos proporcionan los moluscos, como el calamar, estimula las secreciones de insulina y controla el contenido de azúcar en la sangre, combatiendo, de este modo, la diabetes.
La tinta del calamar y sepia está formada por sustancias mucosas y melanina, el pigmento oscuro que se encuentra en una amplia variedad de seres vivos, incluido el humano. La melanina es un polímero formado por varios tipos de moléculas que realiza diferentes funciones en el organismo, como son la protección contra los rayos UV y la coloración del pelo y la piel. El cometido básico de la tinta no es, como se piensa comúnmente, cegar al enemigo, sino confundir a sus órganos de detección química. Esta hipótesis se sustenta en que los calamares abisales también liberan el líquido negro. Recientes investigaciones han descubierto que la tinta de los cefalópodos, además de servir como condimento en diferentes recetas culinarias, contiene una serie de aminoácidos y polisacáridos muy eficaces en la prevención y curación de algunas enfermedades. Se ha averiguado que estas sustancias pueden actuar como principios activos en el tratamiento de la depresión (¿?). También se ha demostrado que la tinta de los calamares es inhibidora de la expansión bacteriana por la presencia en su composición de una determinada proteína (¿?). Por último, en un estudio realizado por científicos japoneses sobre la tinta de varias especies de cefalópodos se han obtenido resultados preliminares que indican la actividad antitumoral de ciertas sustancias químicas allí presentes (¿?). La tinta de cefalópodo contiene un número de productos químicos en una variedad de concentraciones diferentes, dependiendo de la especie, analizándose por cromatografía. Sin embargo, sus componentes principales son la melanina y moco . También puede contener, entre otros elementos, tirosinasa , dopamina y L-DOPA, y pequeñas cantidades de aminoácidos , incluyendo taurina , ácido aspártico , ácido glutámico, alanina y lisina. Desde el punto de vista culinario, tiene altas cantidades de ácido glutámico (glutamato monosódico potenciador del sabor) que le da ese sabor único y preciado Umami (que se encuentra en el queso, la salsa de soja y otros alimentos cultivados).
Ingredientes
para 4 personas: 1 Kg de
sepias pequeñas
o
sepionets;
1 manojo de
ajos tiernos;
80 g de
mantequilla; 2
cucharadas soperas de
cebollino
picado (o cualquier otra
hierba aromática
decorativa); y, algo de
sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Elaboración.
Lavar las sepias con abundante agua fría. Abrir el cuerpo con cuidado, vaciarlo de vísceras y retirar la quilla ósea o concha; cortar la parte inferior de las cabezas para quitar los ojos y la bolsa de tinta; retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. En caso de que las sepias muy frescas sean muy pequeñas se pueden dejar enteras. Lavar de nuevo y secar con papel absorbente.
Cortar a rodajitas las partes tiernas de los ajos tiernos. En una sartén, al fuego, fundir la mantequilla hasta que adquiera color avellana (beurre noisette); incorporar las sepias y rehogarlas a fuego vivo durante 3 a 4 minutos; añadir las rodajitas de ajos tiernos y proseguir la cocción durante 1 minuto; salpimentar y esparcir el picadito de cebollino por encima. Servir caliente como entrante.
Nota.- Si se desea se pueden agregar al rehogado de sepias, las bolsas de tinta machacadas en mortero y desleídas en un poquito de agua o vino blanco seco.
Ingredientes
para 4 personas: 4
sepias
frescas 'sucias' de 200 g cada una; 250
mL
(1 cucharón)
de
vino
blanco seco;
1 pellizco de
harina;
4
chalotes
(escalonia);
4 dientes de
ajo;
3 cucharadas soperas
(3 x 15
mL)
de
aceite de oliva;
y, algo de sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Nota.- En muchas pescaderías nos venden las sepias ya 'limpias' y blanquecinas al quitarles la piel y lavarlas. Pero para esta preparación las quiero 'sucias', frescas y negras, con su tinta, tal como han sido sacadas del mar. Desde luego, habrán de ser muy frescas. Yo soy de la opinión que la sepia 'limpia', que por supuesto es congelada y descongelada después para mostrarla en la pescadería, no sabe a nada a no ser que la aliñemos o guisemos. Así pues, me quedo con la sepia 'sucia' muy fresca.
Elaboración.
Lavar
las
sepias
con abundante
agua
fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar
longitudinalmente el cuerpo, retirar la concha o quilla ósea central, y
vaciarlo retirando sus partes blandas. Practicar una incisión en la parte
inferior de la cabeza para retirar los ojos y el pico de loro córneo
o mandíbula que está en la rádula. Guardar la
bolsas de tinta
retirándolas con cuidado para que no se rompan. Cortar la
sepia
en tiras longitudinales que incluyan
cuerpo
y
tentáculos.
Lavar las
tiras de sepia
con
agua
fría y secar con papel absorbente.
Agujerear cada bolsa de tinta y vaciar ésta en un cuenco; diluirla con 50 mL de vino blanco seco; añadir un pellizco de harina y remover. Pelar las chalotas y los dientes de ajo, y picar todo finamente. En una marmita, al fuego, calentar el aceite de oliva, y rehogar el picadito de chalota y ajo durante unos 5 minutos hasta que transparente; añadir las tiras de sepia, salpimentar y rehogar a fuego medio durante unos 10 minutos; regar todo con los 150 mL restantes de vino blanco seco, verter el preparado de tinta y seguir cociendo durante 15 a 20 minutos hasta conseguir una salsa negra homogénea. Servir caliente acompañado de triángulos de pan frito.
Nota.- Si se necesitara más tinta, se puede adquirir tinta congelada y agregarla al guiso de sepia.
Ingredientes para 4 personas: 4 sepias frescas 'sucias' de 200 g cada una; 50 g de pasas de Corinto; 3 cebollas blancas; 4 dientes de ajo; 100 mL de aceite de oliva; 1 hoja de laurel; 1 cucharadita de pimienta de Cayena en polvo (llamada así por la ciudad de Cayena, en la Guyana Francesa); 1 cucharada sopera (15 gramos) de pimentón rojo dulce (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres, ambos con Denominación de Origen); 100 mL de vino blanco seco; 30 g de piñones; 2 cucharadas soperas de perejil 'fresco y picado'; y, algo de sal.
Elaboración.
Lavar
las
sepias
con abundante
agua
fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar
longitudinalmente el cuerpo, retirar la concha o quilla ósea central,
vaciarlo retirando sus partes blandas y retirar las
bolsas de tinta.
Practicar una incisión en la parte inferior de la cabeza para retirar los
ojos y el pico de loro córneo o mandíbula que está en la rádula.
Cortar la
sepia
en tiras longitudinales que incluyan
cuerpo
y
tentáculos.
Lavar las
tiras de sepia
con
agua
fría y secar con papel absorbente.
Poner las pasas de Corinto bañadas en agua tibia para que se hidraten durante unos 15 minutos. Pelar las cebollas y los dientes de ajo, y picarlos finamente. En una marmita, al fuego, calentar el aceite de oliva, y rehogar el picadito de cebollas y ajos; añadir la hoja de laurel, el polvo de pimienta de Cayena y las tiras de sepia; salar y espolvorear con pimentón rojo dulce; rehogar el conjunto a fuego medio durante 8 a 10 minutos. Regar con el vino blanco seco y cocer a fuego vivo durante 5 a 6 minutos; agregar 100 mL de agua o mejor de caldo de pescado, tapar la marmita y proseguir la cocción a fuego lento durante otros 20 minutos. Comprobar en todo momento que no falta líquido y añadir más si fuera necesario. Cuando las tiras de sepia estén tiernas, añadir las pasas de Corinto escurridas y los piñones, y seguir cociendo durante 5 minutos más. Probar y ajustar el punto de sal. Esparcir el perejil picado por encima y servir al momento, con una guarnición de trozos de calabacines salteados en mantequilla caliente, por ejemplo.
Ingredientes para 4 personas: 12 sepias pequeñas; 2 cebollas rojas; 2 ramitas de tomillo; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Preparar
la barbacoa hasta conseguir unas buenas brasas. Lavar las
sepias
con agua
fría y secarlas con papel absorbente. Desechar las cabezas con los ojos y
mandíbulas. Pelar las
cebollas
y
cortarlas
a rodajas gruesas. Deshojar las
ramitas de tomillo.
Cortar los
cuerpos de las
sepias por la
mitad en sentido longitudinal. Ensartarlos en 4 brochetas largas de madera
(6 mitades en
cada una),
intercalando
rodajas de cebolla roja,
y salpimentar.
Colocar las brochetas en los lados de la parrilla de la barbacoa y cocerlas
durante 20 minutos, dándoles vuelta un par de veces. Esparcir por en cima
las hojitas de
tomillo, y
servir al momento acompañadas, por ejemplo, de una
ensalada de tomate y ajo
aliñada con
aceite de oliva,
vinagre
y sal,
y perfumada con hojitas de
cilantro
y tallos de
cebollino
picados finamente.
Ingredientes
para 4 personas: 4
sepias
frescas 'sucias' de 200 g cada una; abundante
aceite de oliva
con un picadillo de
ajo
(pelado)
y
perejil
para aliñar; y, algo de
sal. Una
guarnición de
arroz blanco
(cocido en agua hirviendo durante 17 minutos, y escurrido en colador).
Nota.- En muchas pescaderías nos venden las sepias ya 'limpias' y blanquecinas al quitarles la piel y lavarlas. Pero para esta preparación las queremos 'sucias', frescas y negras, con su tinta, tal como han sido sacadas del mar. Desde luego, habrán de ser muy frescas. Yo soy de la opinión que la sepia 'limpia', que por supuesto es congelada y descongelada después para mostrarla en la pescadería, no sabe a nada a no ser que la aliñemos o guisemos. Así pues, me quedo con la sepia 'sucia' muy fresca.
Elaboración.
Situar
una plancha de metal sobre el fuego, y espolvorear algo de
sal
gruesa por encima. Asar la
sepia
sin limpiarla hasta dorarla. Servir 1
sepia a la plancha
en cada plato aliñada con la
salsa de aceite de
oliva, ajo y perejil,
y acompañada de una
guarnición de arroz
blanco.
Nota.- Si alguna han tenido problemas a la hora de asar la sepia 'limpia' a la plancha porque literalmente se cuece en el agua que suelta, cocinar una sepia 'sucia y fresca' les colmará de satisfacción, pues lo único que puede aparecer en la plancha será algo de tinta de su interior. Al cortarla, el plato se inunda de la propia tinta negra y la potencia del sabor a marisco y a mar es impresionante. Sin duda, es una sencilla preparación con un sabor que no dejará a nadie indiferente, con una guarnición de arroz blanco que tomara color negro cuando se impregne con la tinta.
Ingredientes
para 4 personas: 4
sepias
'limpias' congeladas de 150 g cada una; 600 mL de
salsa Mahonesa;
3 cucharadas de
perejil
'fresco y picado'; y, algo de
sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Elaboración.
En
una olla con agua hirviendo, cocer la
sepia
descongelada hasta que quede tierna; escurrirla en colador, dejar enfriar y
cortarla a trocitos;
salpimentar
y mezclar con la
salsa Mahonesa
y el perejil
picado. Servir este plato en
frío.
Nota.- La sepia también se puede asar a la plancha y después mezclarla con la salsa Mahonesa.
Sepia con Salsa Mahonesa al Ajo.
Elaboración.
Igual preparación que en la receta anterior, pero agregando ajo, pelado y majado en mortero, a la salsa Mahonesa.
Esta receta culinaria ha sido copiada, junto con la foto de la izquierda, del Blog 'Las recetas de cada día'. Las huevas de sepia son las gónadas llenas de huevas de las sepias hembras. Tiene una textura suave y delicada, y a la plancha están deliciosas. Se pueden adquirir frescas y congeladas.
Ingredientes para 4 personas: 24 huevas de sepia frescas; 3 dientes de ajo; 2 cucharadas soperas de perejil 'fresco y picado'; 1 cucharada sopera (15 gramos) de pimentón rojo dulce (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres, ambos con Denominación de Origen); abundante aceite de oliva para aliñar; y, algo de sal.
Elaboración.
Lavar y picar el perejil. Pelar los dientes de ajo y picarlos finamente. Sofreír en sartén, al fuego, con aceite de oliva caliente, el picadillo de perejil y ajo, agregar pimentón rojo, remover y reservar la salsa obtenida. Asar las huevas de sepia en una plancha de metal antiadherente, al fuego, con algo de sal, hasta dorarlas por ambos lados. Disponerlas en una fuente de servir y verterles la salsa por encima. Servir calientes.
Ingredientes
para 4 personas: 24
huevas de sepia
frescas; 1
diente de
ajo;
abundante
aceite de oliva
para aliñar; y, algo de
sal.
Para el
rebozado: 2
ó 3
yemas de huevo,
y 1 poco de
harina.
Elaboración.
Batir las yemas de huevo en un cuenco. Salar ligeramente las huevas de sepia y mezclarlas con las yemas de huevo batidas; enharinarlas y freírlas en sartén, al fuego, con aceite de oliva caliente hasta que queden doradas. Servir calientes en una fuente de servir, acompañadas con salsa Mahonesa en salsera aparte.
Ingredientes
para 4 personas: 24
sepionets
o
sepias
pequeñas frescas; 2
dientes de
ajo;
abundante
aceite de oliva;
1 cucharada sopera de
perejil
'fresco y picado'; y, algo de
sal.
Elaboración.
Lavar las sepias pequeñas, vaciar sus tripas, quitarles los ojos, la quilla ósea o concha interna, y el pico de loro de la mandíbula. Reservar los tentáculos, los cuerpos de la sepia y las bolsas de tinta. Lavar y picar el perejil. Pelar y picar los dientes de ajo. Mezclar el picadillo de ajos y perejil con abundante aceite de oliva y la tinta de las sepias, formando una salsa. Asar las sepias en una plancha de metal, al fuego, con algo de sal, hasta dorarlas por ambos lados. Depositar las huevas asadas en una fuente de servir y rociarlas con la salsa calentada en el horno de microondas.
Ingredientes
para 4 personas: 1 Kg
sepias
limpias y congeladas; 2
cebollas blancas;
1
pimiento verde italiano;
4
patatas nuevas
de tamaño mediano; 2
tomates
maduros; 3
dientes de
ajo;
1 hoja de
laurel;
1 vaso de
vino
blanco seco;
1 litro de
caldo de pescado;
100 mL de
aceite de oliva;
1 poco de
pimentón rojo dulce
(de la
Región de Murcia o de la
Comarca de La Vera en la
provincia de Cáceres, ambos con
Denominación de Origen);
y, algo de sal.
Elaboración.
Descongelar
y cortar la
sepia a
trozos pequeños. Pelar las
cebollas
y los dientes
de ajo, y
picarlos
finamente. Cortar el
pimiento verde
en juliana. Pelar las
patatas
y la cortarlas en trozos irregulares. Cortar los
tomates
por la mitad y exprimirlos
(en un exprimidor manual
de naranjas) para
obtener su
pulpa.
En una olla, al fuego, con
aceite de oliva
caliente,
pochar el
picadito de cebollas
y
ajos; añadir
los trocitos
de sepia y
rehogar; agregar el
pimiento verde,
la hoja de
laurel y la
pulpa de
tomate, y
remover y rehogar, con la olla tapada, durante unos 10 minutos. Agregar algo
de sal,
el pimentón
rojo, los
trozos de
patata, el
vino blanco
seco y el
caldo de
pescado hasta
cubrir todos los ingredientes, y cocer durante unos 20 minutos. Probar y
ajustar el punto de
sal.
El caldo
ha de quedar denso, y para ello se pueden sacar unos
trozos de patata
del guiso,
machacarlos, y volver a poner el
puré de patata
obtenido en la olla. Servir caliente en cazuelas de barro individuales o en
platos hondos.
Ingredientes para 4 personas: 1 Kg sepias limpias y congeladas; 4 cebollas blancas; 2 tomates maduros; 3 dientes de ajo; 1 vaso de vino blanco seco; 100 mL de aceite de oliva; 1 poco de pimentón rojo dulce (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres, ambos con Denominación de Origen); y, algo de sal.
Elaboración.
Descongelar y cortar la sepia a trozos pequeños. Pelar la cebollas y los dientes de ajo, y picarlos finamente. Cortar los tomates por la mitad y exprimirlos (en un exprimidor manual de naranjas) para obtener su pulpa.
En una olla, al fuego, con aceite de oliva caliente, pochar el picadito de cebollas y ajos; añadir los trocitos de sepia y rehogar; agregar la pulpa de tomate, algo de sal, el vino blanco seco, el pimentón rojo dulce, remover y seguir cociendo hasta que la sepia esté muy tierna. Si hiciera falta más liquido, agregar, poco apoco, caldo de pescado o agua. Servir caliente este guiso meloso, acompañado de una buena hogaza de pan para poder mojar en el caldito.
Ingredientes
para 4 personas: 1 Kg
sepias
limpias y congeladas; 1
cebolla blanca;
500
mL de
salsa madre de Tomate;
3
dientes de
ajo;
2 cucharadas soperas
(2 x 15 gramos)
de
almendras
crudas trituradas; 1 vaso de
vino
blanco seco;
100
mL de
aceite de oliva;
1 poco de
pimentón rojo dulce
(de la
Región de Murcia o de la
Comarca de La Vera en la
provincia de Cáceres, ambos con
Denominación de Origen);
y, algo de sal.
Elaboración.
Descongelar y cortar la sepia a trozos pequeños. Pelar la cebollas y los dientes de ajo, y picarlos finamente. En una olla, al fuego, con aceite de oliva caliente, pochar el picadito de cebollas y ajos; añadir los trocitos de sepia y rehogar; agregar la salsa de Tomate, algo de sal, el triturado de almendras, el vino blanco seco, el pimentón rojo dulce, remover y seguir cociendo hasta que la sepia esté muy tierna. Probar y ajustar el punto de sal. Servir caliente este guiso meloso, acompañado de una buena hogaza de pan para poder mojar en la salsa.
Ingredientes para 4 personas: 4 sepias frescas 'sucias' de 200 g cada una; 2 patatas nuevas de tamaño grande; 1 poco de pimentón rojo dulce (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres, ambos con Denominación de Origen); 200 mL de aceite de oliva; 500 mL de caldo de pescado; 1 vaso de vino fino de Jerez; 15 granos de pimienta negra; 3 dientes de ajo; 1 poco de perejil 'fresco y picado'; y, algo de sal.
Nota.- En muchas pescaderías nos venden las sepias ya 'limpias' y blanquecinas al quitarles la piel y lavarlas. Pero para esta preparación las queremos 'sucias', frescas y negras, con su tinta, tal como han sido sacadas del mar. Desde luego, habrán de ser muy frescas. Yo soy de la opinión que la sepia 'limpia', que por supuesto es congelada y descongelada después para mostrarla en la pescadería, no sabe a nada a no ser que la aliñemos o guisemos. Así pues, me quedo con la sepia 'sucia' muy fresca.
Elaboración.
Lavar
las
sepias
con abundante
agua
fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar
longitudinalmente el cuerpo, retirar la concha o quilla ósea central,
vaciarlo retirando sus partes blandas y retirar las
bolsas de tinta
reservándolas.
Practicar una incisión en la parte inferior de la cabeza para retirar los
ojos y el pico de loro córneo o mandíbula que está en la rádula.
Cortar la
sepia
en tiras longitudinales que incluyan
cuerpo
y
tentáculos.
Lavar las
tiras de sepia
con
agua
fría y secar con papel absorbente.
Cortar longitudinalmente las patatas, y con la hoja de un cuchillo afilado hacer incisiones formando rombos en su pulpa, y esparcirles pimentón rojo y sal por encima.
En un mortero, majar los granos de pimienta, los dientes de ajo pelados, algo de sal y el perejil picado; agregar aceite de oliva y la tinta negra diluida en el vino de Jerez.
En una fuente adecuada para horno disponer las tiras de sepia y las medias patatas, agregar el majado del mortero por encima y verter el caldo de pescado. Introducir la fuente en el horno precalentado a 180º Celsius y asar su contenido hasta que la sepia y las patatas estén en su punto; gratinar la superficie durante unos minutos y servir caliente.
Arroz Caldoso con Sepia y Almejas.
Ingredientes
para 4 personas: 400 g de
arroz
de grano medio categoría extra etiqueta roja; 2
sepias
'sucias'
frescas de 200 g cada una; 300 g de
almejas
frescas; 6
dientes de
ajo; 1,5 litros de
caldo de pescado;
2
tomates maduros de tamaño
grande; unas hebras de
azafrán o 1 poco de
colorante alimentario;
1 poco de
pimentón rojo dulce
(de la
Región de Murcia o de la
Comarca de La Vera en la
provincia de Cáceres, ambos con
Denominación de Origen);
unas ramitas de
romero y
tomillo;
200
mL de
aceite de oliva;
y, algo de sal.
Elaboración.
Poner las almejas en un baño de agua fría durante media hora para que suelten su arena. Pelar y picar los dientes de ajo finamente. Lavar y cortar los tomates en trozos desechando sus pedúnculos. Lavar las sepias con abundante agua fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar longitudinalmente el cuerpo, quitar la concha o quilla ósea central, vaciarlo retirando sus partes blandas y retirar las bolsas de tinta reservándolas. Practicar una incisión en la parte inferior de la cabeza para retirar los ojos y el pico de loro córneo o mandíbula que está en la rádula. Cortar la sepia en tiras longitudinales que incluyan cuerpo y tentáculos. Lavar las tiras de sepia con agua fría y secar con papel absorbente.
En una amplia olla, al fuego, con aceite de oliva caliente, sofreír los trozos de tomate, las tiras de sepia y 1 diente de ajo sin pelar y cortado transversalmente; ir rehogando y agregar las cenizas resultantes de quemar ramitas de romero y tomillo con un soplete de cocina en el interior de un colador para dar sabor a leña y a humo al futuro arroz. Incorporar las almejas y seguir rehogando hasta que se abran sus valvas; agregar los granos de arroz, los dientes de ajo restantes pelados y picados finamente, el pimentón rojo y el azafrán o colorante alimentario, y remover; cubrir el arroz con caldo de pescado hirviente y cocer durante 17 minutos, agregando más caldo hirviente, poco a poco, si hiciera falta. Servir caliente en platos soperos.
Nota.- Si se quiere convertir este arroz caldoso en arroz negro caldoso, lo único que se tiene que hacer es añadir la tinta negra de la sepia al sofrito de tomate.
Esta receta culinaria pertenece al estupendo Blog 'No se le puede llamar cocina'. La receta se inspira en un libro de la gran cocinera catalana Carme Ruscadella que se publicó en noviembre de 2001: 'Cocinar para ser feliz'. En la actualidad es la única mujer del mundo que posee cinco estrellas de la Guía Michelín, tres por su restaurante en Sant Pol de Mar, cerca de Barcelona, y dos por su restaurante en Tokio (Japón).
Transcribimos literalmente la preparación culinaria de Cristopher una gran persona afincada en Madrid que le encanta cocinar y publicar la recetas que prepara en su recomendable Blog.
"Hacen
falta unas
sepias
frescas de 750 gramos a 1
kilogramo.
Un kilogramo de
guisantes tiernos
con vaina para desgranar, 2
cebollas y
2
tomates,
1 diente de
ajo y 1
hoja de
perejil,
algo de sal,
1 pizca de
harina,
1 chorro de
aceite de oliva
y
agua mineral.
Se limpia la sepia (se guarda el bazo pero se tira la tinta) y se corta en trozos de 2 cm. Se pica la cebolla muy fina y se rallan los tomates. Se prepara en el mortero la picada que llevará el diente de ajo, el perejil y una pizca de harina.
La cocción lleva unos 45 minutos: Se pone la sepia ya cortada en la cazuela, se cubre con un poco de agua, se echa el aceite y se deja a fuego medio hasta que se evapore el agua (unos 12 minutos) de modo que se reblandezca la sepia. Si ves que has echado demasiada agua se retira parte. Se agrega la cebolla y se deja que sofría a fuego lento unos 20 minutos, hasta que dore. Se echa el tomate y durante 5 minutos se deja que sofría, hasta que confite. Si se prefiere que la sepia tenga ese característico sabor realzado, es el momento de añadir al sofrito la mitad del bazo. Se añaden los guisantes, se cuecen literalmente en el sofrito y se echa agua caliente pero sin que los cubra porque el guisante aportará su propia agua. Si son tiernos y muy frescos bastara 5 minutos. En otro caso lleva más pero basta con estar pendiente. A continuación, se añade la picada de ajo, perejil y harina disuelta el agua y se deja cocer solo 2 minutos más, rectificando de sal. Una vez apagado el fuego se deja reposar 3 o 4 minutos. Decididamente un plato delicioso que cayó a la velocidad del sonido".
Esta receta culinaria, que transcribimos literalmente, es del Blog 'Gastronomía&Cía':
"Las
'Cookin’
Sisters de Salpimentadas' piensan como
muchos de nosotros, que la
pasta es siempre
una opción acertada, sea en una
comida informal o festiva, para sorprender a nuestros comensales. Para
quienes deseen darle un toque especial a la
pasta, nos recomiendan probar la receta que
comparten en vuestra sección
Hoy Cocinas Tú,
los Espaguetis negros con sepia,
bueno… y con langostinos,
gambas,
rape… sin
duda, un sabroso plato de pasta
con un pronunciado sabor a mar. Los
Espaguetis negros con sepia están doblemente enriquecidos
porque la pasta no se
cuece en
agua, sino en un suculento
fumet que se elabora previamente.
Sin duda, presentar a nuestros comensales un plato de
pasta tan suculento como este, sólo puede hacernos quedar como
gourmets de paladar fino... Veréis que fácil es hacerlo:
Ingredientes
para 4 comensales: 250 gramos de
espaguetis negros,
1 diente de
ajo,
1/2
pimiento verde, 1
sepia
fresca mediana, 300 gramos de
gambas y
langostinos, 1 vasito de
vino blanco seco, 2 cucharadas soperas
de
aceite de oliva virgen extra, y algo
de sal. Para el
fumet de pescado:
agua,
1
espina de
rape,
1
rodaja de
rape,
1
pescadilla,
las
cabezas de las gambas
y los langostinos,
1
zanahoria naranja,
1
puerro,
1
cebolleta tierna,
y algo de
sal.
Elaboración.
La elaboración es muy sencilla, los espaguetis se hacen como una pasta normal, aunque en lugar de cocerlos en agua, se cuecen en el caldo de pescado, enriqueciendo así su sabor. Hacemos un caldo de pescado poniendo una olla con agua y el pescado, espinas y cabezas de marisco que tengamos. Añadimos la verdura pelada y troceada, y se deja cocer. Cuando el caldo lleve unos 15 a 20 minutos cociendo, lo coláis y lo ponéis a hervir, añadiendo un poco de sal. Se incorporan los espaguetis y se dejan cocer el tiempo que ponga en el envase (unos 8 minutos aproximadamente). Mientras tanto, cortar la sepia y pelar las gambas y los langostinos. Cuando la pasta esté cocida, colarla y reservarla. Para preparar el sofrito, poned en la cacerola un poquito de aceite y añadir el ajo y el pimiento verde cortado en brunoise. Se le da unas vueltas con la cuchara de madera y se incorporan la sepia, las gambas y los langostinos pelados. Dejar que se dore un poco y añadir el vino blanco. Cuando el sofrito esté en el punto que os guste –después de unos 5 minutos más o menos– se añaden los espaguetis, mezclar bien y emplatar".
El
Arròs negre amb sepia
es un plato muy típico de las zonas costeras del
Levante Español.
Ingredientes
para 4 personas: 500 g de
sepia
'sucia' fresca; 500 g de
arroz
de grano medio categoría extra etiqueta roja; 4
tomates
maduros; 2
pimientos verdes
de tamaño mediano; 2 tacitas de
aceite de oliva;
1,5 litros de
caldo de pescado;
3 dientes de
ajo;
unas ramitas de
romero
y
tomillo;
y, algo de sal
y de
pimienta negra
'recién molida'.
Nota.- En
muchas pescaderías nos venden las
sepias
ya 'limpias' y blanquecinas
al quitarles la piel y lavarlas. Pero para esta
preparación las queremos 'sucias', frescas y negras, con su
tinta,
tal como han sido sacadas del mar. Desde luego, habrán de ser muy frescas.
Yo soy de la opinión que la
sepia
'limpia', que por supuesto es congelada y descongelada después para
mostrarla en la pescadería, no sabe a nada a no ser que la aliñemos o
guisemos. Así pues, me quedo con la
sepia
'sucia' muy fresca.
Elaboración.
Lavar
las
sepias
con abundante
agua
fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar
longitudinalmente el cuerpo, retirar la concha o quilla ósea central,
vaciarlo retirando sus partes
blandas y retirar las
bolsas de tinta
reservándolas.
Practicar una incisión en la parte inferior de la cabeza para retirar los
ojos y el pico de loro córneo o mandíbula que está en la rádula.
Cortar la
sepia
en tiras longitudinales que incluyan
cuerpo
y
tentáculos.
Lavar las
tiras de sepia
con
agua
fría y secar con papel absorbente.
Exprimir los tomates (con un exprimidor manual de naranjas) para obtener su pulpa. Lavar los pimientos, retirar sus pedúnculos y semillas, y cortarlos en trocitos pequeños. Pelar y picar finamente los dientes de ajo. En un cuenco, diluir las bolsas de tinta con 1 poco de caldo de pescado caliente.
En una paellera de 40 cm de diámetro (adecuada para 1/2 Kg de arroz; una de 60 cm sería útil para 1 Kg de arroz), situada sobre el fuego de un difusor circular de gas, con aceite de oliva caliente, sofreír las tiras de sepia, los trocitos de pimiento, y la pulpa de tomate; agregar la cenizas obtenidas después de quemar las ramitas de romero y tomillo en un colador de metal con un soplete profesional de cocina, para dar sabor a leña y humo, y seguir rehogando. Agregar el arroz y sofreírlo removiendo con una espumadera. Incorporar caldo de pescado hirviente, poco a poco (hasta 5 minutos antes de acabar la cocción que durará 17 minutos); agregar la tinta de sepia y el picadito de ajos, salar al gusto y remover con cuidado. Finalizados los 17 minutos de cocción el arroz estará listo para llevar a la mesa, debiendo quedar meloso, es decir: ni seco ni caldoso.
Nota.- Cuando cocinamos un arroz en paella sobre fuego de leña, las cenizas calientes ascienden y al enfriarse caen sobre la paella. El método que hemos explicado de quemar, con un soplete de cocina, romero y tomillo en un colador de metal y dejar caer las cenizas obtenidas sobre el sofrito de la paella es lo más aproximado a cocinar una paella sobre fuego de gas y obtener un arroz con sabor a leña y humo.
Ingredientes para 4 personas: 2 sepias limpias congeladas de 200 g cada una; 500 g de habas verdes congeladas; 2 cebollas blancas de tamaño mediano; 4 dientes de ajo; 1 litro de caldo de pescado; 1 vaso de vino fino de Jerez; 1 poco de pimentón rojo dulce (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres, ambos con Denominación de Origen); el necesario aceite de oliva para sofreír; y, algo de sal y de pimienta negra 'recién molida'.
Elaboración.
Descongelar
las sepias
y las habas
verdes.
Limpiar, lavar y cortar las
sepias
en trocitos. Pelar las
cebollas
y los
ajos,
y picarlos finamente.
En una amplia salteadora, al fuego, con aceite de oliva caliente, pochar el picadito de cebolla y ajos hasta que la cebolla transparente; agregar la sepia y las habas verdes, remover y rehogar durante unos minutos; salpimentar, y agregar el pimentón rojo dulce; cubrir con caldo de pescado y añadir el vino fino de Jerez; cocer, a fuego lento, durante 1 hora o hasta que la sepia esté muy tierna. Servir caliente.
"La fideuá (en valenciano fideuà, pronunciación valenciana de la palabra fideuada, significando literalmente conjunto de fideos) es un plato marinero originario de las costas de Comunidad Valenciana que se elabora de forma parecida a la paella. Sus ingredientes principales son: pescado (pescado de roca, rape, sepia, calamar, etc.) y mariscos (galeras, gambas, cigalas, etc.). En esto similar al arroz a banda, pero sustituyendo el arroz por fideos de pasta. Se adereza principalmente con zumo de limón. El invento de la fideuá fue en parte casual en parte picaresco. Gabriel Rodríguez Pastor, 'Gabrielo el del quiosco del Grau de Gandia', era el cocinero de la embarcación, y Juan Bautista Pascual, conocido como Zábalo, era el más joven de la barca de pesca y ayudante de Gabriel Rodríguez Pastor. Según la familia de Gabriel Rodríguez Pastor, el patrón era un tragaldabas muy aficionado al arroz y al resto de marineros casi nunca les llegaba su ración de arroz a banda, el plato que normalmente preparaban y comían. Tratando de buscar una solución al problema, Gabriel Rodríguez pensó en cambiar el arroz por los fideos para ver si así al patrón le resultaba menos apetitoso y dejaba algo para los demás. El invento gustó, y la fama del plato se extendió por los restaurantes del puerto de Gandía como en la Casa la Pastaora, donde se cocinaron las primeras fideuaes, consagrándose como un plato característico e imprescindible. Al igual que el arroz en paella, se hace en el recipiente también llamado paella o paellera, es decir en sartén ancha y plana con asas, aunque se citan otras variantes tradicionales hechas en cazuela. Gandía es la cuna de la fideuá, y en esta ciudad de la comarca de la Safor se celebra anualmente un importante certamen-concurso donde los mejores cocineros deleitan con su elaboración a los visitantes. Es muy típico, también, comer la fideuá acompañada con un poco de salsa allioli en el plato. El crítico gastronómico Rafael García Santos, en su libro y sitio Web Lo mejor de la Gastronomía, ha puesto de relieve el valor de esta 'paella marinera de fideos' a través de restaurantes como Ca Sento (en la ciudad de Valencia) o el Emilio (en la ciudad de Gandía)"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Ingredientes para 3 personas: 1 litro de caldo de pescado; 1/2 cebolla blanca de tamaño grande; 1 tomate maduro; 4 dientes de ajo; 1 pimiento verde; 150 g de sepia 'sucia' fresca; 150 g de gambas rojas frescas; unas hebras de azafrán o 1 pizca de colorante alimentario; 1 chorrito de vino blanco seco; 1 cucharadita de pimentón rojo dulce (de la Región de Murcia o de la Comarca de La Vera en la provincia de Cáceres, ambos con Denominación de Origen); 240 g de fideos para fideuá del calibre número 4; una ramita de perejil 'fresco y picado'; el necesario aceite de oliva para sofreír; y, algo de sal.
Elaboración.
Lavar las sepias con abundante agua fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar longitudinalmente el cuerpo, retirar la concha o quilla ósea central, vaciarlo retirando sus partes blandas y retirar las bolsas de tinta reservándolas. Practicar una incisión en la parte inferior de la cabeza para retirar los ojos y el pico de loro córneo o mandíbula que está en la rádula. Cortar la sepia en tiras longitudinales que incluyan cuerpo y tentáculos. Lavar las tiras de sepia con agua fría y secar con papel absorbente.
Preparar el
caldo de
pescado
agregándole un
sofrito
hecho, en
aceite de oliva
caliente, con las
cabezas de las gambas
y 1 diente de
ajo. Pelar
las colas de
las gambas y
agregar sus
pieles y
patas
al caldo de
pescado
hirviente. Pelar y picar la
cebolla
finamente. Lavar y cortar el
pimiento verde
en trozos pequeñitos, desechando semillas y pedúnculo. En una paellera de 40
cm de diámetro, al fuego, con 150
mL
de aceite de
oliva
caliente,
pochar la
cebolla
y el pimiento;
rehogar a fuego lento y agregar los trocitos de
pimiento verde,
el tomate
rallado,
sal
al gusto, el
pimentón rojo dulce
y el vino
blanco; cocer
y dejar que se evapore el
vino.
Incorporar a este
sofrito
las tiras de
sepia para
que se vaya cociendo y dorando ligeramente. Agregar los
fideos
y sofreírlos durante unos instantes; verter el
caldo de pescado
colado e hirviente hasta cubrir los
fideos,
agregar las
hebras de azafrán,
un picadito
hecho con los dientes de ajo
pelados, las
colas de las gambas,
y seguir cociendo, a fuego vivo, durante unos 7 a 9 minutos. Servir
caliente.
Nota.- Si queremos que esta fideuá presente color negro podemos agregar la tinta de la sepia al sofrito. La fideuá se sirve con una salsa allioli servida en salsera aparte.
"La
melsa de la sepia es un órgano que con
frecuencia desechamos pero que puede dar juego en la cocina. Para los
que
no dominan el valenciano aclararemos que
melsa
significa
bazo.
Como podéis ver en la foto es un saquito que contiene un
líquido
muy espeso de color
marrón.
En la
costa valenciana era bastante habitual
comer la
sepia frita
con su
salsa de melsa.
Carlos Calero, en su restaurante
Casa Salvador en el municipio
costero de
Cullera, lo emplea en un
arroz
nuevo que ha sacado este año y al que llama
arroz
Alfredo Argilés,
en honor al
crítico gastronómico valenciano del periódico
El País. La
melsa
es un producto rico, pero peligroso. Para empezar sólo debemos utilizarla si
la
sepia
es súper fresca. Además, debemos de saber cómo cocinarla. Para hacer este
plato, Calero sofríe primero la
sepia,
luego las
verduras
y finalmente el
tomate rallado
junto con la
melsa.
De esta forma se diluye un poco con el
tomate
y no se pega a la sartén. Después ya sólo queda añadir el
caldo de pescado,
el
arroz
y unas
vieiras
que añade justo al final, más para adornar que para dar sabor"...
De 'El
blog de la Abacería', modificado por nosotros.
"Ibiza (en catalán y oficialmente Eivissa) es una isla situada en el mar Mediterráneo y que forma parte de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, en España. Cuenta con una extensión de 572 km² y una población de 129.562 habitantes (INE 2009). Su longitud de costa es de 210 Km, en donde se alternan pequeños peñascos. Las distancias máximas de la isla son de 41 kilómetros de norte a sur y 15 kilómetros de este a oeste. Posee una morfología muy irregular formada por varias montañas, de las cuales la más alta es Sa Talaia, situada en el municipio de San José, con 475 metros de altitud. La isla tiene gran fama en todo el mundo por sus fiestas y discotecas, que atraen a numerosos turistas. Las islas de Ibiza y Formentera reciben el nombre de Islas Pitiusas. Forman un archipiélago diferente al integrado por Mallorca y Menorca, aunque hoy en día se hable del Archipiélago Balear y formen parte de la misma unidad administrativa. A finales de los 60 y durante los 70, la isla de Ibiza gozó de una expansión turística que le ha permitido un desarrollo económico por encima del que le proporcionaban sus recursos tradicionales (pesca y agricultura). En la actualidad es referente como destino para jóvenes de todo el mundo por su ajetreada vida nocturna. La isla ofrece también numerosas calas y playas para aquellos que buscan tranquilidad y nudismo. Se venden productos artesanos como el flaón, las orelletes o el licor hierbas ibicencas..."... De la 'Enciclopedia Wikipedia'.
Ingredientes
para 4 personas: 4
sepias 'sucias y frescas' de unos 150 g
cada una; 1
pimiento rojo
y otro verde;
1
cebolla
blanca de
tamaño mediano; 300
mL de
salsa madre de Tomate;
4 dientes de
ajo
pelados y muy picados; 1 pizca de
pimentón rojo dulce
(de la
Región de Murcia o de la
Comarca de La Vera en la
provincia de Cáceres, ambos con
Denominación de Origen);
unas hebras de
azafrán;
1 puñadito de
piñones;
100
mL de
vino
blanco seco;
100 g de
pasas de Corinto;
150
mL de
aceite de oliva;
y, sal
al gusto.
Elaboración.
Lavar las sepias con abundante agua fría y retirar la fina película o piel que recubre el cuerpo. Cortar longitudinalmente el cuerpo, retirar la concha o quilla ósea central, vaciarlo retirando sus partes blandas y retirar las bolsas de tinta. Practicar una incisión en la parte inferior de la cabeza para retirar los ojos y el pico de loro córneo o mandíbula que está en la rádula. Cortar la sepia en tiras longitudinales que incluyan cuerpo y tentáculos. Lavar las tiras de sepia con agua fría y secar con papel absorbente.
Pelar la cebolla y ajos, y picarlos finamente. Lavar los pimientos y cortarlos en trocitos, desechando sus semillas y pedúnculos. Preparar la salsa de tomate. En amplia salteadora, al fuego, con aceite de oliva caliente, pochar el picadito de cebolla y ajos, y los trocitos de pimientos; agregar las tiras de sepia y rehogar durante unos minutos; añadir la salsa de tomate, el pimentón rojo, las hebras de azafrán, los piñones, algo de sal, el vino blanco seco y las pasas de Corinto. Cocer a fuego lento hasta que la sepia esté muy tierna. Probar y ajustar el punto de sal. Servir caliente acompañado de una guarnición de arroz blanco (cocido en agua hirviendo durante 17 minutos y escurrido en colador).
El
pulpo de roca
denominado en latín
Octopus vulgaris
Cuvier, 1797,
es una
especie de
cefalópodo
octópodo de la
familia
Octopodidae. Se
clasifica en el
reino
Animalia, en el
filo
Mollusca, en la
clase
Cephalopoda, en el
orden
Octopoda, en la
familia biológica
Octopodidae, y en
el
género
Octopus.
Los
octopódidos (Octopodidae) son una
familia de
moluscos
cefalópodos del
orden
Octopoda que
agrupa a la mayor parte de las especies conocidas de
pulpos. En latín,
el término vulgaris significa vulgar, común u ordinario.
Especies sinónimas son el: Octopus brevitentaculatus Blainville, 1826; Octopus cassiopeia Gray, 1849; Octopus coerulescens Fra Piero, 1895; Octopus granulatus Lamarck, 1799; Octopus incertus Targioni-Tozzetti, 1869; Octopus niger Risso, 1854; Octopus ruber Rafinesque, 1814; Octopus tuberculatus Blainville, 1826; etc.
El pulpo de roca o vulgar vive en fondos rocosos en las zonas litorales, entre rocas y piedras y a veces en guaridas. Habita a profundidades inferiores a 200 metros. Se alimenta principalmente de pequeños crustáceos como cangrejos, además de moluscos gasterópodos y bivalvos, peces y de carroña. Es un animal que se mimetiza con su entorno, haciendo difícil verlo, incluso arruga su piel para hacer parecer una roca con algas. Los pulpos tienen un cuerpo musculoso y flexible, y son capaces de esconderse en espacios 10 veces más pequeños que ellos. Miden entre 5 cm y 3 metros, llegando a pesar hasta 40 Kg. Los ocho tentáculos del pulpo son fuertes y cuentan con dos filas de ventosas pegajosas. Los tentáculos están situados alrededor de la boca unidos entre si por una membrana, siendo su primer par más corto que el resto, y estos últimos miden aproximadamente el doble que el cuerpo. En la cabeza se alojan los ojos, muy desarrollados, el cerebro y tres corazones. En el manto se ubican el resto de vísceras, como el depósito de tinta que emplean para escapar de sus depredadores; también, cuentan con el chorro que les impulsa a nadar al revés. Para evitar el ataque expulsa un chorro de tinta negra por su propulsor o sifón. El pulpo posee los sentidos muy desarrollados, excepto el oído, ya que son completamente sordos. Tienen además una gran inteligencia, memoria e incluso capacidad de aprendizaje. Es un animal de costumbres nocturnas.
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Eledone moschata Lamarck, 1798 o pulpo maricón almizclado | Eledone cirrhosa Lamarck, 1798 o pulpo cabezón | Octopus vulgaris Cuvier, 1797 o pulpo común |
Especies similares al Octopus vulgaris Cuvier, 1797 o pulpo común son:
Pulpo blanco (Eledone cirrhosa Lamarck, 1798). También llamado cabezudo, pulpo cabezón, pulpito o pulpo de altura. Posee una fila de ventosas y una cabeza de gran tamaño. Es de menor tamaño, menos sabroso y más pálido, además sus tentáculos son más pequeños. Hasta 50 cm de longitud, de cuerpo saciforme y rugoso, con una especie de cresta separando la región dorsal de la ventral. Los tentáculos son delgados, generalmente con los extremo enroscados cuando está descanasando, con una sola fila de ventosas siendo las de los extremos una fila de papilas en machos adultos. El hectocotilo es el tercer brazo derecho, cuya lígula es bastante corta. Color pardo, rojizo dorsalmente con motas blancas y blanquecino ventralmente. Vive entre rocas y piedras a profundidades de 5 y 700 metros. Puede vivir hasta 2 años. Se le puede encontrar desde el mar de Noruega hasta el mar Mediterráneo. Se comercializa principalmente en conserva.
Pulpo maricón o almizclado (Eledone moschata Lamarck, 1798). Con cabeza y manto liso o finamente rugoso. Tiene 8 brazos o tentáculos con 1 hilera de ventosas en cada uno. Puede emitir olor a almizcle. Coloración marrón, con manchas oscuras. El manto puede alcanzar hasta 14 cm de longitud.
Los Eledone moschata y Eledone cirrhosa son dos especies de pulpos de pequeño tamaño considerados por determinados informantes con unos mismos nombres, porque para ellos solo resulta operativo diferenciarlos del pulpo auténtico: el Octopus vulgaris, que es 'el que vale dinero'. De éste lo distinguen perfectamente, porque, como dicen en Chipiona, estos pulpos pequeños sólo 'tienen una botonera en cada brazo', es decir, una sola hilera de ventosas, mientras que Octopus vulgaris tiene dos; o que tienen 'la bolsa gorda y los rejos cortos', o sea, en proporción, el manto más voluminoso y los tentáculos más cortos que el Octopus vulgaris. No obstante, algunos informantes distinguen a estas dos especies de pulpos pequeños, porque el Eledone moschata 'tiene los rejos más largos' que el Eledone cirrhosa, y porque el Eledone cirrhosa tiene la 'bolsa más gorda y de color más claro' que el Eledone moschata. Ambas especies reciben numerosos nombres en el conjunto de puertos visitados. Muchos de ellos son despectivos, en relación con su escaso valor comercial, pero también porque emiten un olor característico, desagradable, que un informante de El Rompido definió como 'olor a colonia'. Por eso, uno de los nombres más extendidos es pulpo maricón, con sus variantes pulpillo maricón (El Terrón y El Rompido), maricón (Ayamonte, Isla Cristina, El Puerto de Santa María), pulpo gay (Ayamonte), pulpo moña (Chiclana de la Frontera), pulpo polvero (El Rompido) y mariscones (Huelva). En relación con su olor, en muchos puertos les llaman pulpos almizqueños, o sus variantes amiqueño, mizqueño, bizqueño, risqueño, ermiqueño, mezclero, mielero y jebiondo (hediondo) y pulpo baboso, por su olor a almizcle ('sustancia grasa, untuosa, de olor intenso que algunos mamíferos segregan en glándulas situadas en el prepucio, en el periné o cerca del ano, [...] materia base de ciertos preparados cosméticos y de perfumería', RAE). En relación con su 'bolsa' voluminosa les llaman pulpo cabezón, pulpo cabezudo, pulpo de la cabeza gorda y pulpo de la cabeza grande. En cuanto al color, para unos son pulpo blanco y pulpo blanquillo, y para otros pulpo negro. Finalmente, por su hábitat, para unos son pulpo de fango y para otros pulpo de tierra, aunque este nombre se refiere a que están pescados cerca de la costa.
Pulpo patudo o pulpón (Octopus macropus Risso, 1826). Es de color rojo con manchas blancas fluorescentes. Posee
largos tentáculos y su cuerpo está formado por un manto robusto y musculoso. Su peso es de más o menos 400 g y su longitud oscila alrededor de 13 cm, por lo que es un pulpo de tamaño pequeño. El pulpón vive en zonas rocosas, en cavidades y también en praderas de posidonia. Es común desde las aguas costeras cerca de la superficie del mar, hasta los cien metros de profundidad. Habita las costas europeas, el mar Mediterráneo, el mar Rojo y las costas de África oriental. Es una especie de hábitos nocturnos, se alimenta de bivalvos, crustáceos y peces, aunque también de otros pulpos. El ciclo reproductor del pulpón es poco conocido. Tiene lugar desde la primavera hasta finales del verano. La hembra pone varias centenares de huevos. Durante el periodo de incubación, la hembra no abandona los huevos ni para cazar, por lo que muere poco tiempo después de eclosión de los huevos. Al nacer, las crías sólo miden 4 mm, aunque están completamente formados como los adultos.
En este vídeo
podemos ver una muestra de la
inteligencia del Pulpo:
Se le ve abrir un bote con un cangrejo dentro y como luego es capaz de
meterse dentro de una probeta para capturar 3 cangrejos. Impresionante
capacidad de explorar el terreno y desarrollar la caza. Luego el vídeo sigue
con muestras de su capacidad de escapar sea por la vía que sea. Diversos
experimentos han demostrado que poseen una gran capacidad para distinguir
colores y formas, pero lo más sorprendente es que son capaces de recordarlas
durante más de 2 años. El pulpo tiene tres corazones Necesita los tres
para poner cumplir con sus actividades físicas (su presión es alta), ya que es
un nadador y predador activo. Su corazón principal (llamado corazón
sistemático) lleva sangre a todo el cuerpo, y sus otros dos corazones llevan
sangre a las agallas, en contra de la presión. Entre los 3 corazones se
dividen toda la actividad. También carecen de
hemoglobina y por lo tanto
poca oxigenación, esta es remplazada por otra proteína llamada
hemocianina y
le da un característico color azul a su sangre. El color de los
pulpos es
variable: gris, amarillo, pardo o verde, con moteado generalmente. Los
pulpos
son territoriales y pueden llegar a vivir hasta 2 años. Se distribuye por
mares templados y tropicales. En invierno, los
pulpos comienzan a acercarse a
la costa para realizar la reproducción, permaneciendo en el litoral hasta la
primavera. Se reproducen sexualmente, y la hembra deja de alimentarse
después de la puesta, por lo que muere tras la eclosión de los
huevos. La
fecundación se realiza dentro de la cavidad paleal de la hembra, en la que
introduce los
espermatóforos el macho, valiéndose del brazo
hectocotilo;
este brazo de los machos, que usan para transferir el esperma a la hembra,
tiene una lígula pequeña que no llega al 3% de la longitud del brazo,
normalmente el 3º por la derecha. Cuando seleccionan a la hembra, los pulpos
alargan un brazo modificado, denominado brazo hectocótilo (tercero por la
derecha) y hacen que el brazo toque a la hembra. El brazo
hectocotilo, recoge los espermatóforos que
salen por el sifón y son conducidos por un surco profundo entre las dos
ventosas, para acabar en una especie de cuchara, en la que retiene los
espermatóforos. La hembra fija los
huevos a las rocas,
envueltos en unas cápsulas ovaladas y formando haces. Una hembra puede poner
hasta 180.000 huevos en tan sólo dos semanas. El desarrollo es directo, por
lo que al eclosionar el huevo tiene la misma forma que de adulto pero con 3 mm de
longitud.
Durante los tres meses siguientes la madre pulpo solo vigilará su
descendencia alejando de la cueva a los predadores que quieran alimentarse
de ella. Con sus tentáculos armados de poderosas ventosas pulirá la
superficie exterior de la envoltura de los huevos conservándolos limpios de
suciedad y vegetación. La dedicación de la madre pulpo es tal que durante
esos tres meses no abandonará ni por un segundo la cueva, ni siquiera para
alimentarse. Aún si el alimento se le pusiera al alcance de los tentáculos
ella seguirá limpiando sus huevos sin prestarle atención. Al cabo de este
tiempo los pequeños pulpos nacerán y su madre,
exhausta por tantos cuidados
morirá irremediablemente. El ritmo de crecimiento es muy rápido durante las
primeras fases del mismo. En el primer mes, los
pulpillos llevan una vida
a nivel
pelágico. Pasado este tiempo miden 4 o 5 cm y dejan la vida natatoria
comenzando la
bentónica. Alcanzan la madurez sexual antes del año de edad.
La especie de mayor tamaño es el pulpo gigante del Pacífico Norte
Enteroctopus dofleini, que vive 4 años
y mide entre 4 a 9 metros y pesa un máximo de 27 Kg. Vive en las
profundidades frente a la costa canadiense del Pacífico. En el
océano Pacífico vive
en las aguas templadas del sur de
California hasta las
frías aguas de
Alaska, y de ahí
puede ser encontrado hasta
Japón. No se
encuentra en ninguna lista de preservación de las especies porque se sabe
muy poco de su
población total, pero
sí le afectan la
contaminación del
agua y los cambios de
temperatura. Atrapa
su comida por las noches, sobre todo
camarones,
almejas,
langostas y
peces de gran
tamaño. Si lo necesita, atacará a un
tiburón o a algún
ave que se
acerque demasiado al agua, ayudado por sus ocho brazos En julio de 2003
fue encontrado en las costas de Chile un extraño ejemplar de más de 12 m.
Vea la noticia completa en el siguiente
enlace.
El
pulpo común
consta de una gran cabeza, de forma ovalada, donde se encuentran varios
aparatos del organismo y de 8 tentáculos, con 2 hileras de ventosas cada
uno. Los tentáculos frontales son más cortos de los laterales y estos al ser
cortados por un predador tardan poco en ser regenerados y en ocasiones los tentáculos llegan
a aumentar en número de vez en cuando 2 o 3 tentáculos extra llegando a ser
el mayor caso conocido un pulpo que se ha regenerado hasta tener un total de
96 tentáculos (es el mayor número conocido). Bajo los tentáculos se
encuentra la boca o rádula, en forma de pico de loro. Los ojos, muy desarrollados, se
encuentran cerca de los tentáculos. El sifón, situado en la parte trasera
del cuerpo, tiene forma de W.
De actividad principalmente nocturna, se alimenta de
crustáceos,
bivalvos y
peces.
Durante el día, sin embargo, permanece oculto en grietas o cavernas. Para
desplazarse suele arrastrarse por el fondo ayudándose con sus 8 brazos,
aunque también puede nadar, utilizando la
propulsión a chorro.
Para defenderse expulsan una secreción, a base de
tinta, para confundir a su
agresor.
Los
pulpos son animales de los fondos
bentónicos, por los que se desplazan con ayuda de
sus tentáculos, pero en caso de peligro
pueden desplazarse mediante la
expulsión de un chorro de agua a través de la cavidad respiratoria, la cual
es orientable en diversas direcciones. Son animales nocturnos que se ocultan
durante el día en sus escondrijos. Si no tienen ningún cobijo adecuado
cerca, construyen ellos mismos uno a base de piedras que hallen en el fondo,
o bien cerrarán la entrada demasiado expuesta de un agujero. Los
pulpos
pequeños anidan también, durante el periodo de cría, en conchas vacías de
moluscos bivalvos. El
pulpo captura cualquier presa que pueda dominar,
esencialmente
crustáceos,
moluscos bivalvos y
peces, ocasionalmente también carroña.
Es un animal inteligente que puede tender una emboscada para capturar
desprevenidas a sus presas. También se les observa inspeccionado de noche el fondo
bentónico y capturando implacables a sus presas dormidas. Con su poderosa boca,
similar a un pico de loro, pueden triturar duros
crustáceos e incluso
moluscos bivalvos, los restos de los cuales a menudo
decoran la entrada de su
guarida, lo que permite localizarlos. El
pulpo se mimetiza con el ambiente,
cambiando tanto de forma como de color. Su estado de ánimo también influye
en los cambios de color, apareciendo ondulaciones azules cuando está
excitado debido a su proteína
hemocianina, o volviéndose pálido cuando tiene miedo. Si está furioso dominan
los colores rojizos. Los
pulpos entablan duras batallas entre machos para
conseguir aparearse con una hembra. Una vez conseguido el acoplamiento,
mediante la introducción del brazo hectocotilo de cópula en una cavidad del manto de la
hembra, ésta pone del orden de 180.000
huevos
en cápsulas pequeñas y transparentes con un pedúnculo corto. Estos
huevos
aparecen reunidos por miles en forma de racimos largos que se sujetan a la
parte superior de una cavidad, donde son custodiados por la madre durante
tres meses, y oxigenados con agua limpia. Sin este cuidado los
huevos
se pudrirían y morirían al cabo de poco tiempo. La madre no se alimenta
mientras está cuidando los
huevos,
y suele morir después de la eclosión de los mismos por debilidad. Los
pulpos jóvenes
suelen vivir de 1 a 2 meses con la cabeza hacia abajo en el plancton, hasta
que comienzan su vida en el fondo. Durante este tiempo es cuando son más
vulnerables, por lo que se reduce su número en forma espectacular. Los
pulpos
son presas favoritas de
morenas y
anguilas, por lo que no carecen de enemigos naturales. Su
única protección es su capacidad de mimetismo y el poder lanzar nubes de
tinta
para escapar de sus enemigos, cosa que hacen mediante el mecanismo de
propulsión a chorro que hemos comentado, acto seguido buscan un nuevo
escondrijo y se mimetizan con él. Además de los ojos lenticulares, el
pulpo
dispone de un cerebro muy desarrollado, incluso inteligente. Suelen ser
animales muy curiosos, observando de día el ambiente que les rodea desde la
seguridad de su escondite. Suelen ser tímidos con los buceadores, pues
suelen ser martirizados por estos sin otro motivo que el juego.
Algunos animales jóvenes, sin malas experiencias todavía, pueden dejarse
observar durante largo tiempo a corta distancia, mientras ellos observan
asimismo a su oponente.
El acto de cortejo sexual, se considera al comportamiento animal específico que tiene como finalidad obtener pareja y exhortarla al apareamiento y en los pulpos es una maravilla. Los pulpos no seleccionan a la primera hembra que les pasa por delante, sino que la elección de pareja, es un proceso extremadamente cuidadoso con un cortejo y una seducción, con la capacidad de ponerse celosos, como los humanos, lo que les obliga a luchar con sus rivales por el amor de una hembra, pudiendo ser luchas de hasta media hora y casi siempre, conllevando la muerte del rival. Durante el cortejo, los pulpos tienen producción de iridiscencia para atraer a las hembras, gracias a que presentan unos órganos cromatóforos realmente complejos que están controlados por cerebro y músculos.
El pulpo común se pesca en varias zonas del mundo, y se cocina de formas muy diferentes. En la costa del Perú se consume el cebiche de pulpo. En el noroeste de España y en Argentina se prepara el pulpo a la gallega, un plato originalmente consumido en fiestas (a feira). Tras su cocción, a fuego muy lento, es servido espolvoreado con pimentón rojo dulce. Se corta en rodajas de 1 cm de grosor, y se le añade aceite de oliva y sal gruesa.
Composición nutritiva de 100 g de pulpo común:
P.C. % |
Kcal. |
H. C. |
|||||||
85 | 70,9 | 14,1 | 1,1 | Cero | 1,1 | 0,24 | 0,16 | 0,40 | 37,9 |
114 |
0,95 |
50,6 |
22,1 |
1,3 |
35,4 |
287 |
182 |
134 |
0,055 |
0,032 |
5,4 |
0,28 |
10,3 |
2,4 |
Cero |
Cero |
55,3 |
Trazas |
1,7 |
P.C.: Porción comestible en % de un alimento; H. C.: Hidratos de carbono; AGS: Ácidos Grasos Saturados; AGM: Ácidos Grasos Monoinsaturados; AGP: Ácidos Grasos Poliinsaturados; Ca: Calcio; Fe: Hierro; Mg: Magnesio; Zn: Zinc; Se: Selenio; Na: Sodio (sal); K: Potasio (sal); P: Fósforo.
Viendo la tabla de valores queda absolutamente claro que el pulpo es un alimento muy sano. Apenas contiene calorías, hidratos de carbono y colesterol, siendo un alimento muy válido para personas diabéticas, con problemas cardio-vasculares, o persona obesas u otras sometidas a dietas de adelgazamiento. Contiene una gran cantidad de calcio siendo un alimento ideal en épocas de crecimiento o en estados de menopausia. Posse una gran cantidad de magnesio y selenio, así como de iodo debiendo tener precaución las personas en tratamiento de alteraciones el tiroides. Posse una buena cantidad de vitamina A, E, B12 (cianocobalamina) y niacina (vitamina B3). Es un alimento muy adecuado para mujeres gestantes debido a la gran cantidad de ácido fólico (vitamina B9), para prevenir el que no se de la espina bífida en el futuro bebé.
A lo largo de las costas de la Península Ibérica abundan los llamados pulpos de roca y, en bares, tascas, mesones y restaurantes, gozan de gran estimación. Para su preparación se necesita ablandar su carne muscular, y para ello es típico darle una buena paliza o golpes: dicen que unos 70 golpes con un mazo a los de tamaño grande y la mitad a los pequeños, que son mejores por tener su carne más tierna. Otro método es congelarlo durante 1 ó 2 días para romper sus fibras musculares. El pulpo precisa de no menos de 3 horas de cocción, a fuego lento, para quedar tiernos, o algo más dependiendo de su tamaño. Una vez cocidos y tiernos los podemos poner a escurrir y cortar en trozos de 2 cm de espesor quedando listos para su preparación en múltiples platos. Para cocerlo, poner al fuego una olla con abundante agua y agregar 1 cebolla blanca pelada y picada finamente. Cuando el agua empiece a hervir sumergimos y sacamos el pulpo 3 veces para rizar sus brazos o tentáculos y ayudar a que conserve su piel una vez que esté cocido. Después se sumerge en el agua hirviendo y se deja cocer, a fuego lento, hasta que esté bien tierno.
Ingredientes
para 4 personas: 1 Kg de
pulpitos; 2
cebollas blancas
de tamaño grande; 3
dientes de
ajo;
1 dL
(100
mL)
de
aceite de oliva;
3 cucharadas soperas de
perejil
'fresco y picado'; y, algo de
sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Elaboración.
Lavar
los pulpitos
con abundante
agua fría y
secarlos con papel absorbente. Si tiene más de 3 a 4 cm de longitud, quita
el pico córneo de la mandíbula de la boca o rádula y la fina película o
piel que recubre la
cabeza
y manto.
Reservar las
bolsa de tinta.
Pelar la cebollas y cortarlas en rodajas finas. Pelar los dientes de ajo y cortarlos a láminas. En un honda sartén, al fuego, con aceite de oliva en frío dorar ligeramente las láminas de ajo a medida que el aceite se vaya calentando; incorporar las rodajas de cebolla y pochar, a fuego medio, durante unos 15 minutos. Añadir los pulpitos a la sartén. Si son pequeños, saltearlos a fuego vivo durante 3 a 4 minutos. Si son más grandes, proseguir la cocción a fuego lento durante unos 15 minutos más. Salpimentar y espolvorear con perejil picado, rehogar durante 1 minuto más, y servir al momento.
Nota.- Si queremos dar color negro al salteado de pulpitos, incorporar la tinta diluida en 1 poco de vino blanco seco. // Para dar un sabor agridulce a este salteado de pulpitos, cocer la cebolla durante unos minutos más hasta que esté bien dorada y añadir 1 cucharada sopera de vinagre aceto-balsámico de Módena antes de incorporar los pulpitos.
Pulpo con Corteza de Naranja y Albahaca.
Ingredientes
para 4 personas: 2
pulpos
frescos de 800 g cada uno; 1
cebolla blanca;
2 dientes de
ajo;
4
zanahorias naranjas;
4
tomates
maduros; 1
pimiento rojo;
1
naranja;
50 g de
mantequilla;
1 cucharada sopera de
aceite de oliva;
250
mL de
vino
tinto; 1
ramillete de
hierbas aromáticas
compuesto por: 1 ramita de
tomillo,
2 a 3 ramitas de
perejil
fresco, 1 trozo de la parte verde de 1
puerro,
y 1 ramita de
apio;
3 cucharadas soperas de hojas de
albahaca
picadas; y, algo de
sal
y de
pimienta
'recién molida'.
Elaboración.
Lavar
los
pulpos
con abundante
agua
fría. Sumergirlos en
agua
hirviente durante unos minutos, escurrirlos, retirar la fina película o piel
que recubre la
cabeza
y el
manto,
así como la
bolsa de tinta.
Cortar las
cabezas
y
mantos
a tiras y los
tentáculos
a trocitos. Pelar las
cebollas
y los
dientes de ajo
y picarlos finamente. Raspar
la
piel de las
zanahorias,
lavarlas y cortarlas en bastoncillos. Lavar los
tomates,
sumergirlos durante 10 segundos en
agua
hirviente, pelarlos, eliminar las semillas y pedúnculos, y cortarlos a
trozos. Lavar el
pimiento,
secarlo, partirlo en dos, eliminar las semillas y los filamentos blancos, y
cortarlo a tiras. Lavar la
naranja,
secarla, pelar la
corteza
y sumergirla durante 10 segundos en
agua
hirviente, reservándola.
En una marmita, al fuego, fundir la
mantequilla
junto con el
aceite de oliva,
y agregar los
trozos y tiras de pulpo;
rehogar, a fuego medio, durante 5 a 6 minutos hasta que estén dorados;
añadir los
bastoncillos de zanahoria
y dorarlos durante 3 minutos; incorporar el
picadito de cebolla y
ajos, remover
y cocer durante unos 3 minutos; añadir, a continuación, los
trozos de tomate,
las tiras de
pimiento y la
corteza de
naranja;
regar con vino
tinto,
agregar el
ramillete de hierbas,
salpimentar,
tapar la marmita y cocer a fuego lento durante 15 minutos o más, a tenor del
grado de cocción del
pulpo.
Cuando el
pulpo esté
tierno, esparcir las
hojas de albahaca
por encima y servir al momento.
El
bulgur
es una
sémola
hecha con diferentes especies de
trigo;
se puede encontrar en las cocinas de
Europa
,
Oriente Medio y
Asia Meridional.
La palabra bulghur es de origen turco. Tiene un ligero sabor a
nuez. En
Turquía
se diferencia una molienda fina de la sémola
(köftelik
bulgur) y una gruesa (pilavlık
bulgur).
El
bulgur
se puede utilizar en
pilafs,
sopas,
panadería, o como
relleno.
En la
cocina india, el
bulgur
o
daliya
se utiliza como
cereal
mezclado con
leche
y
azúcar.
El molido fino (köftelik bulgur) se utiliza para la fabricación de
Kisir, una
ensalada de bulgur
similar al
tabbouleh (conocida
en
idioma castellano
como ensalada libanesa,
es una
ensalada típica
de la
Bekaa, empleada a
veces como un acompañamiento del conjunto de
aperitivos -mezze-
típicos de la zona)
elaborado con
pasta de tomate,
tomates frescos,
pepinos,
perejil,
aceite de oliva
y otros ingredientes para
ensaladas
preparadas al gusto personal.
Una variedad de
mezes (aperitivos)
y platos principales se preparan con
köftelik bulgur,
tales como
cig köfte,
köfte Icli
y
sopa ezogelin.
En
Arabia Saudita se prepara una versión de
bulgur,
muy popular
en
Nejd y
Al-Hasa, llamado
jarish
o
harira.
Los cereales son desde siempre la base de la alimentación de todos los continentes. Maíz, arroz, trigo, espelta, entre otros, simplemente cocidos o transformados en sémolas, combinan con todos los alimentos y en particular con los pescados y mariscos en preparaciones regionales mediterráneas, de Oriente Medio y asiáticas. El bulgur se vende en diferentes grados de molturación. Para esta receta se aconseja el de grano grueso, mientras que para la preparación del famoso tabulé libanés, es preferible utilizar el bulgur fino, que no se cuece.
Ingredientes para 4 personas: 300 g de bulgur de grano grueso (pilavlık bulgur); 1 pulpo fresco de 800 g; 1 litro de caldo corto para pescado; 1 ramillete de perejil fresco; 1 ramillete de menta; unos tallos de cebollino; 1 cebolla blanca; 5 tomates maduros; de 9 a 10 cucharadas soperas de aceite de oliva; 1 ramillete de hierbas aromáticas compuesto por: 1 hoja de laurel, 1 ramita de tomillo, 3 ramitas de perejil fresco, 1 trozo de la parte verde de 1 puerro, y 1 ramita de apio; 2 limones; 1 pellico de pimienta de Cayena en polvo (llamada así por la ciudad de Cayena, en la Guyana Francesa); 1 cucharada de comino de prado en polvo; y, algo de sal y de pimienta 'recién molida'.
Elaboración.
Si no se utiliza un producto deshidratado comercial, preparar primero un caldo corto para pescado y dejarlo enfriar. Lavar el pulpo con abundante agua fría. Sumergirlo en agua hirviente durante unos minutos, escurrirlo, retirar la fina película marrón o piel que recubre su cabeza y manto, la bolsa de tinta, el pico de loro córneo de la boca y los ojos. Lavar el bulgur con agua y dejarlo escurrir en un colador de metal de malla fina. Lavar el perejil, las hojas de menta y los tallos de cebollino, y picarlos finamente. Pelar la cebolla y picarla finamente. Lavar y secar los tomates, sumergirlos durante 10 segundos en agua hirviente, pelarlos y quitar sus semillas y pedúnculo.
Poner a hervir el caldo corto enfriado y sumergir en él el pulpo, cocerlo durante unos 20 minutos o el tiempo necesario para que se ponga blando, retirar del fuego y dejar en reposo durante unos 5 minutos; con una espumadera retirar el pulpo del caldo, escurrirlo y cortarlo a trocitos que se mantendrán calientes depositados en una ensaladera o fuente sobre una cacerola con agua hirviendo.
En una cazuela, a fuego, calentar 3 cucharadas soperas de aceite de oliva, añadir la cebolla picada y pocharla durante 4 a 5 minutos o hasta que se vuelva transparente; añadir 2 tomates cortados a dados, rehogar durante unos minutos, salpimentar, agregar el bulgur, y añadir caldo corto para pescado colado hasta cubrirlo y un poco más; agregar el ramillete de hierbas aromáticas, llevar a ebullición, añadir el comino, tapar y cocer a fuego lento durante unos 20 30 minutos añadiendo más caldo corto, de nuevo, si es necesario. El bulgur estará cocido cuando haya absorbido todo el líquido, pudiéndose probar para saber si está en su punto.
Entre tanto, preparar una salsa ácida: Exprimir los limones dejando caer su zumo colado en un cuenco, añadir sal, pimienta y 1 pellizco de pimienta de Cayena en polvo, remover, verter el resto del aceite de oliva y remover de nuevo. Verter esta salsa ácida sobre los trocitos de pulpo y mezclar; incorporar los 3 tomates restantes cortados a dados y remover con suavidad el conjunto. Dejar reposar tapado el bulgur cocido, pasarlo después a una fuente de servir caliente, repartir por encima los trocitos de pulpo y los dados de tomate a la salsa ácida de limón, y esparcir por encima el picadito de perejil, menta y cebollino. Servir al momento.
"El
pulpo a la gallega
(en
gallego polbo á
feira o pulpo á feira) es un plato tradicional de
Galicia y básico en
su
gastronomía, aunque
su consumo se ha generalizado por toda
España. Se trata de
un plato festivo elaborado con pulpo cocido
entero (generalmente en ollas de cobre) que está presente en las fiestas,
ferias y
romerías de
Galicia y
El Bierzo (León),
de ahí su nombre 'á feira'. La cocción se realiza tradicionalmente
por las mujeres pulpeiras, suele servirse en la actualidad frecuentemente
como
tapa.
El plato
consiste en
pulpo limpio de
sus vísceras y cocido entero, en
agua hirviente, durante algún tiempo (preferiblemente en
una
olla de
cobre) con el objeto
de ablandar su carne;
a veces, se congela durante 72 horas antes con el objeto de ablandar sus
fibras musculares y nervios y eliminar el riesgo de contraer el
gusano
nematodo
Anisakis al ingerirlo; otras veces, es golpeado varias veces contra una
superficie, o con un mazo. Por regla general, el cocido del
pulpo se hace
inicialmente en tres
veces, es decir: se introduce en la olla con el
agua en
ebullición; al parar el hervor del agua,
se saca y se espera que el agua
rompa a hervir de nuevo, y lo volvemos a meter; repetimos el proceso tres o
cuatro veces, y así evitamos que pierda la
piel durante la cocción. A esta
técnica se la denomina asustar al
pulpo que ayuda a que conserve su
piel una
vez que esté cocido y a que se ricen sus
brazos o
tentáculos. Luego, se deja cocinar en el
agua
hirviendo durante una cantidad de tiempo determinada (de
35 a 40 minutos o hasta que se pueda insertar sn esfuerzo la punta
del cuchillo en la base de los tentáculos;
no conviene cocerlo en exceso ya que perdería la
piel y las ventosas o botones de los
tentáculos) según
el origen del pulpo
y su peso.
El
pulpo bien cocido
conserva todavía su piel,
y por esta razón se le deja reposar al aire un cuarto de hora antes de ser
servido. La operación de cocido en ollas de cobre es tradicional que sea
hecha por mujeres al aire libre, siendo ellas las pulpeiras. En
algunos pueblos se asigna un domingo de cada mes para las pulpeiras,
sobre todo en la provincia de
Orense, y ellas lo cocinan en la calle para la
gente que quiera degustarlo. En la actualidad, se suele congelar antes de
cocerlo, pues así luego está más blando.
Tras la
cocción es cortado
mediante unas
tijeras en rodajas de
un centímetro de grosor aproximadamente y se sirve espolvoreado con
pimentón,
sal marina gruesa
y
aceite de oliva
en su superficie. Dicho
pimentón
es usualmente dulce,
pero también se le mezcla con algo de
pimentón picante, que viene muy bien
durante el frío invierno y para estimular la sed. En algunas ocasiones, para
llenar
y abarata el plato, también se acompaña de
patatas cocidas con piel, que adquieren un
color vinoso ya que se cuecen en el caldo
de la cocción del
pulpo y sus pigmentos rojizos,
presentándose
enteras cortadas por la mitad, llamándoselas
cachelo o
cachelos en
plural. En ocasiones, también se agrega un
majado de
ajo hecho en el
mortero. El
pulpo es frecuente verlo servido caliente, recién hervido,
dispuestas las
rodajas de
patata y encima
las de
pulpo sobre una
tabla de madera, y
rociado todo con abundante
aceite de oliva
(mediante el empleo de una
alcuza), y
espolvoreado con
pimentón y algunos granos de
sal marina gruesa.
Es frecuente
que se sirva acompañado de diversos
palillos de madera
para que los asistentes puedan asignarse las
rodajas de pulpo y servirse de ellos a
modo de
tenedor. Suelen
servirse con el pulpo
diferentes
vinos tintos.
Esta preparación
es típica en los días de feria (junto con la famosa
empanada
gallega). Existen ferias señaladas como la
de la
Ascensión en
Compostela, las de
Froilán en
Lugo. Si la feria es
de gran tamaño y personal se suele empezar a cocer el día antes. Las pulpeiras
-es tradicional que sean mujeres- suelen trasladarse con sus ollas de cobre
y suelen colocarse en los laterales del recinto ferial. Cada una de las
pulperas introduce y saca el pulpo
del
agua
hirviente
mediante un gancho de hierro. Es costumbre que se cuezan varios
pulpos al mismo
tiempo.
O Carballiño,
en la
provincia de Ourense, se considera la capital del
pulpo á feira.
Es en este municipio donde tradicionalmente las
pulpeiras de Arcos,
preparan el pulpo
como no se prepara en ninguna otra parte del mundo, por ello a pesar de ser
una ciudad de interior es considerada la villa donde mejor se prepara el
cefalópodo.
Todos los años el segundo domingo del mes de Agosto, se celebra en O
Carballiño 'La Fiesta Del Pulpo', declarada de interés turístico
internacional, acudiendo a esta celebración entre 80.000 y 100.000 personas,
consumiéndose en un solo día alrededor de los 50.000 Kg de
pulpo
a feira"...
De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Hay autores gastronómicos que afirman: "El pulpo a feira no es plato gallego si no leonés, maragato para más datos, y se llama así porque los arrieros aprovechaban las ferias de ganado para encontrarse con sus caravanas y hacer una feria en la que vender sus productos, entre ellos el pulpo seco que traían de Galicia...".
"Patata cocida, es la denominación dada a la patata hervida en agua de distintas formas y en algunos casos, con diferentes especias como pimienta en grano y laurel, que en algunos lugares de España, en especial en Galicia y El Bierzo, se conoce como cachelo. En otros, como Canarias, dependiendo del tamaño de la patata y de su preparación pueden ser papas arrugás o papas sancochadas. La papa sancochada es una patata simplemente hervida en agua, y la papa arrugá, que suele servirse con distintos tipos de mojo (picón y verde), suele ser una patata pequeña, hervida con su piel y mucha sal, hasta que el agua que las cubre se evapora. La papa arrugá suele servirse junto con salsas llamadas mojos como plato o aperitivo en sí mismo. Sin embargo, la papa sancochada suele usarse para servir de aderezo o guarnición de alguna preparación. La papa arrugá recibe este nombre porque al sancocharse con su piel y mucha sal, la piel se arruga. Sumamente curioso es el parecido entre la fonía cachelo y la del Farsí de Afganistán: Katchalu. Incluso este último se emplea para caracterizar a los Alemanes como Mister Katchalu, por sus costumbres alimenticias. Los cachelos son patatas cocidas con sal y laurel, enteras o cortadas parcialmente a cuchillo en pedazos irregulares. El modo de prepararlos está descrito en la obra del escritor, gastrónomo y político gallego Manuel María Puga y Parga (1874-1918), conocido por su seudónimo de Picadillo. Se le puede, y de hecho se hace habitualmente, añadir pimentón y aceite de oliva. Acompañan muchos platos, a base de pulpo o sardinas, pero sirven de guarnición para cualquier plato. El corte de las patatas debe hacerse escachado, es decir: no cortado limpia y totalmente con cuchillo, sino dejando que la patata se parta parcial e irregularmente por donde ella quiera o ceda. El hecho de cocerla de esta forma le aporta un sabor característico distinto de la propia patata cocida y pelada, o de la patata cortada completamente a cuchillo. Las patatas más utilizadas en Galicia para la elaboración de los cachelos son las propias de la Terra Chá y de la comarca de Villalba, además de la comarca de La Limia, en la provincia de Orense. Según el DRAE, los cachelos (pl.) son "trozos de patata cocida que se sirven acompañando a carne o pescado"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Ingredientes
para 4 a 6 personas:
1 Kg de
patatas nuevas;
3 litros de
caldo corto para pescado;
1
pulpo
congelado de 2 Kg
(o dos de 1 Kg cada uno);
15 g
(1 cucharada sopera)
de
pimentón rojo
dulce y ahumado (de la
Región de Murcia o de la
Comarca de La Vera en la
provincia de Cáceres, ambos con
Denominación de Origen);
200
mL de
aceite de oliva;
y, algo de
sal
marina
gruesa.
Elaboración.
Si no se utiliza un producto deshidratado comercial, preparar primero el fumet de pescado, pasarlo por el colador chino y dejarlo enfriar. Descongelar el pulpo, quitarle los ojos y el pico de loro córneo que tiene en la boca o rádula, y dejarle la piel. Lavar las patatas con abundante agua fría para quitarles todos los restos de tierra que tengan en su piel.
Poner al fuego una marmita con el caldo corto. Cuando el caldo comience a hervir, sumergir el pulpo; cuando pare el hervor retirar el pulpo; cuando vuelva a hervir sumergir otra vez el pulpo... y así hasta 3 a 4 veces, para de ese modo conservar la piel del pulpo pegada a su carne. Después sumergir el pulpo en el caldo corto hirviente y cocerlo durante unos 35 a 45 minutos (si se emplea una olla a presión, con 15 minutos bastará) dependiendo del tamaño del cefalópodo. Apartar la marmita del fuego y dejar reposar durante unos 5 minutos. Rescatar el pulpo, escurrirlo, y mantenerlo caliente en una fuente de servir situada sobre un cazo con agua hirviendo.
En el mismo caldo corto hirviente, cocer las patatas enteras y con su piel, durante unos 20 minutos. Cortar el pulpo y las patatas en rodajas gruesas, disponerlas sobre una tabla de madera (primero las de patata cocida o cachelo y luego las de pulpo), esparcir por encima el pimentón y la sal gruesa, y regar con aceite de oliva. Servir caliente o tibio.
Ensalada de Pulpo, Algas, y Manzana, con Emulsión de Soja y Wasabi, de José Romero Postiguillo.
Don José Romero Postiguillo es ingeniero de caminos, canales y puertos. Vive en Madrid. Su gran pasión, al margen de su mujer y su hija, es la Gastronomía. Consigue elevar la cocina sencilla a una alta categoría con la presentación impecable de sus platos. Merece la pena visitar, muy a menudo, su Blog 'Romero y algo más...'. Muchas gracias José por ser mi amigo y dejarme publicar esta receta y otras más:
"No
me digáis que cuando habéis ido a la playa no os ha dado asco, aparte de
algo de ansiedad, por no llamarlo miedo, al ir nadando, el encontraros con
algas
por ahí flotando y que se os enredaran por los brazos o piernas... A mi
sí... ¡Brrrrrr!
Pero desde que el cocinero Dani Albors me enseñó las algas de Porto-Muiños, la cosa ha cambiado. Ahora tengo otra visión de éstas, aunque me siga dando un 'no sé qué' cuando me las encuentro por la playa. Olor a mar, mucho mar. Diferentes texturas: gelatinosa, cartilaginosa, sedosa, carnosa, crujiente... y, dependiendo de cómo las cocinemos, así obtendremos resultados muy diferentes. Hoy en ensalada. Mañana, ya veremos...
Ingredientes para 4 personas: 4 patas de pulpo cocidas (unos 500 g); 10 g de algas comestibles deshidratadas variadas, tales como: lechuga de mar (Ulva lactuca), wakame (Undaria pinnatifida) y nori (término japonés usado para referirse a variedades comestibles de alga marina de las diversas especies de alga roja Porphyra, incluyendo de forma destacada la P. yezoensis, la P. tenera, y algunos tipos de Cianobacterias); 1 manzana Golden Delicious (Malus domestica); 150 mL de salsa de soja o Tamari (el Tamari es una salsa hecha a base de soja, agua y sal. // La salsa de soja o shoyu es una salsa a base de soja, agua, sal y trigo, conteniendo la glicoproteína gluten); 1 poco de pasta Wasabi (Wasabia japonica); 150 mL de aceite de oliva; y, algo de sal común.
Elaboración.
El pulpo como ya viene cocido, eso que nos quitamos de preparar... Cortamos las patas en rodajas de no más de medio centímetro de grosor, en frío (bueno, atemperadas). Reservamos.
Hidratamos las algas en agua (teniendo en cuenta que cuando se hidratan aumentan cuatro veces su peso seco), y se tiene en remojo unos cinco minutos. Sacamos y las introducimos en un cazo con agua hirviendo y una pizca de sal durante cinco minutos. Pasado este tiempo sacamos las algas y dejamos escurrir. Reservamos.
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Algas comestibles hidratadas | Emulsión de Salsa de Soja | Manzana Golden cortada en tiras |
Para la emulsión de soja, ponemos en un cuenco una parte de aceite, la misma cantidad de soja y emulsionamos con la ayuda de unas varillas. Añadimos pasta Wasabi (rábano picante) al gusto y volvemos a emulsionar. Ya está lista, aunque en el momento de emplatar tengamos que volver a emulsionar ligeramente.
Por último, para que no se nos oxide, cortamos la manzana en rodajas finas y luego en bastoncitos. Reservamos en crudo.
Presentación: Colocamos en el fondo de un plato llano las rodajas de pata de pulpo formando un círculo, montadas unas sobre otras. En el centro colocamos un bouquet de algas cocidas y escurridas, y encima de éstas, unos bastoncitos de manzana. Salseamos con la emulsión de soja. ¡Buen provecho!
Gracias Dani por enseñarme las bondades de este producto. ¡Ah!, y a Nacho
también, por la parte que le toca."...
Del Blog 'Romero
y algo más...'.
Pulpo al Ajoarriero de Cantabria.
Elaboración.
Cantabria es una comunidad histórica y autonomía uniprovincial española. Limita al este con el País Vasco (provincia de Vizcaya), al sur con Castilla y León (provincias de León, Palencia y Burgos), al oeste con el Principado de Asturias y al norte con el mar Cantábrico. La ciudad de Santander es su capital y localidad más poblada.
Una vez cocido el pulpo (ver 'cómo cocer el pulpo' en índice de recetas), freír varios dientes de ajo (pelados y muy picados) en sartén, al fuego, con aceite de oliva bien caliente, hasta dorarlos ligeramente; agregar 1 poco de pimentón picante y 1 cucharada sopera de vinagre aceto-balsámico. Vertemos esta salsa muy caliente por encima del pulpo cortado en rodajas dispuestas en una ollita de barro, removemos con cuidado y servimos caliente.
Nota.- Podemos agregar a la salsa 1 poco de perejil 'fresco y picado'.
Pulpo a la Guindilla de Cantabria.
Cantabria es una comunidad histórica y autonomía uniprovincial española. Limita al este con el País Vasco (provincia de Vizcaya), al sur con Castilla y León (provincias de León, Palencia y Burgos), al oeste con el Principado de Asturias y al norte con el mar Cantábrico. La ciudad de Santander es su capital y localidad más poblada.
Elaboración.
Poner varias cazuelitas de barro individuales sobre una plancha de metal al fuego; verterles aceite de oliva para cubrir el fondo; cuando empiece a calentarse, agregar un picadito de ajos pelados y dorarlo ligeramente, añadir algunas guindillas picantes machacadas, seguidamente el pulpo cocido (ver 'cómo cocer el pulpo' en índice de recetas) partido a rodajas, rehogar durante unos instantes, salar y servir caliente.
Pulpo con Tomate Picantillo de Cantabria.
Cantabria es una comunidad histórica y autonomía uniprovincial española. Limita al este con el País Vasco (provincia de Vizcaya), al sur con Castilla y León (provincias de León, Palencia y Burgos), al oeste con el Principado de Asturias y al norte con el mar Cantábrico. La ciudad de Santander es su capital y localidad más poblada.
Cocer el pulpo como ya se ha descrito en el índice de recetas, escurrirlo y cortarlo a trozos y rodajas con unas tijeras. Poner los trozos de pulpo en una cazuela, al fuego con aceite de oliva caliente e ir rehogándolo, retirarlo con una espumadera y reservarlo caliente en una fuete colocado encima de un cazo con agua hirviendo.
En el mismo aceite de oliva caliente, pochar 1 cebolla blanca pelada y finamente picada, agregar 1/2 Kg de tomates maduros pelados y cortados a dados, con 1 poco de pimentón rojo dulce y algo de sal. Cuando el tomate esté en su punto, agregar los trozos y rodajas de pulpo y unos aros de guindilla picante; dejar cocer durante unos 10 minutos más, y servir caliente.
Puchero de Pulpo de la Provincia de Alicante.
Este plato en valenciano se llama putxero de polp. Es un plato tradicional de los municipios de Benisa, Calpe, Teulada, Moraira y Jávea.
Ingredientes
para 4 a 6 personas: 1
pulpo
fresco de 1,5 Kg; 2 litros de
caldo de pescado;
250 g de
judías o
alubias blancas;
1
nabo;
1
chirivía;
1
zanahoria naranja
o carlota;
unas pencas de
cardo;
1
col
de tamaño pequeño; 1
cabeza de
ajos;
1 hoja de
laurel;
3
patatas nuevas
de tamaño mediano; 100 g de
tocino entreverado;
1 poco de
pimentón rojo
dulce y ahumado;
unas hebras de
azafrán
ó 1 poco de
colorante alimentario;
el necesario
aceite de oliva
para sofreír; y, algo de
sal.
Para la
guarnición
de arroz: 400
g de
arroz
de grano medio categoría extra.
Elaboración.
El
pulpo,
limpio y troceado, se sofríe, en
aceite de oliva
caliente,
añadiendo
las judías,
que previamente habremos puesto en remojo la noche anterior; agregar el
pimentón,
el azafrán,
sal,
el tocino
entreverado,
la hoja de
laurel y las
verduras
y hortalizas,
rehogando todo muy bien. Poner todos los ingrediente troceados en el
interior de una olla a presión, agregar
caldo de pescado
cubriendo los ingredientes troceados, cerrar la olla y poner a cocer, al
fuego, durante unos 45 minutos. Una vez abierta la olla, añadir las
patatas
peladas y cortadas a trozos, y seguir cociendo durante unos 20 minutos
Conseguido así el
puchero,
se procede a preparar el
arroz,
que, en este caso, sustituye a los clásicos
fideos
o sémola.
Se pone el
arroz en la
paellera o cazuela, al fuego, con 1 poco de
aceite de oliva
caliente, y se rehoga junto con 6 a 7
dientes de ajo
pelados y partidos a trocitos. Añadimos
caldo hirviente del
puchero, poco
a poco, hasta 5 minutos antes de acabar
la cocción que durará unos 17 minutos, procurando que al final el
grano arroz
quede suelto pero meloso, es decir ni seco ni caldoso.
Nota.- El
arroz
puede llevar
garbanzos cocidos
puestos previamente en remojo de
agua
la noche anterior.
// En la
provincia de Alicante a la
zanahoria naranja
(Daucus
carota) se le llama
carlota,
distinguiéndola así de las
zanahorias azules
o amarillas,
a las que llaman
zanahorias.
Los catalanes la llaman pastanaga
que proviene de la palabra pastinaca que en realidad es la
Pastinaca sativa o
chirivía.
El término
castellano zanahoria tiene su origen en la palabra árabe
isfannariya, ya que fueron verdaderamente los árabes los que
introdujeron este cultivo en nuestro país. Un vocablo muy extendido en la
zona levantina es carlota, que tiene un origen latino y deriva de la
palabra carrota griega, relacionada con los
pigmentos carotenos que le dan su color naranja, y de ahí el que
se llame en latín
Daucus carota. // Las palabra
penca significa: 1.- Hoja carnosa o
tallo en forma de hoja de algunas plantas; 2.- Nervio principal y peciolo de
las hojas de ciertas plantas comestibles:
penca de
acelga
o de cardo;
3.- Racimo:
penca de plátanos.
En esta receta nos referimos al
tallo del cardo
Cynara cardunculus, pariente primitivo
de la
alcachofa o
alcaucil
llamada en latín
Cynara scolymus.
"Sanabria (Senabria en leonés, Seabra en gallego) es una comarca situada en el noroeste de la provincia de Zamora, en la Comunidad de Castilla y León (España). La comarca de Sanabria limita al norte con la provincia española de León, al sur con la provincia portuguesa de Trás-os-Montes e Alto Douro, al este con la también comarca zamorana de La Carballeda que práctica y administrativamente es continuación de la propia Sanabria y, al oeste, con la provincia española de Orense. La gastronomía sanabresa cuenta en su elaboración con productos autóctonos de gran calidad, entre los que destaca la trucha asalmonada del lago, degustada y elogiada ya por el rey Felipe II (1527-1598) y de la que el orondo escritor francés Alejandro Dumas padre (1802-1870) hizo mención especial después de su recorrido por la provincia de Zamora (descrito en sus libros De París a Cádiz y La Veloce). Los ricos pastos que alimentan al ganado, permiten obtener unas exquisitas carnes de ternera, tiernas y sabrosas que el viajero podrá degustar en presas, chuleta o chuletón asado. El visitante quedará también satisfecho ante uno de los más ricos platos sanabreses: los fabones o habones, alubias de gran tamaño que se cultivan en la zona y que se guisan con productos del cerdo: tocino, morro y pata. El pulpo, procedente de la vecina Galicia, tiene aquí una forma peculiar de prepararse con sus ingredientes de aceite de oliva, pimentón y sal. Además de los platos mencionados, también destaca la existencia de otras preparaciones sanabreses, como pueden ser: el caldo sanabrés, el caldo de leche y castañas, los cucurriles, terrazos y trigueras que son setas Macrolepiota procera, las setas Boletus edulis, las patatas con migas, las carnes de caza de corzo y jabalí, y los embutidos de cerdo. Una de las terneras más sabrosas es la de raza alistano-sanabresa, con Denominación de Origen"... De la 'Enciclopedia Wikipedia', modificado por nosotros.
Ingredientes para 6 personas: 1 pulpo congelado de unos 3 Kg; 3 dientes de ajo; 1 poco de pimentón rojo dulce y otro de pimentón picante; 1 Kg de patatas nuevas; el necesario aceite de oliva para aliñar; y, algo de sal.
Descongelar y limpiar bien el pulpo, quitarle los ojos y el pico córneo que lleva en la boca o rádula, y lavarlo. Poner abundante agua en una marmita al fuego y cuando empiece a hervir sumergir el pulpo para asustarlo, sacarlo y volverlo a sumergir cuando el agua hierva de nuevo, y así tres veces. Después ponerlo a cocer durante unos 40 minutos a fuego suave (en olla express o a presión: unos 20 minutos). Retirar el pulpo, escurrirlo y reservarlo
Pelar, lavar y cortar las patatas en trozos medianos e irregulares. Poner a cocer los trozos de patatas, con 1 poco de sal, en el agua de cocción del pulpo durante unos 20 minutos.
Cortar el pulpo en trozos y rodajas con unas tijeras; poner los trozos de pulpo en una fuente de servir, aliñar con aceite de oliva, espolvorear con la mezcla de pimentones que se ponen en un colador para esparcirlo con más facilidad, agregar el ajo pelado y picado en crudo, añadir los trozos de patatas, salar ligeramente, remover con cuidado y servir caliente.
Pulpo al Horno al Estilo Murciano.
Ingredientes para 6 personas: 1 pulpo congelado de 5 Kg; 1 cebolla blanca; 6 dientes de ajo; 4 hojas de laurel; unos granos de pimienta negra; el necesario aceite de oliva; 1 vaso de vino blanco seco; 1 cerveza rubia (330 mL); 1/2 limón cortado a rodajas; y, algo de sal.
Elaboración.
Descongelar
y limpiar bien el
pulpo,
quitarle los ojos y el pico córneo que lleva en la boca o rádula, y lavarlo.
Poner abundante
agua en
una marmita al fuego y cuando empiece a hervir sumergir el
pulpo para
asustarlo, sacarlo y volverlo a sumergir cuando el
agua
hierva de nuevo, y así tres veces. Después ponerlo a cocer durante unos 10
minutos a fuego suave, retirarlo y reservarlo.
Pelar y cortar los demás ingredientes en pedacitos y ponerlos en
la base de la placa de horno, colocando el pulpo entero por encima. A continuación,
rociar el pulpo con
aceite de oliva, la
cerveza, y el vino,
e introducir la placa en el horno precalentado a 150º
Celsius durante 15 minutos.
Luego se saca y se le
pinchan las patas para ver cómo está de
tierno o duro, y se baja la temperatura del horno a 120º
C.
Si se
quedara sin liquido se rocía con más
vino blanco y se deja en
el horno hasta que el pulpo esté blando, pero no desecho. Aproximadamente el
tiempo de cocción del pulpo desde el inicio ronda los tres cuartos de hora.
Cuando el pulpo está en su punto, se corta
en trozos y rodajas, y se sirve con la salsa por encima,
acompañado por
una guarnición de
patatas cocidas
(durante 20 minutos) si se desea.
Gastronomía de la Región de Murcia.
"La
gastronomía de la Región de Murcia
corresponde al conjunto de platos, ingredientes específicos y técnicas
culinarias de la